Capítulo 31

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Me despierto gracias al ruido de mi alarma

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Me despierto gracias al ruido de mi alarma. Sí, aún estando de viaje en México debía utilizar alarma, pues debo bajar temprano para alcanzar el buffet del desayuno.

"El que madruga desayuna"

Es así, ¿no?

Volteo mi rostro hacia la cama vacía y desarreglada de Mark. Parece que ya bajó a desayunar, así que mejor me doy prisa. Lloraría si se acaba la comida y no pudiese elegir de lo que quiero.

Me coloco mis adoradas pantuflas de conejo y me dirijo hacia el baño para asearme y alistarme.

Justo cuando me acercaba a la puerta, el picaporte giró. La puerta se abrió, dejando ver algo que me pasmó.

¡Hormonas! No me fallen ahora.

Se encontraba sin ropa, con solo una toalla rodeando su cintura. Su hermoso cabello se encontraba mojado y alborotado, dándole un toque aún mas sexy a su rostro. Pequeñas gotas de agua resbalaban por su bien trabajado pecho y bajaban suavemente hasta su perfecto abdomen. Todo mi cuerpo estaba paralizado, aunque mi mente me estaba haciendo muy malas jugadas.

Cuánto desearía ser esas gotas de agua...

—Ally, ¿no me escuchaste? —habló sacándome de mis pensamientos.

—Lo siento, yo...yo...yo... —titubeo causando una pequeña risa de su parte.

—Te dije que podías pasar si querías, y que permiso.

—Ah sí, lo siento, de nuevo —me disculpo dándole paso.

Me adentro inmediatamente al baño y cierro la puerta con velocidad. Apoyo mi espalda en esta y suspiro. Me miro al espejo y veo como mis mejillas estaban encendidas por un intenso sonrojo.

Mierda. De seguro creyó que soy una tonta.

Trato de olvidar lo pasado y comienzo a asearme. Salgo del baño y, afortunadamente, el cuarto está vacío. Me cambio y bajo a desayunar.

Cuando me dirijo hacia el buffet, casi lloro por la gran variedad de comida que hay. El olor era tan delicioso que estoy segura que podría levantar a un muerto.

En el buffet servían entomatadas rellenas de clara de huevo, enchiladas ultraquesosas, enmoladas vegetarianas, frijoles... ¡Dios!¡Demasiadas delicias!

Me decidí por un desayuno especial llamado "desayuno quita resacas", que consiste en chilaquiles, verdes en esta región, con cebolla y acompañado de frijoles.

Me senté en una mesa en el centro del lugar y cuando estaba a punto de saborear mi comida, Elise me interrumpió.

—Hola, amiga —me saluda sonriente aunque sentándose de una manera lenta y extraña.

I've Always Loved You © [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora