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La iglesia estaba decorada minuciosamente, rosas blancas y azules adornaban las paredes. Una alfombra blanca que llevaba directamente a una hermoso arco blanco situado por encima del atril del cura.

Los músicos estaban a un costado, era una pequeña orquesta compuesta por un pianista dos violinistas y una hermosa chica tocando el arpa.

Escuchó el inicio de la marcha nupcial y contó lentamente hasta veinte, lo tenía todo controlado.

Levantó la cabeza del móvil, la novia estaba a punto de pasar por su lado y tenía que disimular. Sonrió cuando ella paso mirándolo radiante, esperó a que siguiera su camino y cuando pasó por delante dejó caer la comisura de sus labios agachando la cabeza para  concentrarse en su juego.

Volvió a mirar hacia adelante cuando escuchó gritos y aplausos de los invitados. La dulce pareja se estaba besando, sonrió dejando su juego por un momento, uniéndose a los aplausos cuando vio a la pareja separarse.

Había asistido con esta a dieciséis bodas, empezaba a arrepentirse de ser una persona sociable o por lo menos de haberlo sido porque ahora reuia a la gente.

Miró una vez más el reloj que adornaba su muñeca, suplicando que los minutos pasasen más rápido.

Ya habían salido de la iglesia hace una hora. El banquete sólo se podía describir con una palabra, sublime, todo era jodidamente perfecto, era una pena que las bodas lo asquearan tanto, tal vez seis bodas antes hubiera estado impresionado y atontado con la idea de un final feliz y toda lo rosa del cuento, pero ahora sólo pensaba en lo insoportable que era el niño que no paraba de berrear.

-Baek gracias por venir.-sonrió abrazandolo la novia.-Se que estabas muy ocupado.

-Jaerin estas hermosa.-sonrió.

-¿Cómo lo estás pasando?.

Baek levantó una ceja y miró al resto de personas sentadas en la mesa, la pregunta iba en broma ¿no?, lo habían sentado con la tía insoportable, el idiota insinuador y el maldito niño.

-Todo bien.-sonrió guiñandole un ojo.

-Lamento lo de Kevin.-murmuró ella en su oído.-Es un poco impulsivo.

Baekhyun giró la cabeza mirando al insinuador para después inclinar su cabeza hacia Jaerin, ¿iba en serio?.

-Tengo que irme.-susurró ella.

Asintió y se giró mirando la barra, se levantó y caminó hasta sentarse en uno de los taburetes, justo en el centro.

Sonrió hacia el barman y levanto la mano levemente.-Ponme algo tan cargado que cuando me de cuenta ya este tirado en mi cama.

El barman se rió y nego lentamente, minutos después dejó un cóctel de un curioso tono verde enfrente de su cara.

Sonrió y lo miró curioso.-Gracias.

Se dio la vuelta sobre la silla tomando pequeños sorbitos de lo que fuera que tuviese en el vaso. Había aprendido con su doceava boda, beber muy rápido podía terminar en estragos, sobretodo cuando no tenias ni la menor idea de lo que estaba bebiendo.

-¿Dónde está tu pareja Baekhyunie?.

Hizo una mueca y se giró, habían coincidido en diez de las bodas a las que había ido y seguía haciéndole la misma pregunta.

-Sun Hee.-movió la mano en forma de saludo.

Estaba empezando a aborrecerla aún más, era una excompañera de la universidad y siempre se habían llevado mal, Sun Hee era insoportable.

-Responde Baekhyunie, dijiste que lo traerías esta vez.

Suspiró desganado y la miró con la ceja alzada, ¿no tenía algo mejor que hacer?.

-Está ocupado con el trabajo.-sonrió leve.-No pudo venir.

-Pues para la próxima Baekhyunie.-sonrió alejándose.-Voy a ver a Eunji, ya sabes no se los puede dejar solos por mucho tiempo.

Baekhyun asintió y dejó caer la comisura de los labios cuando la vio alejarse, era una completa arpía, se habría reído en su cara cuando habló de su pareja, ¿pareja?, hacia un año y tres meses que no tenía una, pero eso ella no tenía porque saberlo, no iba a dejar que se divirtiera con sus problemas, pegó otro sorbo a su bebida, está vez más largo.

Se levantó del taburete y caminó hacia la mesa que le habían asignado, cogió su chaqueta, se despedio rápidamente y prácticamente voló hacia la entrada, necesitaba llegar a su casa.

-¿Baekhyunie ya te vas?.

Se dio la vuelta, Sun Hee estaba cogida del brazo de su actual novio, tres bodas antes era otro, parecía que no podía vivir sola.

-Sí, me han llamado, es una urgencia.

-Bueno Baekhyunie, nos veremos en la boda de Mina.

-Sí, espero que lo paséis muy bien, buenas noches Sun Hee.

Siguió su camino hacia la salida, sacando el paquete de cigarrillos de su bolsillo, no fumaba, hacia exactamente un año que lo había dejado, pero aún mantenía la extraña necesidad de tenerlo consigo, abrió el paquete y cogio un chicle, había intercambiado su contenido por precaución.

Llegó al aparcamiento subiéndose inmediatamente en su Mustang negro, lanzando el paquete al asiento del copiloto. Pisó el acelerador y no paró hasta llegar a su bloque de edificios, apretó el botón del mando de seguridad y se adentró dejando el coche aparcado en una de sus plazas.

Subió en el ascensor, se desabrochó los primeros botones de la camisa, tiró a su vez del nudo de la corbata y soltó un poco de aire, odiaba las bodas.

Abrió la puerta y se quitó los zapatos los tiró en la entrada, pasó al salón y se tiró directamente al sofá, se quitó la chaqueta ahora arrugada y cogió su teléfono móvil, escribió con agilidad sobre la pantalla y negó.

Caminó hasta la cocina y cogió una taza, abrió la nevera para servirse un poco de zumo de naranja, era ilógico pero le gustaba calentarlo un poco antes de irse a dormir.

Revisó unos cuantos papeles mientras se acababa de beber el zumo, tenía una reunión al día siguiente con un arquitecto, era el CEO de una empresa de restauración, tenían que aclarar algunos términos en cuanto a la división del trabajo.

Bostezó algo cansado, dejó la taza en el fregadero, se dio la vuelta y terminó de desvestirse en su habitación, se tiró sobre las sabanas de la cama y suspiró, las bodas lo dejaban aturdido, cansado y aburrido de su existencia. 

Wedding (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora