Melody

08: No me tientes

Un sonido bastante molesto le quitó el sueño a Melody. Trató de ignorarlo, giró en la cama y cerró los ojos; pero el sonido seguía ahí. Buscó su celular para apagarlo, hasta que notó una llamada de Justin. Le daba nervios contestar, especialmente por lo sucedido la noche anterior, pudo haber bebido pero se recordaba perfectamente de todo.

— ¿Hola?— contestó a punto de cerrar los ojos.

— Melody, ¿te desperté?

— De hecho, sí. Pero no importa, ¿me necesitas?

— Te llamaba para saber si querías bajar a la piscina conmigo— aclaró la garganta.

— Oh.

— ¿Qué dices?

— Está bien. Solo dejame despertar bien.

— Estoy en tu puerta en quince minutos.

Melody colgó la llamada. Estaba muy cansada. Habian llegado al hotel a eso de las 1:00am, entre charlas y baile. No sabia como mirarlo a los ojos, después de que él le confesara que quería besarla. No lo culpaba, ella también quería hacerlo, pero jamás pensó que él se lo dijera, así sin más. De hecho, no la habia besado, y Melody estaba molesta por ello. Luego de que él se inclinara hacia ella, directo hacia sus labios, un chico se acercó tambaleandose arramando la bebida en el atuendo de Melody. Ella maldició mientras Justin la ayudaba a limpiarse. Después de eso y dos bailes más, volvieron al hotel. Fue extraña la despedida. Ya que Melody estaba nerviosa, mientras que Justin trataba de aguantar las ganas de besarla.

Quizás Justin no le mencionaba el tema. Al menos, eso esperaba ella.

Se dirigió hacia el baño para hacer sus necesidades, cepilló sus dientes y se vistió. Se colocó un traje de baño color naranja y un trajesito por encima. Chequeó la hora en su celular y se sorprendió al ver que eran las 10:00am, pensaba que era más temprano.

Salió de la habitación justo cuando Justin se encontraba caminando por el pasillo. Llevaba unos pantalones cortos junto con una camisa de manguillos. Melody quedó asombrada, era la primera vez que le veía los brazos repletos de tatuajes. Obviamente ella habia notados otros tatuajes pero nunca se imagino que tuviese los brazos repletos. Se veía aun más sexy con ellos.

— Hola.

— Hola Melody— sonrió.

¿Cómo es posible que este tan relajado cuando ella estaba a punto de una crisis?

— ¿Bajamos?— preguntó él, a lo que Melody asintió.

Llegaron a la piscina del hotel, se acomodaron en unas sillas reclinables y soltaron sus cosas.