Julieta comenzaba a cansarse. La mujer siempre había sido tan amorosa con su adorada hija, jamás fue grosera, jamás le gritó, jamás le puso un dedo encima, pero las atrocidades que su hija ya estaba empezando a cometer la estaban cansando. Sabía que Moesha no pensaba cómo los demás niños de su edad, no era normal que sólo una pequeña niña de ocho años decidiera cortarle el cabello a su hermana y tomarlo cómo una simple "broma", o coser las partes del cuerpo de un hamster y luego arrancarle la cabeza a éste dejándolo muerto y hacer cómo si nada hubiera pasado. Eso ya no era normal. Pero se lo intentó tomar con calma, pensando que su hija tenía otras formas de pensar, o que veía demasiada televisión. Incluso, que todo eso lo había aprendido en su primaria. Pero eso ya no era así. Julieta decidió hablar con Edward sobre el asunto, él era su amigo de confianza, se conocían desde la secundaria, él no la juzgaría y mucho menos a Moesha, y la única conclusión fue: Un psicólogo. Esa idea de los psicólogos Julieta la había intentado apartar, con una charla madre e hija todo estaría bien, pero ya estaba en el límite. Logan Parks, él es el mejor psicólogo de la ciudad, él mismo se ofreció a las terapias con la infante, así la pequeña no creería que su madre eso por cosas... "malas", y no para ayudarla.
—Pequeña, ¿ya estás lista? Víctor te espera —llamó Julieta. Víctor Miller, él es el chófer de la adinerada familia, también es un amigo de confianza, pero él ya está enterado de las cosas que hace la menor. Víctor más que un amigo, se ha comportado cómo un padre para las niñas, y es más que un chófer para Julieta.
Agatha estaba en la peluquería, la pobre despertó gritando al ver esos mechones pelirrojos en sus sábanas y en el piso. La suerte es que no se lo cortaron demasiado, no quedaría tan mal.
La pequeña castaña terminó de bajar las escaleras, lucía un vestido blanco muy bonito, su cabello estaba suelto y desenredado, y también tenía una chaqueta de jean. Julieta sonrió y besó la mejilla de su hija, se despidió y la acompañó hasta el coche, donde Víctor ya estaba allí.
...
Hoy era el primer día de terapia, sí, Julieta lo decidió aquella mañana, cuando Agatha despertó gritando y llorando cómo una niña de ocho años a la cual no le compraron la muñeca que quería. Obviamente, la infante sabía lo que pasaría en casa de Logan, y para la suerte del susodicho y Julieta, la niña no mostró fastidio, pues claro, pasaría una hora y treinta minutos en casa de su persona favorita, ¿por qué le iba a molestar?
Víctor se estacionó frente la casa de Logran, se despidió de la pequeña y se puso en marcha hacia la peluquería por Agatha.
—¡Logan!
—¡Pequeña! —Moesha corrió haciaLogan, abrazándolo con cariño mientras que él tomaba su cintura y la cargaba, entrando en su casa— ¿Cómo estás, pequeña?
—Logi, ¡sabes que odio que me llames pequeña!
—¡Y sabes que yo odio que me llames Logi! —y los dos estallaron a risas. "Logi" era el apodo que Moesha le había puesto a Logan, pues decía que su nombre era muy serio y muy de mayores, cosa que le dio mucha risa al hombre.
Los dos caminaron hacia una sala de paredes blancas, había un sillón largo color morado oscuro y en frente una mesita de cristal dónde siempre había algo de tomar, cómo agua, refresco o jugo, y la libreta de apuntes de Logan. Frente la mesita, había otro sillón individual, también de color morado oscuro y acolchado. Había una gran ventana que dejaba ver casi toda la habitación si estabas en el exterior, y si estabas en el interior de la habitación, lograrías ver un paisaje de una carretera y árboles, muchos árboles, dónde la gente solía hacer investigaciones, pues en ese bosque han ocurrido asesinatos, desapariciones, etcétera. Pero claro, eso lo solía mantener en secreto la policía.
La menor saludó a la hija de Logan, Adrianna, una linda chica de cabellos cafés y ojos azules, Adrianna no se parecía a Logan en lo físico, pero en la personalidad eran iguales. Adrianna es la mejor amiga de Agatha, las dos estudian en la misma secundaria y están en el mismo salón. La castaña también está enterada de las cosas que la pequeña hace, y siempre le ha dicho a su padre que Moesha es un verdadero bicho raro, pero aún así, ella admite sentir cariño por la menor piense cómo piense.
La terapia se basó en preguntas aburridas, hasta que finalmente, llego a una realmente importante, según Logan, claro:
— Cariño, dime, ¿por qué te gusta torturar a los animalitos?
— Yo no los torturo... creo. Simplemente juego con ellos, además, cuando desperté, Mofletes ya estaba muerto, lo demás... uh, no sé, vi en la televisión cómo un hombre viejo y arrugado disecaba a su gato, y ¡yo quise hacer lo mismo! pero me salió mal y preferí dejarlo morir en paz.
—Ya veo... —"Entonces son sólo cosas de la televisión, supongo" pensó Logan. Ladeó la cabeza después de apuntar todo lo que la pequeña decía y que él pensaba que era importante. Realmente, no pensaba que eso lo haya visto en la televisión, pues los canales eran controlados por Julieta, y siempre está con un adulto o con Agatha cuando ve la televisión, y todos saben que aunque se trate de un ridiculez, son ideas para ella, y esas ideas no son nada buenas. La terapia acabó y los tres tomaron el refrigerio, hablando sobre diversos temas.
...
—Mamá cree que soy tonta, ¿sabes? —dijo Moesha a su muñeca de porcelana.— Cree que yo me tragué eso del psicólogo, pero no es así. No entiendo porque me oculta las cosas, no entiendo... no entiendo nada, Emily. ¿Acaso mamá cree que estoy loca? ¿Acaso ella también cree que soy un monstruo? Parece que sí, y creo que Agatha piensa lo mismo. Já, ¡y yo pensando que con ellas podía contar! Pero ya veo que no se puedo, que sólo puedo confiar en Logan, él si me quiere, él no cree que soy un monstruo, él no me juzga... y por eso, él algún día decidirá dejar a esa zorra de plástico llamada Laura Prescott, y me cambiará por mí. Porque él me ama cómo yo lo amo a él —gruñó y lanzó a Emily hacia el piso, rompiéndola en miles de pedacitos. Suspiró y apagó la luz de su recámara, mañana se encargaría de deshacerse de los trocitos.
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Atención, atención. Quería avisar que ya tal vez en el próximo capítulo vean cambios de tiempo, cómo que Moesha está grande o que sueña algo, o cómo que Adrianna o Agatha tienen recuerdos de cuando eran pequeñas, cosas así; con el tiempo entenderán porque esos cambios, y está bien si a lo mejor se enredan en el próximo capítulo, intentaré ser muy clara en la narración.
Bueno, ¡adiós!
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Amor enfermizo // Moesha
Misteri / Thriller✽》No siempre las personas que se ven tan sumamente inocentes pueden llegar a serlo verdaderamente; a veces, aquellas personas pueden llegar a convertirse en una pesadilla, tú peor pesadilla. Laneya, una 《pequeña niña》 de ocho años, con una ment...