¿La mejor amiga de V? | Kim Taehyung; BTS.

Capítulo cinco.

-Taehyung, actualidad.

—Entonces él me dijo... Pero, si tú eres tú, ¿quién soy yo? —imitó una voz aguda.

Fruncí el ceño ante lo que J Hope contaba, miré a Jimin y moviendo solamente los labios le pregunté de que hablaba, se encogió de hombros y JungKook respondió por él de la misma forma que yo; "nadie lo sabe".

—A nadie le interesa. —murmuró Yoongi desde el sofá en el que trataba de dormir.

—A V le interesa. —respondió ofendido el dueño de aquélla rara historia que nadie comprendía.

Sonreí hacia Rap Monster, con la mirada le suplicaba que me sacara de esa situación, negó con la cabeza también sonriendo, pero de una forma un tanto diabólica.

—Claro que me interesa. —respondí claramente mintiendo.

—Desde hace media hora lleva diciendo que lo saque de ahí.

—¡Ramon! —grité ofendido, no se supone que debía decirle.

Como toda una diva, J Hope se levantó más que indignado.

—Miren de lo que se pierden. —lamió su dedo, después lo llevo hacia su trasero e hizo un raro sonido como sí éste se quemara y lo hubiese apagado con su dedo.

JungKook se acomodó mejor subiendo los codos a la mesa, me miró para después preguntar.

—¿Cómo va tu búsqueda, eh?

—Ya no tengo tanta fe que digamos.

—¿De qué hablan? —se unió el de menor estatura a la conversación.

—De la niña de la infancia de V, aún no la encuentra. —explicó el de menor edad.

—¿Tanto te gusta? —bromeó aguantando la risa.

Le di un golpe a su hombro. —Solo quiero saber qué pasó con ella.

—Lo mismo qué pasa con todas las chicas. —se encogió de hombros JK.

—¿Qué? —preguntamos al unísono.

—Periodo, sangre, mal humor.

Jimin soltó una carcajada, parecía que ese pequeño solo sabía eso de las chicas.

—SUPUTAMADRE. —los tres al mismo tiempo volteamos a mirar a Jin, quien rápidamente se levantó de su lugar para mostrarnos una foto. —ME VEO HERMOSO, NO HE FALLADO EN LA VIDA, MAMÁ.

—A nadie le interesa. —repitió Suga cubriendo su rostro con una almohada.

—A mi no me hablas así, hijo de tu mamá. —Se sacó el cinturón yendo en busca de golpear a Suga.

Me levanté de mi asiento para ir a tumbarme encima de Suga, quién se quejó e intento quitarme con golpes, ni a los cinco segundos llegó, que se cansó de hacerlo. Para matar el tiempo miré mis redes sociales, me aburrí a los dos minutos.

—Suga, tengo hambre.

—No me interesa.

—Suga, tengo sed.

—Sigue sin interesarme.

—Suga, quiero amor.

—¿No tienes a alguien más a quién joder?

—Suga, tengo sueño.

Soltó un bufido combinado con maldiciones que no quiso decir en voz alta. Me tiró de encima suyo con sus brazo, caí en el suelo quejándome; él se levantó y buscó una manta, la cuál acomodó encima del sofá volviéndolo más cómodo ante mis ojos. Fue a buscar una almohada y uno de esos peluches suaves, que también terminaron encima del sofá. Me tomó en brazos caminando hacia ese lugar que se veía tan cómodo, sin embargo, a dos pasos antes me dejó caer en el suelo e inmediatamente se acomodó en el sofá para dormir más.

Con éstos amigos para qué quiero enemigos.

—Mi niño, ¿estás bien? ¿No te fracturaste algo? —corrió Jin preocupado hacia mi, verificó que no tuviera heridas. —Suga, estás castigado.

—No me interesa.

—Ya verás que te va a interesar.

—¡No, Jin, estaba bromeando! —empezó a reírse nerviosamente, nadie se mete con Jin enojado.

—Más te vale, mocoso.

Solté una sonora carcajada imitando lo que había dicho Suga junto a sus gestos, éste me fulminó con la mirada. Sí las miradas pudieran matar, ya estuviera muerto.

Me levanté del suelo y fui en busca de la siguiente víctima a la que podría molestar. JungKook apareció en mi campo de visión, traía puesto unos audífonos, lucía muy concentrado en su celular. Me acosté a un lado suyo poniendo mi cabeza encima de sus piernas, le quité un audífono e inmediatamente sonrió, sabía que había llegado su hora de ser molestado.

—¿Crees que una persona podría sobrevivir comiendo su propio cabello?

—Pues... —lo interrumpí.

—Sí las cucarachas pueden sobrevivir a un ataque nuclear, ¿qué tiene el raid que las mata?

—Tiene... —volví a interrumpirlo.

—Sí me clono y mato a mi clon, ¿sería homicidio o suicidio?

—Sería... —otra vez.

—Cuando inventaron el reloj, ¿cómo sabían qué hora era?

—Por el... —una vez más.

—¿Por qué el cielo es azul?

—Por la difracc...

—¿Por qué no me amas?

—Porque... ¿QUÉ? J Hope, dile a tu vieja que me deje en paz.

—Pero tú eres mi vieja. —piqué su mejilla.

—J HOPE, TE VOY A MATAR A TI Y A ÉL SÍ NO LO ALEJAS DE MI.

—A ver, a mi bebé no lo tocas. —le dio una leve palmada a la mano de JK.

—CHICOS. —gritó Jimin. —CHICOS, ME DI CUENTA DE ALGO QUE CAMBIÓ MI VIDA ENTERA.

Los tres volteamos a verlo con una ceja alzada.

—¿De qué te diste cuenta?

—De que soy muy guapo. —golpeó su propia mejilla sonriendo de manera egocéntrica.

Los tres nos miramos entre nostros, J Hope contó hasta tres sin que Jimin se diera cuenta, cuando llegó a tres le lanzamos almohadas al mismo tiempo provocando que se cayera.