014: Monster.

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Había pasado tan sólo una semana desde aquella noche donde Alonso por fin pudo confesarle a Alan todo lo que sentía.
Las cosas en la escuela no habían cambiado mucho, puesto que entre ambos acordaron llevar las cosas con calma y en cambio, tratarían de conocerse más.
Como cuando Alan le contó al pelirrojo sobre el papel que desempeñaba en su familia, se había vuelto un padre para sus dos hermanos.
O cuando Alonso se animó a contarle al moreno sobre su deseo de convertirse en psicólogo.

Las cosas marchaban bastante bien, y era algo que Alonso agradecía, aunque le preocupaba el repentino distanciamiento con su mejor amigo, Jos. Pero no podía culparlo, y aunque intentaba reunir la fuerza para acercarse a él y pedirle disculpas, no podía.
Sabía que debía hacerlo y que encontraría el momento, pero eso no estaba en sus planes por el momento.

—¿Seguro que estás bien?

Alonso miró al moreno, quien esperaba una respuesta con preocupación en sus ojos.

—Es mi mejor amigo, Alan, y me duele no tener la valentía para disculparme —confesó Alonso algo apenado.

Alan suspiró cansado.

—Pues tendrás que pensar en algo rápido porque viene hacia acá —murmuró el moreno mirando hacia la dirección en la que venía el pelinegro.

Alonso se tensó en cuanto tuvo a Jos frente a él, quien lo miraba con una sonrisa calmada.

—Al parecer alguien la está pasando bien —murmuró Jos, con la misma sonrisa y con una expresión muy relajada.

Alan carraspeó y miró a Alonso indicándole que lo vería después y se alejó caminando hacia uno de los pasillos del colegio.

—Jos, creo que debemos hablar —murmuró por fin Alonso con una expresión seria.

El pelinegro bufó cruzándose de brazos.

—Te escucho.

Alonso tomó una bocanada de aire y comenzó a hablar mirando a Jos directamente a los ojos.

—Lo que pasó entre nosotros fue algo inesperado, pero no quiero perderte —confesó esto último algo nervioso — eres mi mejor amigo.

Jos lo miraba inexpresivo y asintió analizando las palabras del menor. Realmente le dolía escuchar a Alonso tan roto, sus palabras eran sinceras, pero no eran suficiente, ya no.

—Exacto, soy tu mejor amigo y quien ha estado para ti siempre, pero decides cambiarme por un imbécil que hizo de tu vida un infierno junto con su patético primo —dijo riendo amargamente.

Alonso lo miró sin decir una palabra. No podía discutir con ello, de alguna manera, lo que decía era cierto.
Realmente no quería perder a Jos, pero se sentía entre la espalda y la pared, no quería escoger entre él y Alan, porque ambos eran importantes en su vida; pero no podría tener a uno sin lastimar al otro.

—¿No piensas decir nada? —preguntó Jos impaciente.

Alonso no podía articular palabra alguna.

—Sólo respóndeme algo, Alonso —tomó aire— ¿lo amas?

El menor estaba cabizbajo y no respondió nada. Su silencio fue respuesta suficiente para que Jos pudiese entender lo que pasaba.
Jos asintió, riendo amargamente y se acercó a Alonso para susurrar cerca de su oído.

—Disfruta de tu felicidad mientras puedas.

Fue lo último que dijo el pelinegro para después marcharse, dejando a Alonso solo en el pasillo.

***

Ya llevaba por lo menos cuatro intentos y el candado del casillero no cedía, el castaño era muy paciente, pero se le hacía tarde para ir a clase y aún no podía sacar el libro de la materia que ocupaba.

—Bien hecho, Bryan, eso te pasa por no haber reparado la abolladura del casillero cuando tuviste oportunidad —dijo el castaño para sí mismo.

Un intento más y se dio por vencido, sentándose en el piso, recargado sobre su propio casillero. Suspiró cansado y decidió no insistir más, conservando la calma, la cuál le duraría sólo un par de segundos más.

—Lo siento, no traigo monedas para ti, vago —habló una conocida y muy irritante voz, cercana a Bryan.

—¿Acaso no tienes algo mejor que hacer que ir por ahí amargando el día de las personas, Leyva? —dijo el castaño con cansancio en su voz.

Freddy chasqueó la lengua, mientras se sentaba al lado de Bryan.

—¿Qué haces aquí sentado? —preguntó el rizado, ignorando la interrogativa del castaño.

Bryan se encogió de hombros y suspiró pesadamente.

—Mi estúpido casillero tiene una abolladura y he tenido dificultades para poder abrirlo últimamente, así que decidí rendirme —murmuró.

Freddy asintió escuchándolo y lo miró por un segundo para después ponerse de pie.

—Ven, vámonos de aquí —le estiró la mano a Bryan para ayudarlo a ponerse de pie.

El castaño miró dudoso la mano del rizado sin tomarla y se la pensó bien antes de hablar. Sabía que probablemente habría algo más detrás de las palabras de Freddy y no pensaba ser parte de ello.

—Escucha, si vas a golpearme o algo, mejor hazlo aquí porque no pienso ir a ningún lado contigo —dijo por fin cruzándose de brazos.

El rizado rodó los ojos.

—¿Por qué tienes que ser tan complicado, Mouque? —exclamó impaciente.

Bryan se quedó callado por unos segundos mirándolo sin saber qué decir, la actitud de Freddy lo estaba tomando por sorpresa y eso lo asustaba.

—No te lastimaré —dijo el rizado— y no lo haría.

Éste lo miró sin creer una palabra que escuchaba.

—Escucha, por algún motivo que aún desconozco, me molesta la imagen que tienes de mí y me duele que creas que quiero hacerte daño —confesó Freddy.

—No lo sé, tal vez sea porque te he visto hacerle daño a uno de mis mejores durante años. Eres un asco de persona y no podría creer ni una sola palabra que venga de tu boca, la misma que ha soltado pura basura en contra de Alonso, quien no te ha hecho nada para merecerlo —soltó Bryan molesto.

Freddy se quedó inmóvil sintiendo cada palabra clavándose dentro de él, y de alguna manera, le dolía que Bryan le tuviese tanto desprecio, pero él mismo se lo había ganado.
Siempre estuvo acostumbrado a dominar a la gente, hacerlas a su conveniencia y disfrutaba del dolor ajeno de personas indefensas como Alonso; pero esta vez, el indefenso era él.
Cada palabra le dolía más que cualquier golpe de los que él le ha propinado a sus víctimas.
Sentía la necesidad de enmendar todo el daño hecho, si eso hacía que Bryan dejara de verlo de mala manera.

—La gente puede cambiar, ¿no? —le preguntó al castaño sintiendo temor en su propia voz.

Bryan se puso de pie para poder mirarlo directamente a los ojos y soltó una risa burlona negando con la cabeza.

—La gente sí —hizo una pausa para mirarlo de pies a cabeza— pero tú eres un monstruo.

Y eso bastó para que una parte dentro de Freddy se encendiera.

***

¿Cuál es el ship que más les gusta?
¿Breddy, Alanso, Josyan, Jalonso?

Comenten los nombres de sus fanfics aquí,
quiero leer nuevas historias.

He tenido problemas con los guiones largos, se cambian por guiones cortos y me desespera :(
En fin, espero que disfruten del capítulo,
nos leemos muy pronto.
—V.

➳ El Chico del Piano | #WattPrideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora