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Mi madre y los padres de Gary se levantaron rápidamente de sus asientos al mismo tiempo. La persona que estaba hablando frente a todos llevaba una tablilla en las manos cuando salió a la sala de espera, pero su rostro no demostraba ningún vestigio de alivio o de alguna otra cosa.

—¡Doctor! —exclamó el padre de Eleazar—. ¿Cómo está nuestro hijo?

De un pronto a otro las demás personas que se interesaban por saber el estado de Eleazar se amontonaron alrededor del médico. Rápidamente el doctor intentó calmar las voraces fauces del resto de personas que no resultaban ser familiares de Eleazar ni de mi hermano Dave.

—Lamento el inconveniente para las personas que han estado esperando por noticias, pero necesito que solo los familiares de los dos chicos vengan conmigo a otra sala aparte —el medico comenzó a decirles a las personas—: ¡Los familiares de ellos necesito que me sigan!

Hubo un estruendo en las voces que estallaban al escuchar lo que el doctor estaba diciendo, pero ninguna de esas personas disponía de la capacidad de escuchar lo que estaban por explicarnos. Y debo decir que me estaba poniendo algo nervioso por escuchar lo que iban a decirnos.

El doctor nos indicó el camino que debíamos tomar y así lo hicimos. Después de caminar varios minutos llegamos a otra sala dentro del hospital y nos ofrecieron que nos sentáramos en una pequeña sala. El rostro de los padres de Gary y de Eleazar estaban puestos sobre el médico. Mientras que mi madre no dejaba de sollozar a mi lado, abrazándome lo mas fuerte que lo ha realizado alguna vez. No sabia que decirle a ella para que se calmara un poco, pero ni siquiera yo lo haría en esta posición.

—Los he traído a esta sala porque lo que tengo que decirles no es muy alentador para uno de sus hijos —el doctor se remangaba la bata blanca—. El señor Eleazar se encuentra muy lastimado debido al accidente ocurrido. Hay una fractura muy grave en su pierna derecha debido que, al volcarse el vehículo, alguna parte metálica prensó de manera muy fuerte la extremidad haciendo que varios músculos se rompieran. Además, una herida grave en sus costillas debido a una lesión que no se trató a tiempo ha empeorado aún más con el incidente.

—¿Una lesión que no se trató, doctor? —se peguntó el señor Wayless—. ¡Eso no es posible! Mi hijo siempre ha sido muy estricto con su salud y no creo que haya sido tan desconsiderado en no tratarse una lesión. Ya que no sé si lo sepa, pero él es jugador de futbol estudiantil.

—¡Si lo sé, señor Wayless! —le contestó el doctor—. Sin embargo, en la radiografía realizada al señor Eleazar presentaba una fractura en varias costillas, pero que no eran resultado del accidente actual. Por lo que esto empeoró más de lo normal, haciendo que una de las costillas estuviera muy cerca de perforar su pulmón, pero por suerte se pudo tratar a tiempo.

—¿Eso significa que nuestro hijo se encuentra bien, doctor? —preguntó la madre de Gary.

—El señor Eleazar está estable, pero desde que llegó a la sala de emergencias se encuentra inconsciente debido a un golpe en la cabeza al estrellarse contra el volante o la ventana del vehículo —decía el doctor mientras iba leyendo el historial medico en la tablilla que llevaba en sus manos—. Sin embargo, no podemos dejar de lado que otras consecuencias puedan aparecer con el pasar del tiempo, por lo que tenemos que mantenerlo en observación por un par de días para poder descartar alguna que otra complicación.

Wayless ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora