Las clases fueron más lentas que cuando Tanabe esta aquí, dejé escapar un suspiro mientras pienso en su sonrisa y ese hoyuelo ―Suzuki-san ―Escuchaba vagamente, el maestro me dijo que sería bueno que le llevará los deberes a este Tanabe.
―Lo haré, pero no se dónde vive.
―Pensé que lo sabias ya que son muy unidos, no te preocupes, pasa a la sala de profesores en 5 minutos.Y asi lo hice, el profesor me dio la dirección de Tanabe en un papel. Camino entre casas enormes y tradicionales, hay una casa con techos negros; es la que más resalta de entre todas las demás ―¿No era más fácil darme esa característica de la casa? ―pensé, al llegar a la puerta tocó en repetidas ocasiones pero no responden. ―Suzuki-san ¿Que haces aquí? ―volteé al instante de escuchar mi nombre, veo al poseedor de la sonrisa que me enloquece envuelto en un Hakama azul con blanco; él se sonroja y yo desvío la mirada poniendo mi puño frente a mi tratando de ocultar lo que puedo de mi rojizo rostro ―¿Quieres pasar? Te invitó un buen Té. ―De nuevo sonrió y no pude negarme. Al entrar veo todo perfectamente limpio y arreglado, me lleva a su habitación y en efecto ―La mía era un porquería a lado de esta. ―Dije con una sonrisa, que de inmediato fue acompañada con la afirmación de él. ―Espera aquí, traeré las bebidas. ―Mientras el llegaba eche un vistazo por su ventana, veo un par de lápidas en su jardín, me preguntó ―¿De quiénes serán?
―Son mis padres ―dijo detrás de mi.
―Lo lamento mucho, no lo sabia ―hago una reverencia.
―También eres educado, acaso ¿Nunca dejarás de sorprenderme? ―preguntó mientras se sienta sobre sus rodillas y sirve el té ―Es Té Gyokuro: una exquisitez. Se elabora con las mejores hojas de la planta, a la que se cubre con cañizos de bambú para protegerla del sol, por lo que al recibir poca luz, su contenido en taninos es muy bajo y su sabor muy suave.
―¿Insinúas que mi té era un asco?
―Era delicioso, aunque la temperatura no era la correcta, pero eso no importa cuando quien lo hizo; lo ha hecho con amor ―sonrió ―Y ¿A que has venido Suzuki-san?
―Yo... Vengo a dejarte esto ―busco las hojas con los deberes de la escuela ―Te ofrecería mis apuntes, pero son un asco. ―levanto la mirada pero se encuentra a mi lado.Lo miro fijamente a esos ojos color café claro ―Aqui tienes ―hablé con nerviosismo mientras le entrego las hojas. ―¿Porque tan nervioso? ―Toma las hojas rozando mis manos; la cercanía que había entre nosotros era la adecuada como para besarnos, sus manos se posan en mis mejillas, observó como lentamente se acerca a mi ―Suzuki-san ―dijo antes de que nuestros labios se rosarán dulcemente, saboreo el Té impregnado en los labios de Tanabe ―Es exquisito. ―dije después del beso.
―¿En serio? ―dijo aliviado ―Jamás había besado a otra persona, tú eres mi primer beso ―dijo con un leve tono rosado sobre sus mejillas.
―Me gustaría decirte lo mismo, pero...tú sabes...
―Es lo que menos importa, se que sientes lo mismo que yo ―sonríe ―No me mires de esa manera; eso lo sé por que tus labios me lo dijeron.
―Estoy confundido, también me gustas, pero soy hombre y como tal no debo de hacer esto.
―¿Porqué limitarse a amar a alguien por su generó? ―toma mis manos ―¿Acaso el amor se limita por cosas tan simples como el color de la piel? Entonces ¿Porque se debería de limitar a nosotros?Las palabras que Tanabe me dice logran enrojecerme y ponerme nervioso, provocan un deseo que jamás había sentido. ―Tienes razón ―me acercó de nuevo a él y lo beso, posa sus manos sobre mis hombros y pega su pecho al mío ―Suzuki-san Ahora... ¿Somos novios? ―su rostro lleno de ingenuidad y ternura me hacen poner más nervioso de lo que ya estoy. ―Lo somos ―sonreí mientras tomo sus mejillas y beso su frente, Tanabe toma mis manos que aún están en sus mejillas ―Es mejor no decir nada a nadie ¿Harías esto por mi? ―preguntó ―Está bien, deberíamos de hacer los deberes. ―Tanabe y yo hacemos los trabajos juntos, se queda sentado a mi lado por momentos mira y sonríe plenamente.
―¿Estás solo? ¿Todo el día?
―Mis padres murieron hace 5 años, mis familiares no quisieron que yo estuviera con ellos por ser yo; así que decidí quedarme aquí, no podía y no quería dejarlos solos.
―¿Trabajas o algo?
―No, mis padres me dejaron una buena herencia, he sabido administrarla. Hoy es aniversario de su fallecimiento por eso estoy vestido de esta manera.
―Ya es noche, es mejor que me retire a mi casa ―dije guardando mis cosas.
―Tienes razón, gracias por traerme la tarea. ―se levanta.Tanabe me acompañó hasta la salida ―Ve con cuidado a casa Suzuki-san ―De nuevo esa sonrisa, esa sonrisa que hace enloquecer mi corazón, tomo su rostro entre mis manos y lo beso; sin haberlo dudado. ―Ayer que saliste corriendo, no me diste la oportunidad de terminar lo que estaba diciendo, asi que...¿puedo terminar de hablar? ―pregunté, el asintió y puso atención a mis palabras ―Yo no puedo dejarte ser lo que fue Mary-san, por que ella, en realidad no significo nada; Tanabe, me comenzaste a gustar antes de terminar el año, pero, encerré lo que sentía por que creí que no era correcto. ―sus lágrimas se hacían presentes al igual que su sonrisa, con mis pulgares sequé sus lágrimas, el se abalanzó a mi y me abrazó. ―¿Sabes que? No te dejaré solo hoy, ya no estarás solo. ―¿Lo prometes? ―su mirada llena de ilusión me hacia prométele que asi sería, pero no lo hacia solo por esa mirada; lo hacia por que yo asi lo deseaba.
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