Parte 16

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Atsushi conducía con cuidado, esforzándose en no pisar más el acelerador, sus ansias por ver a Karamatsu no podían permitirle tener un accidente; se sentía feliz ya la vez nervioso de haber recibido aquella llamada, la voz del Matsuno le había sonado bastante quebrada.

En el momento que había topado con Ichimatsu, estaba casi seguro de que terminaría a medio enterrar en algún lote baldío, el de morado tenía un aura peligrosa, sin embargo, nada parecido sucedió; Ichimatsu le dijo que necesitaba alimento para gato, de inmediato Atsushi comprendió las intenciones del menor y no tardo en abrirle la puerta del auto en un aclara invitación, condujo hasta el centro comercial más cercano. Al castaño le costó diez latas de atún y juguetes diversos para gato el favor de entregar aquel regalo a Karamatsu. Cuando le pregunto a Ichi la razón para ayudarlo, el menor sólo respondió que lo hacía por beneficio propio.

Por fin llego a la plaza central, estaciono el auto y salió deprisa en busca del bailarín, no tardo en hallarlo sentado a la orilla de la gran fuente con el rostro agachado.

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Karamatsu sumido en sus pensamientos intentaba decidir lo que le diría a Atsushi cuando llegara, ¿Debía disculparse por no buscarlo? ¿Decirle que todo fue culpa de sus hermanos? Prácticamente tuvieron sexo y no se volvieron a ver ¿Cómo debía comportarse con Atsushi ahora? Más importante aún, no terminaba por decidirse en torno a los sentimientos que tenía por el castaño, ahora que lo pensaba, tal vez fue mala idea llamarle.

El Matsuno se levantó de golpe considerando huir del lugar, pero en cuanto miro al frente se topó con Atsushi quien sólo le observaba en silencio.

. Atsushi... yo... yo no... ellos... - en su mente no lograba ligar una oración coherente y el rostro inexpresivo del mayor no ayudaba en nada – lo lamento... - murmuro al final sin saber que más decir.

Atsushi acorto la distancia y atrapo a Karamatsu en un efusivo abrazo.

- Me alegra saber que estas bien – el de traje suspiro aliviado, nunca había sentido preocupación alguna por otra persona.

Aquellas palabras resonaron en la mente del sextillizo, ¿Cuándo fue la última vez que escucho algo similar? ¿Siquiera alguien se lo había dicho? Con sus manos temblorosas se aferró al traje del mayor, ocultando su rostro en el hombro ajeno dejo escapar algunas lágrimas.

El castaño no dudo en llevar al joven Matsuno a su departamento, Karamatsu estaba asombrado con lo espacioso y costoso que se veía el lugar. Atsushi le indico tomar asiento mientras el realizaba una llamada, el menor obedeció quedándose quieto en su lugar hasta que el otro regreso.

- No estaba seguro de que quisieras salir así que ordene algo de comida – traía consigo un vaso de agua que le entrego al otro – no tardarán –

- No debiste molestarte – respondió recibiendo el vaso.

-No hay problema – tomo lugar a su lado.

Un silencio incomodo comenzó a formarse. Ninguno sabía cómo empezar aquella conversación que sabían necesaria.

- ¡Yo...! - ambos pronunciaron al mismo tiempo y callaron por igual, evitaron un momento la mirada avergonzados.

- Adelante, por favor - pidió Atsushi.

- Bueno... - Karamatsu parecía indeciso - yo, lamento lo ocurrido, ese día, en la cita, me fui sin siquiera despedirme - bajo la mirada, recordando un momento lo que Osomatsu le había dicho - pensé que... Aquello había sido algo del momento... -

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