00:00 - epilogue

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- 1 año más tarde -

Me consideraba realmente feliz, más que nunca.

Tenía al mejor marido del mundo, uno respetuoso que me amaba tal y como era. Y eso era precioso, el amor mutuo.

Era bastante tarde, Seven estaba fuera con Yoosung y lo cierto es que se lo merecía. Estas últimas semanas no había parado de trabajar y un descanso le sentaba bien. Yo, por el contrario, estaba en casa después de un duro día de trabajo en la revista con un chocolate caliente en una taza, sentada en el sillón de la sala de estar.

Suspiré, haciendo que el caliente humo que desprendía la bebida se disipara, la casa estaba hecha un desastre porque a Saeyoung le tocaba limpiarla. Sin embargo, algo llamó mi atención inmediatamente, el dorso de un libro bastante grueso en una de las estanterías destacando por ser mucho más llamativo que el resto.

Dejé el vaso a un lado y me levanté del asiento, notando bajo mis pies descalzos el mármol frío por el invierno. Andando de puntillas, como si no quisiera espantar a una mosca, agarré el tomo y sonreí nada más ver la portada y las letras en relieve doradas que la encabezaban: Así es cómo el verdadero amor se ve.

Volví a sentarme, con las piernas encogidas sobre el cojín y el álbum de fotos sobre mis rodillas. Lo abrí y una fuerte oleada de recuerdos me invadieron, eran fotografías de nuestra boda. Había pasado un año ya, pero lo recordaba como si hubiese sido ayer mismo.

El álbum comenzaba antes con algunas imágenes antecedentes a la boda, sacadas en su mayoría por amigos y que tenían el detalle de la fecha en la que fueron hechas a un lado y estas iban ascendiendo de modo que poco a poco se acercaban al presente.

Comenzábamos con la primera, si mi memoria no fallaba llevábamos apenas un mes de novios. Era una simple fotografía de ambos compartiendo un beso tierno tomados de las manos, era realmente bonita no por ser extravagante si no precisamente por lo contrario, una clara representación de lo bonito y despreocupado que son los principios de las relaciones.

Continué apreciando el resto, hasta que se acercaban las de la boda. Tuve una corta decepción al pensar que habría algunas fotos más de recuerdos que se habían quedado fijos en mi mente. Pero luego consideré que la mayoría serían realmente inapropiadas. Sobre todo para los menores.

Entonces la boda apareció, sonreí al ver que eran los miembros de la RFA más contentos que nunca. Yoosung, Jumin, Zen y Jaehee, dedicándoles una amplia sonrisa a la cámara con un gran salón a sus espaldas donde realizamos la ceremonia. En la página continua estábamos nosotros, Saeyoung y yo, este me miraba fijamente, enamorado, y yo le correspondía. Él vestía un traje con pajarita negra y chaqueta mientras que yo llevaba mi vestido de novia blanco con escote en forma de corazón y la falda con vuelo. Saeyoung en esta fotografía me cogía en brazos mientras yo no podía hacer otra cosa que escudriñarle el rostro con ternura.

Me sorprendí a mi misma rozando con la punta de mis dedos los bordes del álbum mientras miraba la imagen cuando la puerta principal se abrió, revelando en el marco al hombre de mi vida.

—Yoosung y yo hemos descubierto una máquina expendedora de Honey Buddha Chips, este es el día más feliz de mi vida —anunció, antes de acercarse a mi y depositar un beso de bienvenida en mi cabeza—. ¿Qué haces todavía despierta?

—Te estaba esperando —dije, inclinando mi rostro hacia arriba para que pudiera besarme en los labios mientras permanecía de pie tras de mi y del sillón.

—¿Es eso nuestro álbum de bodas? —preguntó, pasando su cuerpo por encima del sillón para sentarse junto a mí. Asentí—. No puedo creerme que haya pasado ya un año.

—El mejor año de mi vida —respondí, dejándome caer sobre él.

Sin embargo, para mi sorpresa, Saeyoung me cogió de los hombros antes de que pidiera yacer sobre su regazo. Me miraba fijamente a los ojos y, extrañada por su determinación, no pude hacer más que alzar las cejas.

—¿Va todo bien?

—Llevo una semana dándole vueltas a algo y no quiero que pase de esta noche —dijo con rapidez, sus mejillas se estaban ruborizando y parecía estar mentalizándose de algo. Como alguien que debe recordar un discurso que ha practicado—. Vee, te quiero desde la primera vez que te vi, recuerdas que estaba realmente asustado por cómo me sentía. Nunca había querido a nadie hasta que apareciste tú. Me tomó un año atreverme a pedirte matrimonio y, cuando caíste en coma y la amnesia, eso realmente me asustó porque tu eras la única persona que podía arruinar mi vida en ese momento. Pero tu, aunque no me recordabas, no dejaste que volviera a caer en la maldita depresión que sufrí antes de conocerte a pesar de que estaba realmente dolido. Porque siempre has cuidado de mí y yo de tí, prácticamente moriría por ti. Haces que el mundo sea un lugar mejor. —Hizo una pausa, tomando aire—. Te quiero. Y quiero formar una familia contigo.

Incrédula, tomé su rostro entre mis manos y choqué mis labios con los suyos cortamente, antes de volver a mirarlo.

—Te quiero.

—Y yo a ti.

De nuevo nos besamos, esta vez era más largo que el otro. Su mano recorrió mi espalda mientras sentía que sonreía contra mi boca. Esta vez fue él quien se separó, aún tocando su frente con la mía, y dijo:

—¿Hacemos un bebé?

—¿Ahora? —pregunté, casi en un susurro.

Saeyoung asintió y nos fundimos por tercera vez en un beso mientras yo sólo podía pensar en cuanto lo quería.

Estaba enamorada de Saeyoung.


Fin.


*******

¡hEEEEEEEEEEEEEEY!
¿Soy la única a la que le da pena terminar esta historia?
¡Pero bueno, todo tiene que terminar, supongo!

Os doy a todxs las gracias por leer hasta aquí y compartir conmigo este bonito FanFiction de amor inspirado en Mystic Messenger. Por cada comentario, cada lectura o voto ¡por todo!

Cada unx de vosotrxs hace que esta historia sea algo más que palabras porque, al leerla, transformáis mi imaginación en sentimientos y eso es lo que hace una relación escritor-lector.

Hasta aquí llego, ¡nos leemos!

Take me to the space [707xMC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora