Refriego mis ojos aún hinchados, y mantengo mi vista cansada en el mundo detrás del cristal, no pude dormir. Cuando llegué al apartamento del sujeto, éste de inmediato se retiró a su habitación y me dejó sola en la sala. Me gustaría decir que el terror me mantuvo despierta, pero mi corazón hecho pedazos es el verdadero motivo.
El apartamento no es exageradamente costoso pero tiene lo necesario, cocina, sala y una habitación. Ademas que está en el último piso en el centro y anoche cuando me asome por las cortinas pude apreciar la belleza de todas las luces de la ciudad encendida. Quedé tan cautivada con la imagen, que no pude apartarme del sitio.
Hay un juego de sillones cerca mío, pude haber dormido en uno de haberlo querido, salvo que el insomnio y la incomodidad, evitan que toque cualquier cosa. No quiero molestar a ese chico y sé que debo irme pronto.
Solo que no tengo a donde ir, las palabras de Connor resuenan dentro mío. Él ama a mi hermana, a mi melliza y ella... y ella tal vez también o no lo sé, sabe que lo amo, jamás me comentó nada al respecto o los vi juntos pero aún así.
"Amelia, yo amo a alguien más. Es Emma, yo amo a tu hermana"
Dios, siento que se me revuelve el estómago de solo rememorar esos dichos y todo después de nuestro beso. Al fin sentí que correspondía mis sentimientos, y en realidad lo tenía tan lejos.
No encuentro manera de volver con Emma, no puedo solo mirar a la mujer que es dueña del corazon del chico que amo y fingir que no me mata la idea. Tengo que hacer un pedido para que me reasignen de compañera, lo que puede tomar unos días y no cuento con dinero para pagar un cuarto, y si llamo a mis padres, todo se convertirá en un caos. Hasta es posible que nos lleven de regreso a casa.
La peor parte es aceptar que es verdad. Él no me mentiría, no con esto. Eso significa que todo lo que desee, lo que soñé e imaginé para nosotros, es en realidad para ella. La historia que quería vivir con él, él desea escribirla a su lado y no sé como voy a tolerarlo.
—Maldición —gruño cuando siento las lagrimas bajar, intento limpiar con rapidez cada una y lastimo un poco mi piel al frotar con furia.
—¿Estás bien? —pregunta una voz detrás de mi, y tomo aire antes de voltear, el chico se encuentra apoyado en la isla de la cocina, al parecer desayuna cereal con leche.
¿Cuánto tiempo lleva ahí? Un frio helado me recorre, junto con desconfianza y temor. No luce como un asesino serial, sin embargo ¿Qué apariencia tiene un asesino?
—Si —susurro, no tengo fuerzas para elevar mi tono y mi garganta está dañada por los sollozos—. Lamento lo de anoche, y por incomodar con mi presencia. En unos minutos me iré —informo insegura, sus ojos están fijos en los míos y echa un vistazo a mi cuerpo.
—¿Sin desayunar? —cuestiona, emtonces levanta en el aire y agita una botella de leche—. Me olvidé de hacer las compras, solo queda cereal, leche, pan de ayer y manteca.
Mi estomago gruñe por la falta de alimento, mi cuerpo se siente ligero y los movimientos bruscos me marean, a este paso ni siquiera llegaré a la esquina sin terminar en el piso.
Ante mi silencio, él continúa hablando.
—Además, no luces bien —menciona, aunque al instante parece arrepentirse—. Puedes usar el baño para arreglarte, creo que cuento con todo lo que puedes necesitar y tiene pasador, por si eso te inquieta —agrega.
Tal vez estoy siendo muy sensible, pero mis ojos se llenan de lagrimas por su amabilidad y me regaño, repitiendo que los asesinos y violadores muchas veces se visten de cordero. Ya debería haber aprendido a no confiar en nadie.
ESTÁS LEYENDO
Fuimos algo.
RomanceAmbos perdidos, rotos y olvidados, buscan la manera de continuar a pesar de que sus corazones atrás quedaron. Y mientras uno quiere volar, el otro desea al infierno bajar, y con ello sus caminos se logran cruzar. Con la oscuridad que los rodea, ¿Es...