Una hora había pasado desde que llegó a aquél lugar, se mantenía caminando sin rumbo, estaba asustado; ¿por qué no lo pensó antes? Quizás enfrentar a sus amigos y decirles todo lo que había pasado hubiese sido algo doloroso y vergonzoso para él pero en cambio en este momento no se encontraría perdido y sin alguien quien pudiera ayudarlo.
Las calles se estaban solas, no había ni un alma pero aún así temía que alguien apareciera y tratara de hacerle daño ya que ni si quiera podría darle su dinero, no llevaba nada.—¿Cómo la vida podría ser peor? —Habló para sí mismo—.
Miró al cielo después de sentarse en la primera banca que encontró; pese a su situación no pudo evitar pensar en lo hermoso que se miraba el cielo esta noche, estaba lleno de estrellas las cuales si le prestabas atención titilaban en enésimas de segundos, y ahí fue donde su semblante se relajó, por primera vez en meses sintió la tranquilidad que tanto había estado necesitando y aunque se viera mal se recostó en la banca con los brazos detrás de su cabeza simulando una almohada y sonrió; quizás sólo necesitaba un poco de paz.
Soltó un suspiro y cerró los ojos por unos largos minutos, su tranquilidad comenzaba a llevarlo a los brazos de morfeo ocasionando que fuese pestañeando cada vez con más frecuencia, cuando fue tomado del hombro haciéndolo sobresaltar y abrir los ojos de tope.
—Tranquilo, estás a salvo, sólo ven conmigo.
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Cortito pero muy necesario para que el suspenso no falte :v