No puedes confiar en tus ojos, debes sentirlo. Y siento que estamos cerca.
LoG, 119
-Si no podemos atraparla, esta es una manera de castigarla, sabes cómo está vinculada a esta estúpida muñeca, donde quiera que vaya, arrastra a este conejo con ella, como una idiota- dijo Enoka astutamente mientras Cegata se acercaba.
Entonces ambos se volvieron hacia ella y ella se congeló en su lugar.
Su rostro mostraba odio, pero también su desaliento y ansiedad.
-¿A que sí, querida?-, la protegida grande se burló de la niña delgada, polvorienta, sin aliento.
-¿El bebé quiere su pequeño juguete de peluche?-
-Devuélvemelo-dijo Cegata, tendiéndole la mano en señal de odio-.
-Así que es "él"... Y no te halagues, Cegata, dices que es tuyo, pero lo encontraste primero encima de una pila de juguetes apestosos y podridos ... Tú no tienes derecho a él -se rió Sien-. –Una cosa más: es hora de que crezcas-
Cegata estaba disgustada con su calumnia y sus dedos sucios agarrando su juguete.
El señor Orejón era suyo, él era el núcleo de su ser, como una esponja que absorbía todas sus palabras, pensamientos y lágrimas de última hora, sus temores, dudas y recuerdos, como un cajón de madera en el que almacenaría los secretos más encubiertos de su mente. Si me lo quitan ... Es como si me estuvieran sacando de este cuerpo, y es como si no me quedara nada, sólo un paso aburrido y un vacío. ¡No se los daré! Él es mío. Él es yo. Pero cómo ... ¿Cómo puedo arrebatárselo ahora?
Pensó en Oso por un momento, que ciertamente no estaba lejos, pero se detuvo antes de ir al agujero para traerlo.
Si viene aquí ... se darán cuenta de que había un agujero por el que entró. Se darán cuenta que lo hice y lo cerrarán, fortalecerán las medidas de seguridad. Nunca me iría de aquí. Tengo que llevarme al Señor Orejón sola, de alguna manera, sin ninguna ayuda. ¿Pero cómo?
Para ganar tiempo, empezó a hablar con ellos.
-A Vadrifa no le gustará esto.
Aunque sabía que era cierto, Cegata también sabía que Vadrifa no podría hacer nada al respecto. Era sólo una figura, una señora mayor que permitía a los empleados más jóvenes liberarse de la tediosa labor de leer ficheros sobre los huérfanos y resolver sus casos.
-¿No le gustará qué? ¿El hecho de que dos huérfanos lleguen tarde al Orfelinato y tarde para la segunda comida? Creerá que estábamos en lo cierto. Y aunque no lo pensara así ... Hay otras institutrices que la convencerán de que es lo mejor.-Sien era práctico.
-Deberías haberte detenido a tiempo, querida, y sostenido esa maldita lengua-, añadió Enoka.
-¿Tuviste que abrir la boca, provocarnos y derramar tu veneno? Ahora toca aguantar las consecuencias. Seremos buenos y no te molestaremos más porque ... ", fingió lástima al mirar el rostro de Cegata con el pelo sucio y varios moratones que, según parecía, cada momento que pasaba, aparecían cada vez más, -no podías soportarlo, y las medidas educativas en el Orfelinato nos obligan a castigarte de cualquier manera. Así que ... creo que ya hemos elegido el castigo.
-¡No! ", gritó, saltando sobre Enoka, y justo cuando pensaba que iba a atrapar a Señor Orejón, Sien se separó de Enoka y ella le pasó el juguete.
Cegata se encontró en el medio, corriendo desesperadamente de uno a otro, ladrando y arrastrándose como un perro, mientras que el juguete de peluche estaba volando por el aire como una bola distorsionada en una imitación retorcida de un juego de niños.
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La profecía del agua | ✔️
Fantasia*La Espada de las Sombras", de J.V. Jones se combina con "La Saga de los Demonios" de Peter V.Brett.* En el mundo creado y mantenido por el ser supremo conocido como Mente, donde sangre es agua y no hay cuerpos celestes, los hilos de destino unen a...