2. Antes

637 64 4
                                    

— 2012—

La oscuridad era algo interesante de sentir, porque desde la desaparición de James yo había estado caminando con esta al lado, siempre presente pero nunca engulléndome, sin embargo, en esta pequeña celda en la que apenas me podía mover, es donde la oscuridad por fin me dio la cara, me detuvo y me asfixio.

La claustrofobia comenzó a ganar en mi corazón, las paredes se cernieron a meros centímetros de mi rostro, brazos, piernas y pecho, sofocándome en el proceso. El estar atada por cuerdas mágicas, que suprimían mis poderes, de manos y piernas no ayudaba a la situación—«Tranquila Anya todo va a estar bien »— para empeorarlo todo, tenía la espantosa sensación de que algo mucho peor había ocurrido en el campus, después de todo, había desaparecido antes de ver como finalizaba la batalla.

—¡Sáquenme de aquí!— grite en la oscuridad mientras intentaba mover mis manos y piernas pero me era imposible, lo único que estaba logrando era herirme más pero no podía quedarme aquí, no podía dejar de luchar.

Forcejee con mis ataduras por un par de horas, esperando desesperadamente que mi situación cambiara pero nada ocurrió, mis ojos se comenzaron a cerrar al pasar el tiempo y luego de haberme desgastado por completo caí dormida.

—Miren a quien me encontré— la voz de aquella persona que tanto conocía hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo, era imposible, esto no podía estar pasando.

—Tu, estas muerta…— dije secamente mientras abría los ojos, me encontraba de pie en medio de un amplio lago de aguas negras que reflejaba la luna llena del cielo, frente a mí se encontraba ella flotando sobre el agua, con su tez tan blanca como una hoja de papel, su cabello café chocolate y sus eléctricos ojos azules— Maerwen.

—Hola Anya— dijo ella mientras daba un paso hacia mí, yo di uno para atrás y me percate de esa manera que yo también estaba flotando sobre el agua— aun me tienes miedo, pero ¿qué te puede hacer una pobre muerta?

—¿En dónde estamos?— dije quedamente, aun no estaba muy segura de lo que estaba pasando.

—En tu mente— dijo ella mientras una sonrisa pícara aparecía en su rostro.

—¿Qué haces en mi mente?—

—Me introduje en ella antes de morir—

Mis ojos se abrieron de par en par, no podía creer lo que ella me estaba diciendo, no quería creerlo— era imposible que lo sintieras, me introduje en ti de tal manera que no pudieras darte cuenta antes de que ocurrieran ciertas circunstancias.

—¿De qué rayos hablas?— susurre mientras sentía como el miedo me invadía lentamente, tenerla dentro de mi mente me daba pánico, que podía hacerme desde aquí—¡Habla!

Su sonrisa se ensancho y comenzó a caminar hacia mí, yo me intente mover pero me encontré paralizada en mi lugar, era como si ella me tuviera paralizada con  su mirada— No lo miras Anya…— ella se acercaba lentamente, como si disfrutara de lo que estaba ocurriendo.

—No te acerques más— esto no podía estar pasando, James no se había sacrificado para que ella me tuviera a su merced en estos momentos— aléjate de mí.

—Cómo puedes ver Anya, tu mente está decayendo lentamente— ella alzo sus brazos y los expandió para abarcar todo lo que nos rodeaba— toda esta deliciosa oscuridad está plagando tu mente.

—No entiendo nada de lo que dices— le recordé.

—No tienes por qué hacerlo— dijo una vez que estuvimos cara a cara— dentro de poco la oscuridad te engullirla y yo estaré ahí para presenciarlo— coloco su cara a centímetros de la mía— la oscuridad se acerca…

Llamas oscuras (Suspendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora