Asesinato en la Secundaria.

P DE PECADO, P DE PUREZA.

Reunieron las siete niñas en el salón blanco. Angelic, les dijo, de la manera más delicada posible, que sospechaban que iba a haber un asesinato y que ellas eran las principales víctimas. (De hecho, no fue delicada en absoluto) No se hicieron esperar los gritos, los llantos y las plegarias para que sus vidas fueran perdonadas.

-Por eso, niñas. Les pido que sean lo más sinceras posible. Yo no les puedo garantizar la vida si no colaboran.

Más temprano que tarde todas las niñas cerraron la boca e hicieron todo a disposición de Angelic.

-En el suelo hay siete hileras con siete papeles. Ustedes van a leer esas hileras y van a tomar un papel. Por ejemplo. Si en la hilera cuatro dice: Gula y yo lo he hecho, me llevo el papel. ¿Me explico? Pero no pueden coger el mismo papel dos veces o más.

Todas asintieron.

-Pues comiencen. Y en orden, ¡sino les juro que me limpio el sudor en ustedes!

Al terminar, Laura vio que varias niñas tenían muchos papeles.

-Ahora la pregunta del millón. ¿Quién tiene los siete papeles?

Una joven, del mismo grado de ellas, morena, alta, cabello largo y rizado, levantó la mano. Angelic la llamó para que se acercara, pero antes le susurró a Laura:

-¿Y si ella no es?

-Supongo que habrá que preguntarle a las demás de manera indiscreta.

-Bien pensado... ¡Hola...! Eh... Nombre completo por favor.

-Paola Perdomo Morales.

Laura dudó, y prosiguió en mirar a Angelic, ¿sería ella la víctima?

La llevaron aparte y mandaron a las demás a sus respectivos salones.

-Dígame, Paola. ¿Usted ha tenido alguna clase de rivalidad seria con alguna niña del colegio?...

Paola estaba a punto de contestar, sin embargo Angelic parecía demasiado emocionada al respecto y siguió con el largo interrogatorio...

-...¿Quiénes son los padres de la niña? ¿Cuántos años tiene ella? ¿Está en su mismo salón o en qué grado está? ¿Es religiosa? ¿Su padre o su madre hacen parte de una iglesia? ¿Desde hace cuánto ha existido esta rivalidad? ¿La ha amenazado?

-...Sí, desde que ingresé en la jornada de la tarde, conocí a una niña; Jennifer Karolina Londoño Montana. Mi familia es diferente a las demás, tengo dos mamás y yo también soy lesbiana. Sin embargo, antes de definir mi orientación sexual, Jennifer siempre me ha odiado por tener una familia diferente. Siempre me insultó y me recalcaba que en la hora del Juicio Final, yo y mi familia acabaríamos en el infierno.
》Además, se enojaba conmigo porque siempre fui la mejor, siempre me fue mucho mejor que a ella, siempre gané más méritos y premios que ella. Le dolía ser la sombra de todo.
》No sólo eso, también me detesta por ser negra, siempre ha evitado tocarme y cuando accidentalmente lo hace, se limpia las manos y hace gestos de disgusto.
》Un día, fui a la catedral a confesarme, y no me dí cuenta que el cura era el padre de Jennifer. Y ella estaba ahí y de alguna manera escuchó mi confesión.
》Desde ese día siempre me ha molestado con ser pecadora y sin salvación. Incluso me ha dicho que le va a decir a todos lo impura que soy. La verdad no le prestado mucho interés a eso, pero aún así no tiene derecho a decir mis cosas personales.

-No te preocupes, Paola. Nosotras no vamos a dejar que nada te ocurra -Dijo Angelic, era lo más delicado y sincero que había dicho hasta el momento-.

Angelic, Laura y Paola fueron a la Catedrál, obviamente acompañadas del coordinador. Las tres llegaron pero Angelic les prohibió seguir: "Aquí entro yo, déjenme..." argumentó y fue a interrogar a los miembros de la iglesia.

-Paola, -Dijo Laura con un deje de curiosidad- ¿Ustes cree que esta niña... Jennifer sea capaz de hacer algo como asesinar a alguien?

-La verdad... no tengo idea, uno nunca sabe cuál es la verdadera naturaleza del ser humano, no sabe como puede llegar a reaccionar de manera fija, cada persona es un completo misterio. Tampoco sabemos qué son capaces de llegar a hacer para que lo que quieren se haga realidad...