IX

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Cayó en el sótano o al menos suponía que era el sótano, la luz de la ventana por la que había entrado no lo dejaba ver mucho más allá.

Sacó el móvil y comenzó a iluminar un poco el camino, sólo necesitaba encontrar un sitio donde esconderse, no sabía si habían más ventanas cerca y no iba a arriegarse a que lo viesen desde fuera.

Siguió gateando y sofocó un grito al sentir un pinchazo en la mano, se había clavado algo en la palma, podía sentir la sangre escurrirse al rededor de la herida.

-Joder...

Se acercó a la pared y gruñó, la sangre no paraba de salir, presionó la herida e intentó tranquilizarse, nunca había sido fanático de verla y mucho menos si era la suya.

Apuntó con la linterna el móvil directamente y suspiró, no estaba tan mal como esperaba, se limpió con la camisa y tomó aire, tendría que ir a vacunarse después de eso.

Miró hacia arriba y suspiró, jamás creyó que su trabajo fuera de riesgo, quién le iba a decir que se encontraría en mitad de un asalto.

Revisó una vez más la señal de su teléfono y suspiró, nada seguía sin haber nada.

Tomó aire y lo soltó lentamente, tendría que subir al piso de arriba, necesitaba comunicarse con alguien, hacer algo.

Comenzó a gatear de nuevo y se quedó inmóvil cuándo escuchó un gran golpe, esa probablemente era la puerta de la entrada, lo cuál lo dejaba sin ninguna opción, ahora sólo quedaba esperar por una muerte segura y él sin estar aún comprometido, se iba a morir sin saber qué era restregarle en la cara a Sun Hee que se había casado antes que ella.

Miró hacia arriba y le rezó a todos los santos a los que su madre le pedía adelgazar, esperaba que también sirvieran para eso.

Se agazapó en la oscuridad y esperó, no tardarían mucho en encontrarlo y su cuerpo aparecería en las noticias nacionales por la tarde, al menos podría sentirse mejor, iba a salir por la tele.

Esperó pacientemente a que alguien abriese la puerta que daba hacia el sótano, pero nadie venía, miró alrededor y se concentró en agudizar su audición, debería escuchar cosas rompiéndose, los ladrones no tendían a ser muy meticulosos y mucho menos si habían tirado la puerta abajo, gateó un poco más, sólo lo suficiente para quedar cerca de la puerta cuando lo escuchó, era el zumbido de una alarma de seguridad, resonaba con fuerza por toda la casa.

Miró hacia arriba y estuvo a punto de echarse a llorar, ya no saldría en las noticias.

Escuchó un estruendo y sonrió leve, se estaban yendo, los ladrones abandonaban la casa y él podría volver a la suya.

Esperó un poco y subió las escaleras, no quería adelantarse a los acontecimientos, tal vez no habían salido todos, sería imprudente salir tan rápido.

Miró el reloj y soltó el aire, iba a vivir un día más, esperar un par de minutos a que viniese la policía no serían una gran pérdida de tiempo, se sentaría y esperaría.

Encendió la literna del móvil y enfocó el resto de la habitación, sí era un sótano, pero parecia más una bodega, las paredes eran de piedra solida, pero pulida lo suficiente para darle un toque lujoso y el techo parecía ser de madera, pero lo más impresionante eran las estanterias de vinos, habían ileras llenas de estos y un par de barriles, no sabía que el señor Park tuviera esa clase de gustos, pero tampoco le sorprendía, podía permitírselo, pero le recomendaría que mandase a lijar el suelo, era un peligro para cualquiera si no estaba bien trabajado.

Empezó a escuchar las sirenas de la policía y sonrió, era el sonido más bonito que había escuchado en todo el día, iluminó hacia arriba y subió hasta la puerta, la empujó un poco y esta cedió, caminó hacia lo que suponía era la entrada principal y salió por lo que parecían los restos de la puerta.

Automáticamente se vió rodeado por tres policias apuntando directamente hacia él, se encogió y levantó las manos.

-Levanté las manos y dese la vuelta.

Suspiró, pero hizo lo que le pedían, prefería no llevarle la contraría al hombre que apuntaba a su sien.

-¿Dónde están los demás?.

-No lo sé...

Sintió el metal rodear sus muñecas y estuvo a punto de echarse a llorar, él no había sido.

-Yo no fui.

-Todos dicen lo mismo.

-Me llamo Byun Baekhyun soy el CEO de BJ Desing.

El policía lo cogió del brazo y lo arrastró hasta el coche policial.

-Eso lo veremos más adelante.

Gruñó y se removió incómodo.- Agente le estoy diciendo que yo no formaba parte de esto, no tiene derecho s esposarme sólo estaba haciendo mi trabajo.

-¿Su trabajo es robar?.

-¡No!, ya sé lo he dicho.

Sintió una mano en la cabeza y un empujón hacia abajo, su día no podía ir a peor.

-Le recomiendo que mantenga la calma le leeremos sus derechos y procederemos con la detención, así que recuerde que todo lo que diga podrá ser utilizado en su contra, más le vale quedarse calladito señor Byun.

Wedding (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora