7 - El bar

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Los había dejado. Por primera vez en mi vida estaba sola y por mi cuenta. Lo único que tenía conmigo era ese carnet con la foto y el nombre del detective. Debía ser casi la media noche y yo caminaba sola por las calles vacías. Llegue a donde quería, la farmacia estaba del otro lado de la calle y yo estaba en la entrada del lugar donde lo vi por primera vez. Mientras entraba me preguntaba si era estúpido ir con él, pero yo no quería ir con el policía, yo quería ir con Iván

Me encontraba sentada en una silla alta junto a la barra

—¡Iván, amigo! Que suerte que contestaste — Hablo el hombre que atendía por el teléfono. — No te vi cuando viniste hoy, pero dejaste tu identificación y tu placa, una chica la encontró y las tiene aquí — Paro escuchando lo que le decía. Volteo a mí. — Emm si, concuerda perfecto con tu descripción ¡Perfecto!

Sonreí al hombre que se acercaba a mí

—Estará aquí en un minuto para buscar sus cosas. Es un caballero ese chico, quiere agradecerte en persona, espero que no huyas

Volví a sonreír. Mierda que estaba nerviosa. ¿Por qué había hecho eso? Porque le temía a los chicos cuando vieran que me fui, porque de alguna manera me sentía más segura con el policía que con mis hermanos

Mis manos sudaban, me movía inquieta. Cada vez que las puertas se abrían mi corazón se sentía en mi garganta. "Mierda, cálmate" me dije chocando mi cabeza contra mis brazos en la barra

—¿Te me estas entregando? — Preguntó una voz detrás de mí

No logre voltear, sabía que era él ¿Cuándo llego? Exhale levantando mi mirada pero no voltee. Camino hasta estar a mi lado, recostó su cuerpo a la barra colocando su codo sobre ella. Su cuerpo estaba mi dirección y me veía directamente. Volví a exhalar, no lograba respirar bien. Cerré los ojos fuerte decidiendo ser valiente y enfrentarlo. Lo mire. Mi expresión seguía siendo insegura. Lo señale, luego a mí y tome mis muñecas con la mano contraria

—¿No te agradan las esposas?

Mordí mi labio mirando abajo. Con él podía. — Duelen

Estaba segura que más de entenderme, solo lo supo por leer mis labios. Tal vez logró comprender la última vocal, pero solo eso. Toque mi garganta discretamente, dolía. Me sentía como niña otra vez, mis piernas estaban entre mis muslos y mi cabello en el rostro

—Hui

—¿Disculpa? — Preguntó acercándose más

Voltee de nuevo a él, esta vez estaba más cerca. — Hui. Se... — Oprima mi rostro al costarme. Era una palabra larga, casi imposible para mí. — Se... tra... a, Se... e

Eso era lo que lograba hacer que saliera de mi lastimada garganta. "Secuestrada" que malditamente fácil era decirlo en mi cabeza. Sentí una mano en mi pierna haciéndome parar

—Se lo que intentas decir — Respiró profundo dejándome de ver. — pero igual mi deber es llevarte a la comisaria

Di un brinco tomando sus antebrazos. Negaba con la cabeza, querido expresar con mi rostro que no quería y temía ir ahí. Él intentaba desviar la mirada de mí, no queriendo ser convencido

—Noche, noche, noche — Soltaba rápidamente. Pareció funcionar, me miro confundido. — Una

—¿Una noche?

Asentí viéndolo a los ojos. No lo tomaba fuertemente, pero no quitaba mi agarre de sus brazos. Miro al piso pensando, pero luego de un momento negó

—No, no — Dijo volviéndome a mirar. — Perdona, pero esto puede ser una mentira

No confiaba en mí y no podía culparlo. Claramente esto podía ser una trampa. Yo entregándome no tenía sentido para él, pero yo no quería entregarme a la policía, yo... yo no tenía idea de que quería. Mi rostro cambio, tenía esa expresión involuntaria de cachorro pidiendo hogar, así la describía Bobby

AUTOCRACIA "Ignorancia e Idolatría"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora