Llamas oscuras (Suspendida)

Antes

— 2012—

—Vamos Anya, ¿acaso me tienes miedo?— sabía exactamente lo que estaba haciendo Johan, estaba intentando que reaccionara, que me volviera a desenvolver en el campus pero la verdad es que no tenía las fuerzas para intentarlo, no después de lo que todos habían pasado por mi culpa.

—Vamos Johan déjame en paz— le dije mientras me dirigía a la siguiente clase, no había encontrado nada mejor que hacer desde la batalla con Maerwen… desde que él había desaparecido.

—¿Enserio piensas esconderte por el resto de tu vida? Crees que eso es lo que él querría—se estaba pasando de la línea.

Me detuve en medio pasillo y respire hondo mientras notaba a todos los híbridos del pasillo detenerse al mismo tiempo, estaban esperando a ver como se solucionaba esta pequeña charla.

—Cállate Johan— me voltee hacia él y deje que algunas chispas azules salieran de la punta de mis botas al moverme.

—Tiempo sin ver esas chispas—dijo él con desgane— James estaría feliz de ver esa cara de enojo.

—Eso fue suficiente— dije mientras hacía explotar la ventana que tenía Johan a su derecha, él no se sorprendió. Me estaba descontrolando, lo podía sentir, había mantenido mis emociones y poderes a raya, pero con Johan diciendo verdades en mi cara no podía controlarme.

—Vamos, libérate un poco niña— me dijo mientras se acercaba lentamente a mí, pude escuchar el sonido de pisadas que se dirigían hacia nosotros por entre la multitud, probablemente eran los directores, esta situación se me estaba saliendo de la manos.

—Aléjate de mí— dije mientras las llamas comenzaban a consumir los dedos de mis manos, muy lentamente mis poderes se estaban apoderando de mis pensamientos. La multitud que nos rodeaba estaba en total silencio, la tensión se podía sentir en el aire.

Johan llego a mi lado y coloco su cara frente a la mía mientras que escuchaba las voces de los directores pidiendo pasada entre la multitud, estaba segura que ellos no sabían cuan grave era la situación.

—Te estas dejando marchitar niña, James nunca te amaría de esa manera— y ahí estaba, las palabras que sabía que me iban a desbalancear por completo.

—¿Eso crees?— dije mientras me plantaba firmemente en el pasillo y dejaba que por primera vez la rabia me cegara, las llamas se elevaron cubriéndome de pies a cabeza, mis poderes ardieron en mis venas mientras le sonreía a Johan.

Una columna de llamas salió disparada de entre mis manos y hacia él, las llamaradas le golpearon de lleno en el pecho y lo mandaron, por medio de la destrucción de una pared entera, hacia el exterior.

No le di tiempo para contraatacar y me lance contra él, mis poderes rugían en mi interior, la sangre hervía y vibraba mientras llamaba con más vehemencia a mis llamas.

Johan no tenía a donde escapar pero no me importaba, él se lo había buscado— ¿te parece que perdí el toque?— dije mientras que lo alcanzaba en medio vuelo y lo estampaba contra el suelo con una sola y fluida patada.

Escuche gente gritando a mi espalda, algunos mantenían el silencio mientras que otros gritaban para que me detuviera, ignore a todos, esto era personal, Johan lo había hecho personal.

Descendí sobre la plazoleta central y mire la piedra quemada que había quedado alrededor del cuerpo de Johan—¿tuviste suficiente?— él no se movía en lo absoluto, así que di por terminada la pelea, estaba enojada pero eso no quería que iba a atacar a alguien que ya no se podía proteger.

Me di la vuelta mientras que las llamas desaparecían a mí alrededor y note por primera vez a la multitud que se había amontonado en la escalera que daba a la plaza, las grandes escaleras estaba repletas de híbridos amontonándose unos contra otros, en el frente de la multitud se encontraban los directores, a los cuales me daba pánico ver a la cara después de lo que le había pasado a James, Madison, la cual estaba aferrada al brazo derecho de Derek, después de la gran pelea con Maerwen había quedado ciega y aun no se había terminado de adaptar a la oscuridad por lo que siempre estaba con Derek, y Kenzie quien tenía agarrado a Derek del otro brazo como si me tuviera miedo y no la culpaba.