Narra Emmy:
Estaba completamente aburrida, apoyada en la ventana del avión que daba al cielo. Jade estaba sentada al lado mío. Íbamos en la clase económica porque los muy putos de mis padres no quisieron pagarnos un pasaje en primera clase; y a decir verdad, yo iba demasiado incómoda. Jade miraba de reojo y con odio a Jay, que nos estaba acompañando. El avión tenía tres corridas de asientos, así que estábamos todos juntos. Yo estaba en el asiento de la ventana, mientras Jade al lado mío y Jay a la orilla del pasillo. Por el espectáculo que hicimos ayer, nuestros padres decidieron botarnos antes en New Orleans con la puta hermana de la puta de nuestra madre. Ya llevábamos como una hora sobrevolando los aires, y todavía faltaban como tres horas más. ¡Joder, estoy estúpidamente cansada y no puedo dormir porque es demasiado incómodo. La azafata llego a nuestros puestos. Era una pelirroja que le estaba coqueteando a mi hermano. Puede que Debby no me caiga bien... Bueno, me cae mal... OKAY ¡LA ODIO! Pero no por eso voy a dejar que le coqueteen.
—A ver zorrita, por si no ves, tiene un anillo, que significa que está casado y para colmo, tiene dos hijos muy putos, pero aún así tiene hijos, así que... ¡RESPETA, POR LA PUTA MADRE!— exclamé, algo desesperada. La tipa me miró atónita. Yo, alzando las cejas, la espanté. Sonreí y me di vuelta para mirar el cielo. Jay y Jade quedaron estupefactos ante mi reclamo. Y yo sigo preguntándome, ¿POR QUÉ MIERDA LOS LLAMARON A LOS DOS CON NOMBRES TAN PARECIDOS? Jay, Jade, sueno como a un trabalenguas o algo así.
*
Estaba perdida, en un salón oscuro, con una bebé en los brazos, era en parte parecida a mí, pero no igual. Mientras más caminaba, tratando de encontrar una salida a la habitación, la niña más lloraba. Camine un poco más, a lo lejos pude ver una sombra y justo al lado, una jodida puerta. Jade estaba en la puerta, esa era la sombra que veía. Jade tenía el labio roto, con un poco de sangre.
Salimos al fin de aquel cuarto negro, pero ahora estábamos en uno completamente blanco. Apareció Luke, esperen ¿Que hacía Luke allí? Me quitó a la nena y desapareció, yo me asuste y salté. Ahora había aparecido otra mujer y Jade había desaparecido. La mujer, corrió detrás de Luke, yo la miré detenidamente. Era igual a mí, pero unos años más adulta y su rostro expresaba desesperación.
*
Desperté de un salto, Jay y Jade me miraron extrañados. ¿Qué había pasado? ¿Estaba soñando? Puf, que sueño más raro el que acabo de tener, fue corto, pero extraño. Esas mierdas de sueños que sueño.
— ¿Qué ocurre, hermanita celosa?— Cuestionó Jay, alzando las cejas y recordándome la escena de hace horas. O minutos, no lo sé.
—Nada, estaba soñando.
-¿Que me coqueteaban?— Sonrió.
—No— le respondí seca, arrugando la nariz, en forma de enojo.
—Ya lunática, no te enojes. Por cierto, anda preparándote, porque vamos a aterrizar en unos pocos minutos— Rodee los ojos y me di vuelta, para mirar por la ventana —otra vez—. Veía la cuidad, de lejos, los grandes terrenos de aguas y los árboles que cubrían a esta misma. A los pocos segundos, la voz grave de un hombre anunciaba que nos pusiéramos los cinturones de seguridad, porque íbamos a aterrizar. El puto cinturón ya lo tenía puesto, así que me quede quieta mirando por la ventana.
Me dolía la espalda. ¡Ay!
El avión se detuvo y Jade por fin habló, había permanecido con los brazos cruzados y sin dirigir ni una sola palabra, en modo de protesta.
—Vámonos de esta porquería, please sister— yo asentí y me levanté, saqué mi maleta más pequeña, que se podía poner arriba y la bajé, a duras penas. Jade intentó hacer lo mismo, pero la maleta se le cayó encima, mientras se sacaba la mierda. Yo estallé en carcajadas.— Cállate, maldita puta.
—Zorra— le dije, sabía que toda la ira que tenía, la estaba descargando ahora.
— ¡TE DIJE QUE TE CALLARAS! — me gritó.
—¿Y SI NO SE ME DA LA GANA?
—ENTONCES YO TE CALLO.
—Chicas, paren por favor. — Ni siquiera habíamos salido todavía del avión, que ya estaba vació, excepto por la azafatas que nos miraban raro. Jay nos tomó del brazo, para sacarnos de allí. Antes de irnos, una tipa castaña le dijo a mi hermano:
—Debe ser difícil criar a dos gemelas, y más si es tan joven. Cuídese— le guiñó un ojo.
—¡NO SOMOS SUS HIJAS, MALDITA ESTÚPIDA!— Exclamé.— ¡NO ES NADA MÁS QUE MI INSIGNIFICANTE HERMANO MAYOR!- Jay me pellizcó, yo grite y le pegué una patada en las bolas. Él me siguió tirando del brazo, hasta que salimos del puto tunel. Hicimos todo los trámites de recoger maletas y salimos del puto aeropuerto. Nos estaba esperando una camioneta más ordinaria que el avión en que íbamos. Quizá era de la década cincuenta, porque estaba demasiado deteriorada y el color era de un celeste asqueroso.
— ¡YO NO ME VOY A SUBIR A ESTO!— Dijimos las dos al unísono. Nos miramos y sonreímos, no durábamos ni cinco minutos enojadas unas con otras. Había un tipo que estaba conduciendo la camioneta, de seguro era nuestro tío.
—Hola chicas— saludó el hombre— No puedo creer que estén tan grandes y tan lindas.
—Súbanse— Jay nos empujó y caímos en los asientos traseros de la camioneta. PUTO.
-¡YA ME TIENES HARTA! ¿QUÉ NO TE CANSAS DE TIRONIARNOS TODO EL PUTO DÍA?— Exclamó Jade, yo simplemente la miré y arrugué la nariz, mirando de reojo a Jay.
—Adivino, tú eres Jade. —dijo el tipo apuntando a mi hermana. Jade alzo la ceja izquierda y lo quedo mirando...— Puedo saberlo por el carácter que siempre has tenido, en cambio Emmy siempre ha sido una niña tranquila y calladita— Eso me molestó.
-Número uno, ya no somos niñas; número dos, las dos somos iguales, en cuanto a carácter y toda esa mierda, así que, si crees que sigo siendo una puta niña callada y ángel, ¡PUES TE EQUIVOCAS!—Grite eso último. El puto quedo con cara confundida, lo podía ver por el retrovisor.
—Emmy, más respeto, por favor. Él es tu tío y le debes un poco más de eso— ¿Me estaba exigiendo? Puf, está muy equivocado.
—Jay, por favor, no me hagas reír, ¿Crees que vamos a tener respeto por este tipejo si ni siquiera le tenemos una pizca a nuestros malditos papás? —Jade me defendía, yo sonreí orgullosa.
—Perdonen niñitas, pero yo soy cristiano y no me hace bien que digan tantas groserías delante de mí— Jade y yo estallamos en carcajadas, que yo creo que se escuchaban en toda la carretera.
—¡CHICAS! Respeten, por el amor de Dios, su tío Antonio es de creencias religiosas— Se llamaba Antonio. WOW. Que nombre más feo. (Sin ofender a los demás Antonios)
Todo el puto mundo se quedó callado, hasta que llegamos a la casa. Era algo horrible, una casucha de cartón parecía. Esa era la única casa más pobre, porque las otras eran mucho más grandes y se notaban. Afuera, había dos mujeres y un chico, de unos dieciocho años, no más. La chica se veía de un año más grande que nosotras y que por cierto, era horrible, con lentes y el pelo teñido en un intento de californianas fallido. La mujer, era obesa, parecía una verdadera pera mutante, tenía el pelo negro con varios rizos, pero bien corto, yo creo que le llegaba hasta el cuello y de muy baja estatura. Nos bajamos de la camioneta a supuestamente saludar, Jay nos bajó las doce maletas que teníamos, si, seis para cada una. Apenas bajo las doce maletas y las dejó a la entrada de la casa, se despidió y se fue en taxi de nuevo para el aeropuerto. Venía a solo dejarnos el muy puto.
—Hola niñas, me da mucho gusto verlas— dijo la pera gigante— Me llamo Ximena y es un honor tenerlas de huéspedes en mi bello hogar— Jade y yo levantamos la mirada hacia la casa y fingimos vomitar.
—Vanessa, hermosa, ¿Puedes mostrarles la casa a tus primas?— Le preguntó Antonio. Ella asintió y entró con nosotras a la casa. Jade estaba congelada, su cara estaba paralizada, creo que una vez yo tuve un problema con ella y Jade la golpeó.
Tan solo recuerdo un poco.
Subimos las escaleras y entramos a una habitación pequeñísima. Yo creo que la casa del perro de al lado de mi casa (Nuestra verdadera casa, la mansión), es más grande que este cuarto.
—Éste va a ser su cuarto, espero que le guste.
—¿ÉSTA COSA?— Gritamos las dos al mismo tiempo.
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Tú desordenaste mi mundo.
Novela JuvenilSer gemelas nunca es fácil. Tienen que lidiar la una con la otra, pero este caso es especial... Normalmente las gemelas/mellizas se llevan bien, e incluso se llegan a querer tanto que podrían dar la vida la una por la otra. ¿Que sentirías si tuvier...