La noche del Lunes

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Antes de que anocheciera, Carla se había ido al dormitorio de su hermano para hacer la tarea en parejas de Tecnología, mientras Eva se reuniría con Evie para charlar de su día. Era importante saber cómo le había ido fuera de sus clases, más porque ella era nueva en todo y ella no estaba con su hermana. Llegó al dormitorio y Eva la pasó y la sentó en la cama de Carla.
Evie: ¿Cómo te fue?-preguntó, dejando su bolsa en el suelo.
Eva: Tuve un encuentro con un chico-dijo, sentándose en su cama. Evie abrió los ojos como platos.
Evie: ¿Quién es? No es un "Chad", ¿cierto? ¿En dónde lo viste? ¿Hablaron? Si es así, ¿de qué hablaron?
Eva: Bueno, no sé cómo te lo tomes-suspiró-. Es parecido a Chad.
Evie: Eva...
Eva: Parecido en que es lindo; varias chicas lo estuvieron rodeando y por lo que vi, él es lindo-dijo, sonrojándose un poco.
Evie: ¿Y?-dijo, esperando que le contara más.
Eva: Se trata de... Quincy.
Evie estaba más sorprendida.
Evie: ¿Quincy? ¿El hijo de Quasimodo, el Jorobado de Notre Dame?
Eva: Sí-dijo, dudosa de su respuesta.
Evie: ¡Es estupendo!-dijo, alegre y levantándose de la cama de Eva. Esta la miró perpleja y confundida.
Eva: ¿Te alegra?
Evie: Por supuesto-contestó, sentándose a lado de ella-. En lo muy poco que lleva aquí, Quincy ha sido un chico genial y amable, y caballeroso.
Eva: Sí, Lonnie ya me había dicho eso. Además, contestando a tus otras preguntas acerca de él: lo vi en el comedor, y no fue un buen inicio para una charla.
Evie: ¿Por qué? ¿Qué dijiste? ¿Mencionaste tu vida en la bodega?
Eva: No, no. Cuando terminé de comer, fui a dejar los trastes y ahí tropecé con él y ambos nos ensuciamos.
Evie miró a Eva de pies a cabeza. No tenía la ropa con la que habían iniciado el día.
Evie: ¿Y qué pasó después?
Eva: Me presenté, él también lo hizo y así-dijo, de manera nerviosa-. Me vine aquí y me cambié. Lo increíble es que sabía quién soy.
Evie: ¿Ah, sí?
Eva: Sí. No me confundió contigo. Eso es bueno.
Evie: Vaya que lo es.
Eva estaba tan alegre, pero esa alegría se esfumó por algo que pensó.
Evie: ¿Qué pasa?-preguntó al verla.
Eva: ¿Y si no le agrado?
Eva había olvidado toda su inseguridad desde la mañana cuando supo que iniciarían las clases.
Evie: ¡No digas eso! Le vas a agradar. ¿Cómo no le vas a agradar?
Eva: Sin reflejo, nerd, infancia en el interior de una bodega, copia de una chica famosa por sus diseños...-dijo, mientras contaba con los dedos.
Evie: Olvida eso. A pesar de ello, sé que le puedes agradar.
Se acercó a su hermana y la abrazó. Eva aceptó el abrazo.
Eva: ¿Estás segura, Evie?-preguntó, aún en el abrazo.
Evie: 100% segura. Y si no es así, ¿qué importa? Hay más gente que opina diferente.
Eva sonrió. Para ella, se sentía bien ese abrazo. Era un abrazo especial: porque se trataba de su hermana. Evie también lo sintió. A ambas les gustaba eso.
Evie: Oh, se me olvidaba-dijo, separándose de Eva. Se acercó su bolsa y sacó 2 cajas pequeñas: una azul y una roja. Le entregó a Eva la azul y la roja la dejó en el buró que estaba entre ambas camas.
Eva: ¿Qué es?-preguntó mientras lo abría. En su interior, había un celular con carcasa azul y diseño de coronas.
Evie: Es un celular-explicó-. Es para que te puedas contactar con los demás y, especialmente, conmigo. Ya tengo tu número, está en el interior de la caja para que tú misma te lo aprendas en caso de perderlo. Si requieres otra cosa, sólo dime.
Eva: Tal vez quieras darme un pequeño repaso a todo el celular.
Evie: De acuerdo.

En la noche, Carlos y Carla ya habían acabado la tarea. Para Carla, fue algo raro en hacer una tarea después de clases. En la bodega, siempre se adelantaba en sus tareas para después comer, escribir cartas, mirar por la ventana...
Carla: Bueno, creo que debería de regresar a la habitación-dijo, levantándose de la mesa de trabajo que estaba en el centro de la habitación.
Carlos: ¿Ya hiciste las tareas anteriores?-preguntó.
Carla: Sí. Después de irme a comer, me fui a la habitación y terminé mis tareas para poder venir contigo ya que estabas entrenando-dijo, al momento de recoger sus cosas.
Carlos: Bueno, ¿qué vas a hacer?
Carla: Voy a leer los próximos temas y veré cuáles son las probabilidades de que una de esas sea nuestra próxima tarea.
Carlos: Carla-dijo y esta se detuvo-. ¿No quieres hacer otra cosa?
Carla: ¿Cómo qué?-preguntó, acercándose un poco a él.
Carlos: Si quieres, te enseño a jugar videojuegos-sugirió, levantándose de su asiento y dirigiéndose a la pantalla y a la consola de videojuegos. Encendió ambos aparatos y en la pantalla apareció el inicio de un videojuego. Le entregó a Carla un control y se paró a lado de ella-. Esto es algo sencillo: el videojuego se trata de una versión virtual del tenis. ¿Sí sabes lo que es tenis, no?
Carla: Un poco. Tal vez no practicábamos deportes, pero Yen Sid nos enseñó reglas, historia, equipo...
Carlos: Oh, de acuerdo-dijo -, en la pantalla, nuestros controles serán las raquetas de tenis. Por ahora, yo voy a "lanzar" la pelota para tirar, y después , tú le pegarás así-dijo, haciendo una pequeña demostración.
Carla: Creo que estoy entendiendo un poco-dijo, jugueteando con el control.
Carlos: Bueno, empecemos-dijo, e inició el juego.
Una vez iniciado, no les fue tan mal; sobre todo con Carla. Era novata en eso de los videojuegos y no le iba para nada mal.
Carlos: Wow-dijo, al ver a su hermana jugar muy bien.
Una vez que terminaron la partida, platicaron un poco.
Carlos: ¿Te gustó?-preguntó. Ambos se sentaron en el suelo y cruzados de piernas.
Carla: Me fascinó. Nunca hubiera hecho algo como eso. Sé que es costumbre mía aprender un poco a la primera, pero no creí que también en cosas como estas.
Carlos: ¿Aprendes rápido?
Carla: En algunos casos-admitió.
Carlos: Bueno, cambiando de tema, ¿qué tal la hora de la comida?
Carla: Bien. Aunque Lonnie me comentó de que alguien me estaba observando.
Carlos: ¿Qué no eso fue en clase de Tecnología?
Carla: Pues, ella me dijo que alguien me estaba viendo, y según yo, ella se refería a lo que se le llama aquí en Auradon, tu enamorado secreto.
Carlos: Pero, ¿cómo? Tienes como 2 días en Auradon, ¿y ya llamaste la atención de un chico?
Carla: Al parecer. Oh, y Jane me dijo que ella vio quién me miraba en clase de Tecnología. Resulta que es el hijo de Roger y Anita.
Carlos: ¿Archibald Radcliff te miraba?
Carla: Eso es lo que dijo Jane. Y de ser así, entonces sí le veo sentido en que me vea. Mi mamá, perdón, nuestra mamá le robó 15 cachorros dálmata a su familia. Y tú diciéndome paranoica.
Carlos: Bueno, también-dijo-. ¿De qué tanto hablaron ustedes?
Carla: Pues, antes de eso, Eva tuvo un encuentro con Quincy, el hijo de Quasimodo; Jane me dijo que también sintió que alguien la miraba...
Carlos: ¿Te dijo quién?
Carla: No, solamente que sentía que alguien la miraba, ¿por qué?
Carlos: No, por nada.

Jay había citado a Jaden en el campo de Tourney una vez que las clases finalizaran, al igual que el entrenamiento. Lo estaba esperando en las gradas hasta que lo vio. Le indicó que se sentara y se pusieron a charlar.
Jay: Hola, ¿cómo te fue en R.O.A.R?
Jaden: Al principio creí que estaría mal, y después me fue bien.
Jay: ¿Por qué mal?
Jaden: Primero que nada, Malev y yo llegamos algo tarde.
Jay: Si estuviera el Hada Madrina, los pondría a hornear pasteles como castigo.
Jaden: Eso no suena a un castigo. El maestro nos castigaba trepando las redes para subir y descender con ellas.
Jay: No le veo lo malo.
Jaden: En otras palabras, no teníamos permitido utilizar las escaleras en todo el día. Y yo lo hice 2 veces, una por darle carne a Carla, y la otra por comerme insectos a escondidas de todos.
Jay: No te creo capaz de romper las reglas.
Jaden: Con lo de Carla fue un accidente: me había distraído al momento de repartir la comida; y en cuanto a los insectos: me moría de hambre en "clases" y esa era una solución, para mí.
Jay: Y, por los insectos, ¡qué asco!
Jaden: Pero ya dejé eso. Y, volviendo al tema, me encontré con Aziz, por un momento creyó que yo era tú, le dije que no, nos dio instrucciones para inscribirnos y por un momento creí que estaría en problemas debido a los guantes.
Jay: Ay, es cierto. Tienes que utilizar el uniforme completo.
Jaden: Lo sé, pero llegó el Hada Madrina para ver las pruebas y de ahí le comentó a Aziz de que no me quito los guantes debido a una "enfermedad que yo tengo". O sea, el Hada Madrina me ayudó con eso.
Jay: Sí.
Jaden: Pero, a la vez me siento mal por mentir. El maestro siempre nos dijo que las mentiras, los robos, la codicia, la envidia, entre otras, no llevan a nada bueno.
Jay: Bueno, pero míralo como una solución para que nadie malinterprete lo que hacen tus manos.
Jaden: Puede ser-consideró-. ¿Y a ti? ¿Cómo te ha ido en el Tourney?
Jay: Genial. Vamos a jugar un partido este viernes, tal vez quieras venir.
Jaden: Yo, con gusto.

Mal había visitado a Malev a su dormitorio. Al igual que Evie, le entregó a Malev un celular y le explicó un poco su función,
Malev: De nuevo, gracias Mal.
Mal: No fue nada. ¿Cómo les fue en R.O.A.R?
Malev: Se diría que bien.
De ahí, le contó todo lo que pasaron en las pruebas.
Mal: Vaya suerte que tuvieron.
Hubo un silencio incómodo gobernando el cuarto. Malev decidió hablar de un tema que no había hablado del todo con Mal, ya que se trataba de un tema complicado para él.
Malev: Mal, ¿cómo está mamá?
A Mal le sorprendió de que hablara de ella, y que preguntara por su bienestar. Pensó que Malev no quería saber nada de ella por lo que le hizo hace 13 años.
Mal: Hmm, está en el museo, en una celda de cristal tamaño lagartija.
Malev: Entonces es cierto: la convertiste en lagartija.
Mal: Sí. Sigue del mismo tamaño en el que la convertí.
Malev: ¿Se niega a amar?
Mal asintió.
Malev: ¿Cómo te ha ido con ella?
Mal: Desde entonces no me ha hablado. Sí habla nuestro idioma a pesar de que es lagartija, pero se niega a hablar conmigo desde la Coronación. Lo más obvio, es porque la traicioné.
Malev asintió tristemente.
Mal: ¿Quieres verla?-se atrevió a preguntar.
Malev: No creo que ella quiera verme. Para ella, yo estoy muerto. Lo debería de considerar.

Descendientes/ Secretos revelados, villanos reveladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora