Todas las personas tienen un motivo que las lleva a seguir adelante, un sueño o meta, por ello viven y luchan, es el motor de sus existencias. Sin embargo, no estoy segura de haber tenido alguna vez uno que no girara alrededor de Connor, aún sin querer, lo convertí a él en mi centro y nunca me di la oportunidad de probar tener más.
Nunca intente salir con otra persona, tener más amigos o buscar con quien compartir mi tiempo, viví a la espera de migajas de cariño que creí me satisfacían y me esforzaba por estar ello, por obtener un poco de correspondencia de su parte.
Me prohibí besar a alguien más, desear ser deseada por otra persona y otros beneficios que traen las relaciones, o quizás sin ir tan lejos, solo alguien con quien estar y pasar el tiempo.
No busco en Chris lo recién mencionado, pero me pareció una buena oportunidad para salir de lo común y probar lo que es una verdadera cita, divertirme y distraerme. Necesito intentar nuevas cosas en mi vida.
Mientras arreglo mi cabello, visualizo a Emma por el espejo, colocándose un delicado vestido rosa y al notar mi mirada, voltea hacia mi.
Mamá y Emma saldrán a pasear hoy, no sé como continúan las cosas entre ellas y evito preguntar. Trato de demostrar que no me interesa, y en cierta medida es verdad, si a mi hermana no le importó mi opinión, dudo que la de mi madre afecte en algo.
Mueve su cabello sujetado en una gran cola, y se retira de la habitación sin mediar palabra. Tal vez sea lo mejor para ambas.
Aprovecho la soledad y falta de ojos curiosos, para dar vuelta la habitación buscando que usar, a la vez también maldigo un poco mi enemistad con Emma, que evita poder utilizar su ropa. Al final elijo un vestido corte princesa, de color negro.
Una chica solo puede estar segura de lo que usara, si sabe a donde va y en este caso no tengo idea de a donde iré a terminar, espero no desentonar.
Me coloco unas sandalias taco bajo, por si acaso debo huir del sitio y voy afuera a esperar el auto de Chris. La noche es hermosa, me encantaría tomar un café o solo sentarnos a observar la ciudad.
En cuestión de minutos, observo el auto se Chris aparecer por la entrada de la residencia, y volverse cada vez más grande hasta llegar frente a mi.
Levanta el seguro e ingreso por el asiento de copiloto, y con un vistazo a Chris compruebo que su ropa es casual y a la vez elegante. Una camisa negra de puño y cuello blanco, con un pantalón vaquero.
Enciende de nuevo el motor y estamos en marcha, toma la avenida principal que nos lleva al centro y siento la curiosidad picar en mi lengua.
—¿A dónde vamos? —pregunto cuando no puedo aguantar más la duda.
—A una fiesta —responde con simpleza y me sorprendo, mi vestido es lindo pero no para una fiesta, mucho menos espere que fuera el lugar correcto para una primera cita.
Me mantengo en silencio el resto del camino, debería haber buscado a alguien que tenga de que hablar conmigo, antes de pedir una cita y en realidad no sé nada de él, y posiblemente él no éste interesado en saber de mi. Esta noche puede ser horrible.
—Te ves bien —comenta antes de apagar el motor, sus palabras me animan y recién noto que detuvimos la marcha.
Chris sale por su lado, y abre la puerta de mi parte, esto se siente como una cita pero mi atención es acaparada por el sitio de la fiesta. Es una casa al estilo de la fraternidad de Connor, salvo que el blanco y negro le brinda un aspecto moderno en comparación al bordo de la otra casa.
—Es una fraternidad —informa cuando nota mi expresión—. Algunos deciden alquilar casas fuera del campus, no saben lidiar con las reglas —bromea aunque no suena a chiste.
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Fuimos algo.
RomanceAmbos perdidos, rotos y olvidados, buscan la manera de continuar a pesar de que sus corazones atrás quedaron. Y mientras uno quiere volar, el otro desea al infierno bajar, y con ello sus caminos se logran cruzar. Con la oscuridad que los rodea, ¿Es...