Un humano es un animal salvaje en el fondo. Acabo de hacer que lo vean con sus propios ojos.
LoG, 96
Estaba temblando cuando salió a la calle. Todo a su alrededor parecía borroso y nebuloso, observado a través de gotas saladas de lágrimas, pero las piernas encontraron un camino familiar. Se apresuró, sin parar para recuperar el aliento, vacilando por las estrechas calles, por la Plaza de Comercio y hacia los más pobres Namases junto a la Puerta Izquierda.
Casi esperaba oír el ruido de los niños, oler el pastel de manzana de la cocina de la madre y ver a Borna y Sobik pateando la improvisada pelota hecha de harapos.
Miglena en el porche, vistiendo una muñeca de madera barata con tela de lino, en el suelo, junto a padre sentado silenciosamente y fumando, pensativo.
Quería correr hacia él, tanto, gritar "padre" y apoyar su cabeza en su regazo y llorar con toda su alma.
La desconocida mujer arrugada estaba poniendo la ropa a secar en el patio. Se quedó inmóvil al verla y la imagen idílica desapareció inmediatamente.
Namas ahora estaba pintado en el exterior con un nuevo color blanco chispeante en vez del familiar, calmante verde pastel.
El lugar estaba aquí pero... Nada era igual. La Luz y la Oscuridad dieron muchas vueltas, los días pasaron y ella ya no era la misma, aunque ella quería, ella quería ser la misma.
Con la cabeza inclinada, sin haber saludado a la mujer, Nalina empezó a caminar hacia el castillo con un paso lento y roto, todavía apretando el cuaderno.
Ya era hora de que regresara a su nueva vida.
Iré a Waterfort tan pronto como pueda y luego... Entonces puedo pedirle a mi madre que me deje usar la PiedraVista. Seguramente me permitirá hacerlo cuando se entere de que se trata de padre. Tengo que contarles a todos lo que ha pasado.
Oyó risas y silbidos en un callejón cercano y se detuvo, curiosa.
Las tres siluetas que aparecieron delante de ella parecían grotescos hombres voluminosos, y ella se retiró a primeras, pero cuando reconoció a los jóvenes, sonrió, aliviada.
Eran parte del mosaico de las imágenes de su niñez y Nalina estaba increíblemente feliz por este encuentro casual. Levantó la mano y la agitó en su dirección. Todavía no podía recordar sus nombres, y su cerebro se esforzaba por hacerlo mientras los juegos de la calle, cuando eran niños, pasaban vívidamente delante de sus ojos.
-Hey!-, Nalina exclamó alegremente. -¿Os acordáis de mí? Tanto tiempo ha pasado...-
Los tres se detuvieron en seco, cautelosos, tratando de averiguar quién los llamaba y cuando finalmente la reconocieron, los tres, como en señal, sonrieron y sacaron las manos de sus bolsillos.
-Bueno, bueno, bueno, ¿quíen lo diría? Si no es Su Majestad la Princesa Nalina, -el más cercano a ella, bajo y voluminoso, con un mechón de pelo negro recogido en trenzas, murmuró burlonamente.
Nalina no se lo tuvo en cuenta.
-Sí, ¿no es gracioso?-los saludó con una amplia sonrisa, y el otro, delgado, alto, cuya parte central de la cabeza revoloteaba con gruesos cabellos rubios, y el resto estaba afeitado suavemente, susurró a sí mismo en su barbilla: -Podríamos decir que es una coincidencia afortunada.
Nalina no pensó mucho en este comentario y siguió diciendo: -Y sí, entiendo completamente por qué hablas así de mí. Odio ser llamada "princesa".
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La profecía del agua | ✔️
Fantasy*La Espada de las Sombras", de J.V. Jones se combina con "La Saga de los Demonios" de Peter V.Brett.* En el mundo creado y mantenido por el ser supremo conocido como Mente, donde sangre es agua y no hay cuerpos celestes, los hilos de destino unen a...