Connor Douglas.
Aún con mis sentidos adormecidos, consigo mantenerme en raya y poner distancia entre nosotros. Entonces espero.
Me mantengo quieto en mi sitio, hasta que escucho a su tramitación relajarse y los movimientos cesan. Esta dormida, entonces puedo voltear con cuidado a observar su lindo gesto. Siempre tan adorable y pequeña, es imposible no sentir ternura.
De manera incontrolable, mi mano se mueve a su mejilla y la acarició con dulzura. Entonces entre medio de la bruma y mi delirio digo que no estaría mal abrazarla, solo unos minutos. Tenerla cerca, para poder descansar mejor.
Trato de evitar los movimientos bruscos y me deslizo más cerca de ella, lo suficiente para esconder mi rostro en su cuello y rodear con mi brazo su pecho, evitando tocar o rozar sus senos. No quiero iniciar algo en mi mente que no se puede terminar. Ahora solo quiero descansar junto a ella y mantener este recuerdo, esta sensación la mayor cantidad de tiempo posible antes de qur todo acabe.
Antes de que yo acabe con todo, por nuestro bien.
Y así, en solo un segundo, me desconecto del mundo en absoluta paz.
Mis párpados pesan, y la cabeza me da vueltas. Tardo en procesar donde me encuentro o porque, lo primero que visualizo es a Amelia junto a mi acurrucada, aún dormida. Mi corazón se sacude ante la escena y me obligo a apartarme.
Me arrastro hasta la esquina de la cama, hasta conseguir sentarme en el borde. Apoyo mi cabeza entre mis manos, buscando aclarar mi mente, y aunque me esfuerzo, no consigo la suficiente fuerza para recordar en su totalidad lo de anoche. Lo que fuere, no debe ocurrir otra vez.
Mi teléfono vibra en mi bolsillo, suspiro resignado antes de tomarlo y aceptar la llamada.
—¿Qué ocurrió? —cuestiona la voz al otro lado de la línea, al momento que contesto— ¿Dónde esta Amelia? ¿Hablaste con ella?
Emma se escucha preocupada, un tono bastante extraño en ella, suele ser calmada y centrada, evitando cualquier exacerbacion de emociónes o sentimientos.
—Esta aquí... se quedó dormida —informo bajando la voz, decido pararme y tomar distancia de la cama. Ella sola, hecha una bolita es la imágen más tierna que recuerde—. Se perdió algunas clases —comento gracioso.
El silencio al otro lado me intranquiliza, sé lo que quiere decirme, aunque no debe encontrar las palabras y suele ocurrir lo mismo conmigo.
—Entonces, ¿no le dijiste? —pregunta aunque básicamente suena un reproche. Exhalo todo el cansancio y pesadez que me provoca esta situación.
—Hoy lo haré —determino y esta vez lo digo en serio.
Corto la llamada antes de que pueda acotar algo más, no quiero cambiar de idea y tampoco comenzar una discusión al respecto. Es la primera vez en que puedo tomar una decisión al respecto, y necesito mantener mis pensamientos en esta linea. Miro la hora, Emma debió llamarme en receso de clases, por lo que ahora su habitación se debe encontrar vacia.
Evito dar un último vistazo, antes de salir de mi cuarto y es que quiero un buen día antes de acabar con todo.
El pasillo se encuentra vacío, y no escucho sonidos en las otras habitaciones. Tengo el leve recuerdo de una pelea, aunque no estoy seguro de haber presenciado el final o entre quienes eran. Tal vez me perdí de algo importante, debido a mi estado de ebriedad y Ethan no debe estar felíz al respecto.
Desciendo las escaleras con cuidado, aún dudoso de mi capacidad para controlarme. Esta vez, aseguro, fue la última en la que bebo esa cantidad de alcohol.
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Fuimos algo.
RomanceAmbos perdidos, rotos y olvidados, buscan la manera de continuar a pesar de que sus corazones atrás quedaron. Y mientras uno quiere volar, el otro desea al infierno bajar, y con ello sus caminos se logran cruzar. Con la oscuridad que los rodea, ¿Es...