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Era bastante tarde y al día siguiente me esperaba el día más importante de mi vida, sin embargo, mi rostro se mantenía iluminado por la pantalla de mi teléfono móvil mientras permanecía tumbada de lado en la cama de matrimonio. Saeyoung estaba igualmente con su celular, sentado en su silla de escritorio.

«Yoosung★: ¡Es mañana! ¡Yeeeey!»

«Saeyoung: ¿Vendréis todos?»

«Yoosung★: Saeyoung...»

«Saeyoung: He invitado incluso a Elizabeth 3rd así que traedla.»

«Zen: ¡¡Sabiendo esto no sé si iré!!»

«Yoosung★: lololol»

«Jumin Han: Todo el mundo tiene que ir, Zen»

«Jumin Han: Yo mismo estaba ocupado y he cancelado el evento de empresa»

«Jumin Han ha abandonado la sala de chat»

«Zen: Jumin;; ¡¡No traigas al gato!! ¡Sólo invita personas! Solo gente»

«Saeyoung: lololololol es sólo un día»

«Zen: Hey,»

«Zen: felicidades»

«Zen ha abandonado la sala de chat»

«Yoosung★: Saeyoung... tienes mucha suerte haha»

Fue en ese momento en el que Saeyoung levantó la mirada de su dispositivo para verme, inmediatamente sonrió y, sabiendo que estaba leyendo la conversación, dijo:

—La tengo, sí.

Le devolví el gesto antes de ver algo por el rabillo del ojo sobre la colcha blanca de la cómoda. Un sobre que, aunque estaba abierto, no me cansaba de leer.

Lo tomé entre mis manos y vi que en el dorso rezaba en letras negras "para tí". Abrí la carta, encontrándome con un papel fino que cogí con mis dedos.

Era un ticket de avión o de tren, pero personalizado. Un billete de primera clase hacia la estación espacial. Ponía mi nombre y, seguido de este, un par de datos.

MI TODO. PRIMERA CLASE HACIA LA ESTACIÓN ESPACIAL

Nombre: Vee
Vuelo: Besos y abrazos de 707
Puerta de embarque: A través de tu corazón
Fecha: Fiesta
Embarque: ¿Quieres?

Para dos personas convirtiéndose en "uno", cuando tú estés finalmente lista. Tu sitio se encuentra junto a mí. Fecha de expiración: Nunca.

Miré el dorso donde, bajo la banda mangética negra, figuraban un par de líneas dedicadas a mí:

Quiero abrazarte con una sonrisa en mi cara, pero perdóname porque no puedo...
Quizás un día... Espero que todo sea posible,
manteniéndote a salvo a mi lado y...
viajando a la estación espacial para intercambiar nuestros votos...★


Aquel detalle me lo había dado Saeyoung meses atrás, el mismo día que me pidió matrimonio por primera vez tras la fiesta con los miembros de la RFA. Lo había conservado, guardándolo en un cajón, todo este tiempo hasta que esa mañana salió a la luz tras tanto tiempo. Si bien era cierto que esta vez había sido yo la que dio el paso proponiéndose, releer esta carta me había recordado que el primer paso hacia una vida juntos lo dimos ambos.

Sentí cómo mi lado en la cama se undía, no me hizo falta siquiera despegar la vista de su caligrafía para saber que el hombre de mi vida estaba junto a mí.

—Es hasta que estés preparada, Vee —me recordó, casi en un susurro—. Aún podemos cancelarlo y...

—¿Estás de broma? —dije—. ¿Después de que te las arreglaras para invitar a cuarenta y dos personas mas nuestra familia? ¡Has superado mi record de invitados cuando organicé la fiesta de la RFA!

—Entré en tu cuenta de correo electrónico para encontrar sus emails así que el mérito es tuyo, de todos modos, esa gente sólo son personas de negocios. No sé ni siquiera para qué las he invitado, la verdad, es nuestra boda —masculló, con el ceño fruncido.

—Porque al fin y al cabo, la fiesta de antes de la boda tradicional sigue siendo eso; una fiesta. ¿Qué mejor acontecimiento para unir a la RFA que un evento así?

—Sí, per...

Antes de que pudiera decir una sola palaba más lo corté besándolo en los labios, tomando su cara entre mis manos como si fuera una copa. Al separarnos, pude verlo hasta escudriñar cada poro de su rostro, entonces, sin moverme siquiera, lo miré a los ojos y dije:

—Saeyoung, no le des más vueltas. Te quiero a ti y quiero casarme contigo, eso es lo que quería ayer, lo que quiero hoy y lo que querré mañana. Esas dos cosas y nadie va a cambiarlo.

—Aún me cuesta creer que alguien como tú esté conmigo.

—El sentimiento es mutuo.

Ambos nos fundimos de nuevo en otro beso, pero en el momento cúspide de este se escuchó algo al otro lado de la puerta que nos sobresaltó.

—Ugh, pobre de mí aguantar a estos infelices —gruñó Saeran—. Tengo que empezar a buscarme una casa, sí.

Take me to the space [707xMC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora