Lazos de Amor

Cap 21. UNA PEQUEÑA AYUDA

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-¿Hola, puedo ayudarte?.. –Dijo la joven con un tono muy dulce-

-Discúlpeme, no la vi- dijo Aidán un poco apenado-

-No se preocupe – sonrió- ¿Qué lo trajo por aquí? Talvez pueda ayudarlo-

- Si. Mire, estoy buscando al Sr. Madison. Necesito hablar con el urgentemente. ¿Dónde puedo encontrarlo?

-Ya veo. El Pastor Madison está ocupado en este momento. Está impartiendo la Palabra. No tardara mucho, si gusta esperarlo…

-Está bien esperare - dijo Aidán impaciente-

-Espero no ser inoportuna pero... ¿Quiere hablar? Tal vez no pueda ayudarlo, pero soy buena oyente- le miro con una linda sonrisa- o tal vez pueda acompañarlo en su pensar-

Aidán sintió mucha tranquilidad al tener a la joven a su lado. Pudo haberle dicho que no, pero algo en la joven le hizo sentir en confianza.
El solo asintió con la cabeza para que se quedara. Se sentaron en una de las bancas que estaba en la parte de los cuartos de hospedaje y ella comenzó a platicarle acerca del amor de Dios y su forma de sanar corazones quebrantados.
Una extraña sensación se formaba dentro de el al oírla hablar. No por ella, si no por el mensaje. Había algo reconfortante que lo hacía sentir tranquilo y esperanzado.
Paso un tiempo no tan largo hasta que el pregunto.

-¿Solo eres tú la única joven en este lugar?- le pregunto curioso-

-No, somos varias. Nos reunimos cada sábado para tomar las pláticas y estudio bíblico acerca de nuestro ministerio y como llevarlo a cabo en el servicio de Dios. Por ahora no están todas mis hermanas, salieron a una visita en San Francisco junto con la Pastora Adelinne, es por eso que no ves a mucha gente ahora.- dijo muy contenta-

-¿Ministerio?- dijo confundido-

-Si. El ministerio es un servicio que Dios te otorga para que te ocupes en él y puedas llevarlo a cabo en la iglesia y fuera de ella. Con el único propósito de llevar el mensaje de Dios a todas las naciones - dijo muy emocionada-

Aidán se quedó pensando un momento acerca de lo que le dijo la joven. Y recordó lo que Gina le había mencionado. Sus padres hacían lo mismo.

-Supongo que… reciben algo a cambio, ¿no? Digo, nada es gratis en esta vida.

-No estamos aquí por lo material o por el dinero. Es algo más que eso. Es amor a Dios. Lo del dinero y eso lo vemos ya como segundo plano. Dios suple nuestras necesidades porque sabe que necesitamos de ello también y eso nos da alivio- menciono satisfecha-

“¿Amor?” pensó Aidán por un momento, analizando como uno puede amar algo o alguien que no se ve. Para él era algo fuera de lo común, anormal, locura. Pues sí, él sabía lo que significaba la palabra amor, pero eso no podía entenderlo.

-Okay, Esta bien. Creo entender - dijo inconforme-

-Sabes… -dijo la joven pensativa- … A veces, tomamos decisiones correctas como incorrectas que con el tiempo se ven si eran o no la mejor opción. Cuando  te encuentras en situaciones muy complicadas, y no hayas la salida… todo lo quieres hacer a tu manera y no hay respuesta. Por más que luchas, no puedes sostenerte firme, porque no hay base fija. No hay quien te sostenga, y hace que caigas, que te rindas. Llega el momento en que te cansas de pelear con tus propias fuerzas. Y es cuando te das cuenta, de que necesitas a Dios en todo momento de tu vida.

-Disculpe mi ignorancia, es solo que…

-Lo sé. No lo comprende. Le entiendo- le dijo con una ligera sonrisa- pero si se da la oportunidad de conocer a Jesús en un momento de su vida, sabrá de lo que le hablo .Jesús es el autor del amor puro y sincero, del amor verdadero. No es casualidad que este aquí -le miro tiernamente-