ENCUENTROS INESPERADOS

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La mañana transcurrió sin problema, leí cuidadosamente los nombres de las personas solicitadas por Alemania, sin encontrar ninguno conocido solo el de Jung kook y el de kyuhyun por quien rogaba que estuviera vivo, monte guardia toda la mañana hasta que termine mi turno, baje las escaleras para ir al baño y darme una ducha, aprovecharía que estaba solo y me daría un buen baño. Me estaba quitando la ropa en el fondo del baño cuando escuche que alguien entraba cuidadosamente y cerraba la puerta, mire discretamente por la pared y vi al capitán Tae Hoon y a mi sub alterno Lee Hoo hablando discretamente con unos documentos, decidí pasar desapercibido y escuchar de qué se trataba.

-Lee Hoo no quisiera ser yo quien te diga esto, pero no hay otra opción el General nunca nos dirá la verdad- el rostro de Hoo se veía confundido y serio- esta mañana llego el informe al capitán del último grupo de elite que fueron enviados a Alemania....- Tae Hoon baja la mirada tomando aire- todo es una mentira....caímos en una trampa...no quieren sus conocimientos, los están usando como conejillos de indias para experimentar con ellos...en el informe describe exactamente lo que le hicieron a cada uno y que encontraron importante y que necesitan ahora....- sus ojos se llenan de lágrimas y golpea la pared enojado- no debí dejarlo ir...-lee Hoo lo miraba con la boca abierta y podía ver sus manos cerrarse en un puño, ante su historia, me tape la boca para no hacer ningún ruido ante tal información, estaba perplejo.

-Hoon....Si....Siwan.... ¿no lo logro? ¿Aun podemos hacer algo?-le miraba con algo de esperanza, Tae Hoon bajo su cabeza y negó, el mayor controlo sus impulsos cargados de ira y dejo escapar un poco sus lágrimas -¡matare a ese maldito!-grita y el menor lo detiene Controlándolo.

-escúchame!! Lee Hoo, Min Woo está en la lista...del siguiente grupo elite, debemos evitar que vaya...que lo envié- le comenta un poco más tranquilo mientras el mayor se controla-algo haremos...-le conforta- debemos ir a nuestros lugares por lo pronto.
Me quede quieto y callado ante tal información, espere a estar solo para reaccionar rápidamente, el baño fue más corto de lo que pensé cuando estuve vestido y arreglado me senté en la cama a pensar la mejor estrategia mientras leía los nombres nuevamente. La noche empezó a caer, estaba solo así que aproveché la oscuridad para empacar Mis cosas, lo que más necesitaba en una maleta grande, ya que era el encargado del almacén era el único con las llaves, improvisaría un plan o moriría en el intento. Con cautela pasé por los pasillos y me subí a uno de los camiones que tenían en la base, al pasar por la puerta de salida noté que estaba S.cops en la puerta de Guardia, suspire y seguí como si nada.

-¡¡hola!! Voy a una expedición-comente con una sonrisa por la ventana, el chico me miro con la misma sonrisa.

-tranquilo mi teniente, que tenga un buen viaje, cuídese mucho- comenta alegremente el chico, ver su inocente rostro me estrujó el corazón, busque rápidamente dentro de una maleta y saque un radio extra que tenia y se lo entregue, este me miro confundido.

-escucha S.cops, debes salir de aquí, en cuanto este estable me comunicare contigo, por favor esconde el radio, pero.....está atento...en cualquier momento te hablo, hasta entonces mantente vivo por ningún motivo te dejes enviar a Alemania.....solo eso te puedo decir por ahora- le susurré dejando al chico mas confundido quien asintió con su mirada triste, había entendido que no volvería, se aleja del camión y abre las puertas dándome una despedida de militar por el espejo.

Puse el pie en el acelerador y me dirigí al almacén de la base, deje el camión un poco aislado para evitar advertencias y entre con mucho cuidado y sin llamar la atención, dentro del almacén tome algo de comida sabía que había una entrada secreta aun sótano donde se guardaban las armas y las provisiones, la encontré y entre tomando varias armas en una mochila de diferentes calibre y algunas provisiones. Salí de allí rápidamente con mi mochila y algunas medicinas y vendajes, todo estaba en orden parecía que nadie se había percatado aun de mi ausencia, después de dejar cerradas las rejas y poner los candados sentí un arma en mi sien, un escalofrío recorrió mi cuerpo y cerré los ojos asumiendo mi derrota, al menos lo había intentado.

ESTAMOS MUERTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora