Capitulo Extra 2/¿?

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Al medio día del sábado, Kirishima se despide de su amigo y comienza a caminar en dirección de la casa del peliceniza dispuesto a hablar con él y resolver de una vez por todas este asunto que lo está matando y consumiendo de apoco.

— sabes, Bakugou, ya no puedo más con esto. Estoy muy arrepentido por todo lo que hice además de que te rechace sabiendo que lo único que quería era una oportunidad contigo y no te obligaré a perdonarme puesto que está en tu derecho por el idiota que fui pero, por favor, no...

Se Repetía para si y estudiaba las palabras que le diría apenas lo tuviera enfrente.
Estuvo llamándolo casi toda la mañana para ver si conseguía que se juntaran en algún lugar más cómodo para hablar del tema pero, como no logro comunicarse con el chico, decidió tomar la iniciativa e ir directo a su casa.

Ya de pie frente a la puerta de este, inhala profundamente y lo mantiene por un momento mientras llama a la puerta.
En cuestión de segundos, la madre de Katsuki estaba de pie bajo el marco mirándole con una radiante sonrisa.

— Kirishima kun. Tanto tiempo que no te veía por aquí.

— ehehehe, si... —se aclara la garganta algo nervioso— ¿se encuentra Katsuki?

— no cariño. Acaba de salir hace no más de un par de minutos atrás.

— ¿e-enserio? ¿No sabe a dónde pudo haber ido?

— em...no. Sabes cómo es ese idiota, solo salió gritando "¡voy a salir!" Y se marchó. —opta una pose pensativa mirando hacia otra dirección— lo que me sorprende es que su tono era muy calmado en comparación a otras veces y esta vez no cerró la puerta de portazo.

— o-oh, está bien. Disculpe las molestias.

— no has molestado Kirishima, tú sabes que eres bienvenido aquí. Bueno, nos vemos luego y si vez a mi hijo, dile que no llegue tan tarde ya que el imbécil dejo las llaves en casa y no quiero tener que levantarme a abrirle la puerta.

— claro, no hay problema.

El pelirrojo se despide con una reverencia y comienza a caminar sin rumbo alguno. ¿Donde estará Bakugou? Pues, el no tenía ni la menor idea de ello pero necesitaba saber su paradero. Por cada minuto que pasaba, Kirishima sentía que perdía cada vez más las oportunidades de resolver sus problemas.

Había perdido casi todo el día buscando a aquel sujeto que tanto quería en una enorme ciudad sin conseguir resultado alguno.
Ya exhausto y con los ánimos por los suelos, decide descansar en la banca de un parque mirando la pantalla de su celular con el número del chico ingresado y listo para llamar en cualquier momento.

— por favor Blasty, respóndeme...necesito hablar contigo... —deja caer la cabeza clavando la mirada en sus pies.

Ya sin saber qué hacer, vuelve a marcar al número sin perder la poca esperanza que le quedaba esperando que el contrario respondiera...nada, nuevamente no hubo respuesta pero, está vez algo había escuchado el pelirrojo, era el tono de llamada predeterminado que le había colocado el chico para cuando le marcara. ¿De donde venía esa música? Estaba tan cerca pero ¿donde?. Volvió a marcar pero esta vez colocando atención a su alrededor.
Al voltearse pudo ver ahí, bajo la sombra de un gran árbol, a un muchacho rubio sentado mirando atento la pantalla de su celular.
Eijirou estaba paralizado; no lograba mover ni un solo músculo y podría jurar que había dejado de respirar por un momento.
Cuando logra reaccionar, comienza a acercarse lentamente marcando una vez más solo para estar seguro de si es o no.

— ¡tch, maldición! Deja de llamar, idiota. —se decía el explosivo mientras escondía su rostro entre sus piernas y se tomaba el cabello con tristeza y rabia— ¿porque no puedo tenerte en frente y disculparme por ser un estúpido? El cabello de mierda no merecía todos esos tratos...él...él merece a alguien mejor que yo... ¡m-mierda!

Kirishima sentía que todo su mundo se derrumbaba bajo sus pies con tan solo escuchar aquellas palabras. Estaba realmente sorprendido, tenía los ojos abiertos como platos y le brillaban dando la impresión de que lloraría en cualquier momento. «¿que es lo que hice?» se preguntaba en la cabeza mientras daba uno que otro paso hacia atrás.
Después de haber escuchado aquello, todo el valor que había conseguido reunir se habían esfumado y lo único que quería era salir corriendo de ahí lo antes posible...no podía encararlo, no estaba listo, necesitaba más...

Cuando estaba dispuesto a dar media vuelta y largarse lo antes posible, recuerda el pequeño discurso que le dio su amigo la tarde de ayer. «— ¿¡realmente te importa!? (...) ¡Deja ya de lado tus inseguridades! (...) si esperas más, puede que lo pierdas definitivamente y ya no haya manera de volver atrás.» aquellas palabras habían resonado en su cabeza como una alarma que le advertía que si en esta ocasión salía corriendo como un cobarde, lo perdería para siempre sin haber un botón que diga "repito".

— «¡¡mierda!!» —se gritaba a sus adentros colocándose frente a su compañero levantando levemente la voz— Bakugou, por favor escúchame. Lo siento mucho, siento todo lo que hice; siento haberte rechazado sabiendo que lo único que quería era estar contigo!! Yo...lamento haberme tardado tanto en darme cuenta que soy un completo idiota sin valor... —baja la mirada limpiándose el rostro con la manga de su chaqueta.

El chico da un gran salto colocándose en pie lo más rápido posible. Al escuchar aquella voz y verlo frente a él, había provocado que sus nervios brotaran a una velocidad increíble. ¿Habrá escuchado aquel pequeño y vergonzoso monólogo que había hecho pensando que estaba solo? La curiosidad lo carcomía pero dejó eso de lado al procesar todo lo que le estaban diciendo en ese momento.
No tenía ni la menor idea de cómo reaccionar en ese instante; por su cabeza pasaban muchas cosas que podría decirle pero, en la vida real no podía siquiera mover un dedo.

El Chico y la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora