15 - Duchas y ascensores

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Debía dejar a un lado su rara actitud repentina. Sin más, me deshice de mi ropa y entré a la ducha. Encontré una gomita en mi cabello y mi brazo estaba lleno de lo que esperaba fuera solo salsa agridulce. Lo lamentaba mucho, pero gastaría todos los productos de baño

La puerta se abrió

—Solo vine a traerte una toalla

—Gracias — Sonreía como si me estuviera viendo. Seguí en lo mío hasta que capté que la puerta seguía abierta. — ¿Sigues ahí?

—¿Qué? Ehh no

—¿No? Parece que sí

—No, no me quede aquí. Digo, lo que quiero decir es que ya me voy

—Está bien — Alargue extrañada. Otro momento pasó. — ¿Iván? ¿Sigues ahí?

—No

—¡Iván! No puedo si no te vas

Cubría mis pechos con los brazos y cruzaba las piernas como si pudiera verme. Estaba en la esquina arrinconada. Seguía ahí, podía sentirlo

—¿Todavía sientes algo por él?

¿Qué? ¿Qué clase de persona interrumpe a otra en la ducha para preguntar eso? Mi respuesta no tenía que pensarla, sabía que no tenía sentimientos por Guppy

—¿Eso qué?

—Quiero saber — Supe que dio un paso más cerca. — ¿Sientes algo por él?

—No

—¿Y por mí? — Otro pasó

No podía responder nada. Estaba ahí, demasiado cerca. Justo del otro lado de la cortina. Mi corazón explotaba, yo explotaba. Era el momento más tenso de mi vida. No sabía que haría ni él ni yo. ¿Qué le diría y cuál sería su respuesta?

—No lo sé

—¿No lo sabes?

—No sé sobre esas cosas, no sé qué significan

No respondió nada haciéndome morir de nervios. Escuché la puerta cerrarse. Me sentía lo suficientemente incomoda como no querer seguir ahí, igual ya había terminado. Pasé la mano por la cortina y traje la toalla. Paro cardiaco, el corrió la cortina. Estaba ahí dentro conmigo. Yo sostenía la toalla tapando la parte delantera de mi cuerpo en un estado de impresión. Su mano había hecho llevar mi rostro hasta el de él uniendo nuestros labios. No era nada parecido a la primera vez. Lucia bastante decidido. No me daba tiempo para procesar ninguna de las cosas, solo entró y comenzó a besarme. Retrocedimos hasta la pared. Su cuerpo estaba pegado al mío. Tal vez fui muy fácil de convencer. Deslice mis manos fuera de mi espalda hasta su cuello. Sentía la baldosa fría en mi dorso descubierto, su cuerpo junto al mío detenía la toalla de caer. Un pensamiento de que eso estaba mal paso por mi mente, pero no podía evitarlo. Se sentía tan bien, se sentía delicioso. Su manera de besar, intensa pero no dura. Esas dos semanas la monja me había educado un poco y sabía que esto estaba mal, debía ser lo que ella llamaba "una mujer impura" en ese momento, pero él me besaba y no me importaba nada más. Adoraba como se sentía la manera en que sostenía mi cabeza alzándola. Se siente tan bien por qué no hacerlo? Podía sentirlo por todo mi cuerpo, él me mataba

Sentí sus labios separarse. No podía respirar bien, tampoco podía si quiera ver, estaba mareada. Seguía pegado a mi cuerpo y su rostro cerca del mío. Sus manos fueron hasta apoyarse en la pared. Exhalo fuerte y luego dio un golpe a la baldosa haciéndome saltar un poco

—Tu... Tu solo termina de ducharte ¿sí? — Habló mirando a otra parte

Asintió para sí mismo tragando mientras se separaba. Seguía sin mirarme mientras se daba la vuelta

AUTOCRACIA "Ignorancia e Idolatría"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora