Amy

Capítulo 8

•Las pérdidas•

  La llamada del hospital era para informar sobre la muerte de uno de los componentes del grupo de Amy por un accidente de moto. Amy no necesitó saber más información para saber quién se fue. Lusien fue la que perdió el control de la motocicleta y acabó atropellada por un enorme camión en una rotonda.
En su entierro, Amy y John fueron los únicos que asistieron a parte de otro par de amigos, no tenía ni familia ni demasiados amigos, pero los que tenía eran inmejorables, decía.

Un mes grabaron su segundo disco, en su honor, titulado "Bye". Fue, como el primer disco, todo un éxito en ventas.
En un concierto, vió entre el público a la que fue su mejor amiga, Emily. Emily, no la reconoció como su ex amiga Amy, la conocía en ese momento sólo como la solista de "Parisien' s' Jazz". En ese mismo concierto, un espectador disparó a John. Murió en el acto debido a que le dió en el corazón. El concierto se paró. Amy estaba llorando sin parar, estaba en estado shock. No lo podía creer, estaba desesperada, no sabía nada de nada, no sabía si a lo mejor volvían a disparar y le alcanzaba la bala. Los policías buscaron al culpable del asesinato por las cámaras de seguridad en el estadio, y dieron con el asesino.
- Una tal Emily Brown, ¿la conoce? - preguntó el policía a Amy, en el back stage - la cara de Amy lo decía todo.
El policía supo que la conocía de sobra nada más de ver cómo reaccionó. En la misma salida de los espectadores del estadio, los cuales se mantuvieron dentro del estadio para que el posible asesino no escapase, se detuvo a Emily. Amy nunca volvió ni ver ni saber nada de Emily.

Amy era la única persona que quedaba de aquel grupo
"Parisien' s' Jazz" formado por la bajista, el saxofonista y la solista. Sólo vivía la solista. Un extraño miedo recorrió su cuerpo. No le dió importancia.
La amargura la mataba interiormente, y más en cada concierto.
Poco después, Amy canceló todos los conciertos que tenía previstos y dejó de grabar discos. Decidió dejar su brillante y exitosa carrera musical.
Lo dejó todo atrás. Sus cuatro años de carrera musical sólo quedaron sus tantos y tantos recuerdos...

                                ***

Andaba sola por las afueras de la costa dorada. Era invierno y de noche, aquella calle sólo la iluminaban algunas pocas farolas. Llovía, llovía tanto como ella iba llorando mientras andaba. No llevaba paraguas así q su pelo suelto, su gabardina, zapatos y el resto de ropa se mojaban, pero a ella le daba exactamente igual. Cogió un taxi que pasaba por esa calle, y la llevó al aeropuerto.