A la mañana siguiente, veo el como se viste; frente a un espejo se pone un pequeño y delgado collar; lleva sus manos hacia las clavículas mientras observa lo que cuelga de su cuello. ―Buenos días ―susurré, Yuta corre hasta la cama y se pone sobre mi, para después besarme ―Mira Akira, ahora lo tengo a la altura del corazón ¿Acaso no es perfecto? ―esta sonrisa, era diferente a cualquier otra que había visto, no sé como describirla, es como si estuviera llena de amor; un amor que solo es mío. Me levanté para poder besarlo, no lo podía evitar, ya no queria que nuestra relación solo fueran sonrisas, besos y caricias; quería ser de él y deseaba que él fuera mío de todas las maneras existentes. De un movimiento rápido hago que Yuta quede acostado en la cama, su mirada esta llena de deseo. Quito la ropa que anteriormente se puso, aviento su playera a un lado mientras el desabrocha su pantalón. Yuta estira su brazo hasta una pequeña mesa de noche, abre el cajón y saca un condón ―De acuerdo. ―Dije tomando el condón, siento como sus manos comienzan a masajear mi miembro, me sostengo de la cabecera de la cama mientras que él continúa con aquel movimiento. Escabullo mi brazo por detrás de mi espalda, gentilmente tomo su miembro y comienzo a hacer lo mismo, veo el rostro de Yuta; observó sus ojos cerrados, su boca abierta; mientras trata de respirar, miro su enrojecido rostro, como las pequeñas gotas de sudor escurren por su frente ―Akira ―dijo entre gemidos, sus movimientos terminan y se voltea, ahora su espalda es la que estos ojos pueden ver, colocó como es debido el condón; mis manos estan en su cadera y de poco a poco comienzo a penetrarlo. Sus manos aprietan las cobijas y su rostro se hunde en su almohada, esta presión ejercida en mi es sublime, exquisita, adictiva. Comienzo a moverme tratando de no lastimarlo, soy gentil en todos y cada uno de mis movimientos, en mis pies comienza a correr un cosquilleo que llega hasta mi estómago ―¿Lo sientes? ―preguntó entrecortadamente ―Lo hago ―respondí con falta de aire, Yuta comenzó a moverse más y mas rápido hasta que él termino, por mi parte quería seguir disfrutando de esto y asi lo hice, siento el entrecortado temblar del cuerpo de Yuta, sus piernas ya no soportan su propio peso y cae, yo continuó mientras mi pecho roza con su espalda, beso su cuello y finalmente siento el llegar de una ola de placer, un placer que jamás experimente con Mary-sensei. Poco a poco salgo de él, tomo el condón, lo amarro y lo tiro en el cesto de basura.
―Duele Akira ―dijo mientras cubre su trasero con la sábana.
―¿Fui muy rudo contigo? Lo lamento ―me acuesto a su lado y beso su frente.
―Fuiste muy dulce ―besa mis labios. ―¿Sentiste lo mismo con Mary-sensei?
―Ni siquiera un poco ―se recuesta en mi pecho.
―¿No me engañas? ―dijo besando mi cuello.
―Jamás te mentiría Yuta, jamás.Han pasado ya 5 años y nuestra relación parece ser la misma que al inició, hemos cambiado de trabajo. En uno de ellos uno de sus compañeros de trabajo se le declaro frente a mi ―Lo siento, tengo alguien a quién amo con toda mi alma y me ama de la misma manera, sin limites. ―Esas palabras lograron calmar mi ser, la sonrisa de Yuta sigue siendo hermosa. Uno de los Jefes de nuestro empleo nos llama y hace un par de preguntas ―¿Porque tienen la misma dirección? ―habia escuchado que este hombre habia despedido a varios hombres por el simple hecho de tener una relación con otro hombre ―¿Acaso hay algún problema con nuestro desempeño laboral? ―pregunté.
―No, de hecho no, hemos recibido comentarios muy buenos de ustedes dos.
―Gracias ―Dijo Yuta mientras hace una reverencia.
―No es nada, pero¿Porque viven juntos?
―¿Acaso eso afecta nuestro trabajo? ―pregunté molesto.
―Solo respondan ¿Por que viven juntos? ―repitió
―Por que nos queremos señor y por que solo nos tenemos a nosotros dos ―dijo Yuta
―Las relaciones entre empleados estan prohibidas ―mencionó nuestro jefe.
―Nosotros tenemos una relación desde el 2 año de secundaria, asi que no estamos infringiendo sus políticas laborales o ¿Si?
―En eso tiene razón, pero...
―Tampoco afectamos la imagen de la empresa, asi que, respete nuestra relación y valore nuestro trabajo. ―Dijo Yuta en un tono firme
―Lo sentimos pero; hoy es su último día ―nos entrega un par de sobres ―gracias por su buen trabajo. ―hacia una reverencia.Yutaka se deprimió durante un par de días, yo trataba de que no fuera así, pero nada servia. Compre un par de boletos de avión, este seria nuestro primer viaje juntos. ―Arriba amor, por que si no me voy sin ti ―mencione mientras saco una maleta ―¿A donde vas? ―preguntó ―Al Santuario Motonosumi-Inari ―respondí guardando ropa.
―¿Hasta Yamaguchi?
―Si, hasta allá ―lo miro ―¿Vienes conmigo o te quedas? ―pregunté.
―Esta bien, voy contigo ―Yuta se levanta de la cama y saca una maleta. ―¿Porque haremos un viaje si no tenemos dinero?
―Solo enfócate en disfrutarlo y ya, además...
―¿Además que? ―preguntó.
―Mi madre ha aceptado nuestra relación y esta hablando con mi padre para que haga lo mismo.
―Eso es tan lindo, Akira, tus padres son increíbles ―dijo con su resplandeciente sonrisa ―Mis padres... Ellos te habrían amado, estoy seguro de eso.Terminamos de empacar nuestras cosas, nos fijamos si todo estaba bien; que si las perillas de la estufa estaban bien cerradas, los fusibles apagados, todo estaba a la perfección, esperaba que Yuta llegará pero no lo hacia ―Yuta, cariño ―dije en voz alta, comienzo a buscarlo en la planta baja y no lo encuentro, salgo al jardín y ahí esta; frente a la tumba de sus padres ―Cuidaré, bien de su hijo, asi como lo he hecho todos estos años ―dije a un lado de Yuta, él me mira y no aparta su vista de mi, mientras sigo hablando ―Lo traeré de regreso sano y salvo, asi que ―tomo su mano ―no se preocupen, su hijo esta en buenas manos y daría mi vida por él. ―Sus lágrimas no tardaron en hacerse presente ―Estaremos de regreso muy pronto ―Dijo mientras nos alejábamos de sus tumbas. Al llegar al aeropuerto Yuta se pone nervioso, supongo que no habia salido de nuestro pueblo natal― No te preocupes, estaremos bien ―Mencioné tratando de calmarlo, el lleva su mano hacia el anillo que le regalé en un acto de tranquilizarse, hay gente a nuestro alrededor y sin importarme eso lo tomo de la mano.
―¿Estas seguro? ―preguntó.
―Claro que lo estoy, te amo y no me importa lo que la demás gente piense.
―Akira ¿No estas triste por nuestro despido?
―Lo estoy, pero es normal que existan personas que no entiendan nuestro amor.Durante el vuelo Yuta sostiene con fuerza mi mano y recarga su cabeza sobre mi hombro. Una par de chicas nos miran y susurran con una enorme sonrisa ―Ven aquí ―tome por la nuca a Yuta y lo beso ante la mirada de aquellas chicas, las cuales rieron en un tono elevado ―¿Que haces? ―dijo sonrojado mientras cubre sus labios ―Solo quiero que esas niñatas dejen de verte, eres mi novio ―mencioné un tanto celoso ―Sabes que ellas no me veían a mi, están observándonos; deben de ser fujoshis ―dijo tratando de no reír, llevo la mirada hacia ellas de nuevo y siguen sonriendo ―Lo ves, nos miran ―besó mi mejilla y de nuevo aquellas chicas rieron en un tono más bajo. Cuando llegamos a Yamaguchi de nuevo tomo su mano y vamos a tomar un taxi ―¿Akira? ―habló un hombre a mis espaldas, mientras que Yuta ya se encontraba dentro del taxi, jamás me imaginé que encontraría a este Yuu aquí, tanto tiempo escapando de él ―¿Qué es lo que quieres? ―pregunté molesto ―Hace tiempo que no nos veíamos ―se acerca ―¿Acaso me has olvidado? ―dijo con aquella típica sonrisa y con esos labios tan rosados, que alguna vez fueron míos.
