Capítulo 3

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Christopher Dennis.

Cuatro meses antes.

-No voy a pedirte que sigas aquí -anuncio irritado-. Lo único que deseas es seguir participando de ello, que todo el mundo te note, que todos te deseen y sepan lo "especial e increible" que eres -protesto con burla.

Ella gira sobre sus tacones, y me lanza una de sus miradas, la de "estas exagerando otra vez" siempre caprichosa y pensando que es más inteligente que los demás. Con una mano pasa su pelo de un sitio al otro, estresada por mi arrebato.

-Tú no entiendes -concluye al final, tal vez por no encontrar un argumento mejor-. Yo debo hacer esto, nadie más puede ocupar ese lugar y esto ni siquiera debería ser un problema para ti -remarca mientras se acerca-. Tenerme debe ser suficiente.

Se sienta en el bordo de la cama, demasiado cerca y se recuesta sobre mi abdomen. Apoyando su cabeza en mi pecho, inicia un camino de pequeños besos desde la clavícula hasta mi mentón y es la primera vez que no logra convencerme con ello.

-Sería suficiente, si de verdad fuera así -De manera sutil la muevo a un lado, dejandome espacio para escapar del edredón y ponerme en pie-. Pero aquí es mitad y mitad, cualquiera que te conozca fuera de esta habitación obtiene la otra versión tuya.

-¿Quieres ser exclusivo? -pregunta graciosa, como si fuera una locura-. Nunca pediste nada de ello. Nunca quisiste nada más.

Recojo mis prendas, para comenzar a cambiarme delante de ella, quien observa impaciente y molesta. Tiene razón, antes no exprese deseos o sentimientos particulares y tal vez fue un error. Sin embargo ahora que los tengo más incrustados, sea difícil negar lo que ya sé.

-Te amo -suelto sin pensarlo, y desde que la conozco, al fin consigo sorprenderla con la guardia baja-. Y quise creer que tu también, aunque afuera de esta habitación es diferente, pero ahora que podemos estar juntos... que solo debes quedarte conmigo, insistes en alejarte una vez más y no puedo seguir pretendiendo que esta bien por mi.

Sus ojos, siempre llenos de vida y energéticos, los que parecen jugar conmigo cada vez que lo desea, se enternecen al menos un momento antes de volver a su frialdad habitual. Ella también se incorpora, hasta quedar frente a mi.

-No puedo faltar -informa segura de que entenderé, segura de que es afirmación es suficiente para mi y no. Ya no puede serlo-. Si tan solo vinieras, si te acercaras al mundo, la gente, y todo lo que me rodea...

-No cambiaría nada -Le corto antes de que prosiga con algo que jamás funcionará-. No.

Entonces pasa de mi, rodea mi costado y sigue hasta la puerta, solo se detiene una vez pero no voltea. Tal vez esperando o deseando que cambie de opinión, una respuesta distinta pero no hay vuelta a mis ideas. La dejo marcharse.

Yo la dejé marcharse y ella ya nunca volvió, y nunca lo hará.

....

Actualidad.

-¡Hey! -Volteo hacia el idiota que me acaba de pisar, solo para encontrar a una chica asustada. Se sobresalta asustada por mi arrebato y me tranquilizo-. Ten más cuidado -reprocho antes de dar un vistazo general, aunque en esta oscuridad es difícil diferenciar sus rasgos. Aún así no creo conocerla.

Sigo mi camino entre las personas, Ethan camina a mi lado tratando de encontrar a las personas con la que quiere presentarme. El ambiente es alegre y tranquilo, no se asemeja en nada a mi idea de fiestas universitarias de las que tanto me hablaron. Aunque muchas cosas cambiaron desde el accidente.

Fuimos algo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora