22:42 - home

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Tras ayudarme a recoger mis pocas cosas y terminar cierto papeleo del cual se ocupó Saeyoung, quien ya se había presentado y no me hizo esperar hasta llegar a casa para saber su nombre, salimos del hospital y me llevó hacia un vehículo blanco resplandeciente en la noche y, aunque no sabía nada sobre coches, al verlo algo me dijo que aquella bestia no podría permitírsela alguien de clase media. Además, si el exterior era impresionante, nada tenía que envidiarle el interior de asientos tapizados en cuero beige y olor a lavanda.

—Este es uno de mis bebés —dijo el pelirrojo, recorriendo con sus dedos el volante frente a sus narices mientras yo observaba todo sentada en el asiento del copiloto—. ¿Te gusta?

—¿Con uno quieres decir que tienes mas? —pregunté, abriendo los ojos como platos.

—Yep —musitó—, los conocerás en cuanto lleguemos a casa.

El camino se me hizo realmente corto pues cada cosa que veía a través de la ventana me parecía nueva y más increíble que la anterior, hasta que finalmente el coche se detuvo y pude ver un edificio de curiosa arquitectura frente a mí, era como si un búnker bajo tierra hubiera sido traído hacia la superficie.

Bajé del auto, caminando tímidamente pasos atrás de Saeyoung hasta la entrada principal de la casa que, como era de esperar, también era especial pues tenía un pequeño sensor y tres cámaras de seguridad que no supe para qué eran cuando, para mi sorpresa, habló con una voz robótica:

—Responde dos menos seis en árabe.

Saeyoung, obedeciendo a la puerta, contestó supongo que correctamente pues esta se abrió ante nosotros y él me miró orgulloso, mas al ver mi rostro confuso soltó una pequeña carcajada.

—No puedo creer que no haya otra manera de abrir la puerta que respondiendo sus preguntas.

—Hay al menos... eh... —Saeyoung alzó la vista al cielo, pensativo—. Multiplica quinientos doce por dos mil cuarenta y ocho respuestas. Te aconsejo tener encima un diccionario árabe.

Fruncí los labios al mismo tiempo que Saeyoung dejaba de mirarme para adentrarse en el piso. No me gustaban las matemáticas, y tampoco idiomas que desconocía.

Una vez dentro pude ver un gran espacio de suelo y paredes blancas, estas últimas con decorados amarillos y negros, e inspeccioné todo el lugar, desde el techo donde colgaba un semáforo aludiendo a una lámpara junto a pequeños focos dando luz a su vez, hasta el gran sillón rojo que ocupaba media estancia, el cual me indicaba que esa habitación parecía ser una sala de estar. Sin embargo, todo esto sería curioso y bonito si no fuera por la basura que había por todas partes.

—Creo que tengo que limpiar esto —murmuró el chico, como si me hubiera leído la mente.

Desvié mi mirada del desastre hacia mi izquierda donde habían unas escaleras que llevaban a un piso inferior pero, además de esto, conseguí fijarme en otra habitación dividida del salón por una cristalera a la que se llegaba por unos escalones. A través del cristal se podía ver lo que parecía ser un dormitorio grande igual de desordenado que el salón, con una cama de matrimonio con sábanas blancas, un par de muebles más y, lo que parecía ser la joya de la corona, un escritorio con tres monitores y una televisión plana sobre estos.

—Bueno, hogar dulce hogar —anunció Saeyoung, interrumpiendo mi primera inspección de la casa—. Este es el salón principal y, en fin, realmente el único que hay. No paso mucho tiempo aquí así que no le hagas mucho caso.

Con dos grandes zancadas el chico  ya estaba a los pies de los cinco escalones que llevaban al dormitorio, aunque de por medio se permitió el darle una patada a unos pantalones que se encontraban en el suelo, y yo lo seguí de cerca, pasando a la habitación de paredes rojas con rayas amarillas a ras del suelo como decoración.

—Esta es nuestra habitación que, bueno, tiene solo una cama, aunque eso ya puedes verlo —dijo con un deje de nerviosismo, como en cada frase que decía, mientras se rascaba la nuca—. Aquí dormirás, yo estaré bien en el sillón de todas formas.

—¿Por qué? —pregunté—. Es tu cama, ¿no?

—Ehh... si, si, claro, pero pensé que tal vez al no recordarme preferirías no dormir conmigo, pero que si... si quieres yo... eh...

Me acerqué a él, estaba tan sonrojado que sus mejillas eran de un granate semejante a su cabello y titubeaba cosas sin sentido con inquietud, y rocé su mano con las yemas de mis dedos la cual estaba ardiendo comparada conmigo. Al hacer esto soltó todo el aire de sus pulmones y, cabizbajo, desplazó su mano de la mía.

—¿Estás bien?

—Sí, claro —murmuró en un suspiro, mas después dejó escapar un suspiro y meneó la cabeza—. No, Vee, no estoy bien.

—Lo siento mucho, Saeyoung, sé qu-...

—No te preocupes, no es tu culpa —me interrumpió, forzando una sonrisa y evitando en todo momento el establecer contacto visual conmigo—. Oye, tengo que ponerme a trabajar ahora, si necesitas cualquier cosa cógela porque estás en tu casa, pero no me molestes, por favor.

Dicho y hecho, se dirigió al escritorio con los monitores y una vez allí, sentado en la silla, me dio la espalda. Quise seguir hablando con él pero tal vez no era buena idea pues tenía que aclararse las ideas y había pasado aún muy poco tiempo, aunque había hecho un gran esfuerzo hasta aquel momento en no desplomarse. 

Así que le di su espacio y me senté en la orilla de la cama, arrugando la colcha blanca, pensando aburrida en qué hacer ahora pues dormir después de haber pasado meses en coma era absurdo. Entonces un mueble semejante a una cómoda a los pies de la cama llamó mi atención pues, sobre su superficie, habían papeles y libros que, ante no tener nada más a mi alrededor, parecían bastante interesantes.

Gateé hacia allí sin levantarme de la cama y cogí entre mis dedos el cuaderno más grande decorado con puntos plateados y letras del mismo color que rezaban; cuadro de organización. Al abrirlo, pude ver por las páginas horarios semanales, los cuales estaban casi todos completos hasta septiembre donde a partir del miércoles catorce no había nada más. Pero lo que me sentó fatal fue ver lo que ponía escrito uno de los cuadritos en bolígrafo azul, rodeado:

11:39 ¡Probarse vestidos de novia con Jaehee!

Una sensación amarga me inundó pues no sabía quien se suponía que era Jaehee pero sí lo que significaban los vestidos de novia; tal vez esa chica iba a casarse y yo ni siquiera sabía quien era.

Sacudiendo la cabeza, cerré la guía y tomé esta vez el librito pequeño gris, con una pluma dibujada en el torso. En la primera página pude ver lo que parecían ser detalles públicos como mi nombre; Venus Han, mi dirección, mi número de teléfono, mi edad que era veintiuno, mi correo electrónico y, por último, cosas más personales como mi altura; 160 cm, mi peso; 49 kg, mi tipo de sangre; A, y mi cumpleaños que parecía ser el veintiocho de abril junto a mi signo tauro.

Habían otros cuadros como el hobby, que parecía ser leer y navegar por internet, mi talento especial que era la organización, comida favorita como la sopa de tomate y la organización en la que trabajaba más sus datos, descubriendo que parecía ser periodista.

Todo esto fue como si una gran cantidad de ladrillos se hubieran disuelto de aquel muro blanco que me impedía recordar, sabiendo ahora muchas más cosas de mi pasado. Sin embargo, pude ver como un enunciado entre los anteriores no estaba completado y este era el de recientes problemas, y lo cierto es que realmente era un alivio saber que había vivido bien y no tenía conflictos en mi vida, aunque sabía que un bolígrafo debería de escribir en ese espacio en blanco amnesia en mayúscula y subrayado.

Continué por las páginas, encontrándome con una guía del año donde cada mes tenía una serie de líneas que correspondían a un día tal y como el resto de agendas normales y corrientes, encontrando allí anunciados cumpleaños de personas que no conocía, reuniones, fiestas y demás.

Pero si lo que leí en el otro libreto me hizo sentirme mal, encontrarme con el mes de enero del año siguiente al presente hizo que mi corazón diera un vuelco.

01.22 Seven Zero Seven! se convierte en mi marido.

Fue en ese instante en el que supe que la sortija que llevaba mi dedo no era solo una alianza, era un anillo de matrimonio. Saeyoung era mi prometido.

Take me to the space [707xMC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora