Parte 15

539 93 61
                                    

Karamatsu vistiendo su polera gris se encontraba en el tejado, con la mirada perdida en el cielo mantenía entre sus brazos su amada guitarra, sus manos quietas sobre las cuerdas, se había mantenido en la misma posición por demasiado tiempo; su idea inicial fue subir a tocar como acostumbraba, pero en lo últimos días no hallaba inspiración para ello, se pasaba la mayor parte del tiempo pesando en lo ocurrido con Atsushi. Resentido por haber sido abandonado en aquel cuarto de hotel no dudo al momento de seguir a su hermano mayor de vuelta a casa, para cuando medito que todo podría haber sido un error aguardo esperanzado a que el castaño le buscara, pero no hubo llamada ni visita alguna; se le ocurrió ser él quien buscase al otro, pero cuando estaba por poner un pie fuera de casa Osomatsu le persuadió de no hacerlo "¿Estás seguro de poder verlo? ¿Después de lo que te hizo? ¿Qué harás si te dice que sólo fue algo del momento? ¿Podrás soportar su rechazo?" oraciones similares dichas por el mayor le desanimaron por completo de incluso salir, su hermano tenía razón, si él llegaba a toparse con el de traje no podría soportar que le rechazara de frente. Si tan solo no hubiese conocido a Atsushi, no tendría tales sentimientos ahora.

Osomatsu estaba fuera de casa, observando al segundo Matsuno en el techo, suspiro y entro a casa fingiendo no haber notado la melancolía en el rostro del menor.

- Estoy de vuelta – anuncio el de rojo mientras se quitaba los zapatos, en la entrada Choromatsu aguardaba con los brazos cruzados y una expresión molesta – Chororin~ que lindo eres al venir a recibir a tu onii chan – canturreo con voz melosa.

- Idiota... tenemos que hablar – sentencio sin cambiar su expresión, se adentró en la sala seguido después por el otro.

- Dime, ¿En que puede ayudarte tu grandioso hermano mayor? – Pregunto sentándose ante la mesa y quedando frente al menor - ¿Problemas con las pajas? – pregunto mientras movía su mano de arriba hacia abajo esperando sacar de quicio al otro con tal ademan, sin embargo, Choromatsu no respondió. Osomatsu borro su sonrisa burlona, si el tercero no caía en sus provocaciones significaba que el tema a tratar era bastante serio - ¿Qué ocurre? – pregunto sin burla alguna.

- Lo sé todo – afirmo el de verde.

- Debes ser más específico hermanito – recargo sus brazos en la mesa y oculto su rostro mostrando desinterés ante lo dicho.

- ¿Cómo has podido engañar a Karamatsu niisan? – Al no haber reacción por parte del otro prosiguió – le has mentido y para colmo has usado a los menores –

Osomatsu se enderezo, con la vista entrecerrada miro fijamente al tercero - ¿Y qué si lo he hecho? –

La forma en que había respondido tomo por sorpresa al menor quien pudo sentir un escalofrío recorrerle.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Karamatsu ingresaba al dormitorio, dejo su guitarra en una esquina y se recostó bocarriba en el sofá, al final no logro tocar ni una sola nota. La puerta se deslizo apenas y atrayendo su atención, observo a Ichimatsu que mantenía su usual gesto desinteresado, no dudo en sonreírle y darle la bienvenida a sabiendas de que sería ignorado o golpeado – Bienvenido brother tomo asiento en espera de la reacción del menor.

Ichimatsu no dijo nada, ningún insulto ni queja, entro con total calma en dirección al armario, traía una bolsa blanca consigo, avanzo hasta el armario y saco un par de paquetes de sardina seca. Cuando tuvo lo que buscaba camino hasta quedar frente a Karamatsu, el mayor por inercia se inclinó hacia atrás y cerró los ojos en espera de alguna agresión.

Un quejido salió del segundo hermano al sentir un leve golpe en la frente y después en las piernas; extrañado abrió sus ojos para encontrar sobre su regazo una caja azul con un listón dorado - ¿Qué esto? – cuestiono inspeccionando la caja.

AguamarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora