Parte 14

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En aquella suite sólo se escuchaba el tranquilo respirar de una persona recostada en la amplia cama, su cuerpo desnudo era cubierto por una suave sábana blanca.

Karamatsu abrió los ojos con una gran calma, disfrutando ese lapso de segundos en los que la inconsciencia aún está presente y no se tiene idea alguna del pasado o futuro. Desafortunadamente la dulce ignorancia no duro mucho; se enderezo de golpe y un leve dolor en la cadera le hizo recordar de inmediato lo que había hecho en la noche. El recuerdo de Atsushi acariciando su cuerpo, besándolo y... su rostro enrojeció por completo, se cubrió con ambas manos como si con ello la vergüenza pudiese abandonarle.

Tras un momento decidió levantarse, en cuanto quito la sabana, además de notar que no tenía una sola prenda encima, se percató de que su cuerpo había sido limpiado, no poseía ni un rastro de algún fluido; no pudo evitar sonreír al pensar que Atsushi se había tomado tal molestia. Se giró para recién advertir que era el único en la cama ¿En dónde estaría el otro? Envolvió su cuerpo con la tela y se levantó a buscarle en el baño, no lo encontró, en cambio, hallo su ropa doblada cerca del lavabo.

Sn pensarlo demasiado entro a ducharse. El agua recorriendo su piel le hacía sentir una gran tranquilidad, tenía un conjunto de sentimientos aun sin descifrar, pero pese a ello mantenía una sonrisa.

"Entiendes que solo juega contigo, ¿No?"

Escucho con claridad a Osomatsu en su mente provocando que su sonrisa se borrara en un segundo.

"... sólo quiere pasar la noche contigo y después botarte"

- No es así... - susurro cubriendo sus oídos, rogando por que la voz de su hermano mayor dejara de causarle tal incertidumbre. Él quería creer que Atsushi realmente era un buen sujeto, quería pensar que no había sido utilizado, pero al meditar que se hallaba solo en aquella habitación no hacía más que aumentar sus dudas.

Termino de bañarse y vestirse, se mantuvo sentado en la orilla de la cama en espera de que el otro regresara, a sabiendas de que no sabía dónde ir a buscarlo o bien, podría toparse con uno de sus hermanos. No podía dejar de pensar en lo que había ocurrido entre él y Atsushi, al inicio simplemente se dejó llevar por el calor del momento, pero conforme avanzaban los besos y caricias comenzó a crecer en su pecho un sentimiento bastante agradable que no lograda definir, para ello necesitaba hablar con el castaño y confirmar si el sentir era mutuo.

Tocaron a la puerta de la suite, Karamatsu se levantó con emoción y se apresuró a abrir.

- Buenos días Karamatsu –

Frente al segundo hermano se mantenía sonriente el mayor de los Matsuno.

- ¿Osomatsu? – el nombrado sin borrar la alegre expresión entro a la habitación bajo la atenta mirada del menor.

- Vaya, esta es una habitación genial – paseo la mirada por el lugar.

- ¿Qué haces aquí? – Karamatsu cerró la puerta.

- ¿Qué pregunta es esa? Es obvio que vengo por ti, ya debemos ir a casa –

- Pero yo... - giro el rostro pensando en sus palabras.

- ¿Qué ocurre? ¿Acaso esperabas a alguien? – No obtuvo respuesta – espero que no, porque Atsushi se fue hace rato –

- ¿Eh? –

Esta vez Karamatsu le miro confundido por lo dicho.

- Le dejo dicho a Totty que tenía negocios o algo así, sólo se fue, ni siquiera se despidió, ¿Puedes creerlo? –

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