Parte 1

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Hace tiempo; tuve la suerte de estar a lado de la persona que ame. Desde ese entonces nuestra historia solo ha sido contada por nosotros, ahora la historia solo puede ser contada por una sola persona, y esa persona soy yo. 



Desde joven traté de complacer a mi familia, ser el hijo pródigo que será igual de exitoso que su padre. En la escuela no causaba más que problemas, llamadas telefónicas a mis padres por mi mal comportamiento y obviamente bajas calificaciones. El maestro recomendó a mi padres a que tuviera un tutor, ya sea privado o bien podría ser uno de los de excelencia de la escuela, ya sea de mi mismo grado o alguno de los senpai ―Les recomendaría al señor Tanabe, es un alumno de excelencia y esta en el programa de tutores escolares. ―¿Es una broma?. ―No podía creer que el profesor recomendara a ese sujeto, he sido realmente malo con él. ―Quisiera uno privado. ―hablé―, mi padre me miro de mala manera, negándome mi petición. Esa noche recibí la peor de mis correcciones, mi madre suplicaba a mi padre para que se detuviera. Tuve que ausentarme de la escuela por dos semanas; debido a la golpiza que mi padre me otorgo.


Alguien tocaba la puerta de mi alcoba ―Suzuki-san, voy a pasar. ―mencionaba mi tutor escolar―, como has faltado dos semanas a clase he decidido hacerte esta libreta con resúmenes detallados de cada una de las clases ―dijo al entrar sin mi permiso― esta otra libreta ―la saca de su portafolio café― solamente es de Matemáticas, en esta, están cada uno de los problemas con su respectivo procedimiento y comprobación ―me mira y sonríe― vamos, vamos, arriba ―se acerca a la ventana y corre las cortinas― a esta habitación le hace falta luz ¿No crees? ―da la vuelta y mira mi habitación― ¿Que? ¿Acaso tu habitación no esta así? ―hablé ante la mirada de Tanabe al ver ropa, basura y platos con comida a medio terminar regados por mi habitación―


―No de hecho mi habitación, esta más limpia que ésta.
―Gracias por traerme la tarea, ya te puedes ir. ―dije dándole la espalda mientras me dejaba caer en la cama.
―¿Que? No puedo, los exámenes comienzan en tres días y debemos de repasar todo esto. ―habló preocupado.― Así que levántate para estudiar.
―Te he dicho que puedes irte, yo solo repasare esto. ―hablé mientras me levanto de la cama.―
―¿Que tal si no entiendes los problemas o mi letra?
―¿podrías pasarme esa playera de ahí? ―señalé una de color negro con gris.
―¿Pretendes que toque esa cosa? ―molesto cuestionó.
―No te arrancara la mano.
―Pero esta sucia.
―¿Tú que sabes?
―Lo sé todo por eso soy tu tutor ―orgulloso decía.
―¿No puedes ser menos soberbio? ―me pongo la playera que estaba a mi lado.― hazte un espacio y siéntate donde puedas.
―Podríamos ir a otro lugar, comienzo a tenerle pánico a tu habitación ―nervioso mencionó.
―Esta bien. ―fruncí el ceño ante los nervios de Tanabe, cerré los ojos y solté un suspiro.
―No olvides tus libreras. ―dijo desde afuera de mi habitación.


Ese día por más que yo quisiera que terminará, parecía no hacerlo, es mas podría decir que estábamos en un bucle de tiempo ―¿Has comprendido este problema? ―preguntó con una sonrisa, que al inicio no tuvo efecto en mí― ¡Los has terminado todos! ―dijo sorprendido.


―¿Te sorprendí? ―pregunté.
―Si, de hecho si ―me mira― si tienes esta enorme capacidad de entenderlo ¿Porque repruebas?
―En realidad es más como un capricho ―me pongo de pie― ¿Quieres algo de tomar?
―Té, me encantaría un buen té.
―¿Té? ¿Acaso eres un anciano? ―escuché la risa de aquel chico e instantáneamente sonreí.


Jamás había pasado un domingo en mi casa y en la compañía de otra persona de mi edad. Después de los exámenes y de darse cuenta que poco a poco mis calificaciones mejoraban, mis padres decidieron que sería bueno el ya no tener tutor, así fue como me despedí de él, el día de la graduación de los senpai ―Gracias por tu fe en mí. ―Hice una reverencia, ante la mirada de aquel chico.― Gracias a ti, fue bueno que limpiaras tu habitación ―observé de nuevo su sonrisa, pero ahora había provocado algo en mi; el observar cada detalle desde sus labios hasta sus ojos cerrados y su evidente hoyuelo; me hizo enrojecer.― Ahora ya te has librado de mi suprema soberbia ―se daba la vuelta y desaparecía entre los demás alumnos.



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Oh si la pareja sera Reita y Kai  

KareUtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora