Addicted to a cocaine

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Tyler se encontraba en el salón del departamento en el que vivía con Josh, su mejor amigo de toda una vida y pareja desde hace cinco años.

Tenía sus audífonos puestos y miraba la pantalla de su celular totalmente concentrado. La puerta se abre, él no parece darse cuenta hasta que, Josh da un leve golpe en su pierna para que le hiciera sitio en el gran sofá.

No dijo nada y se limitó a quitarse los zapatos. Tyler lo miraba esperando a que hablara, pero no lo hizo.

El castaño lo ignoró completamente y volvió a mirar la pantalla enfrente suyo.
Después de varios minutos Josh se levantó del sofá dejando a Tyler solo otra vez.

La noche se hacía más oscura. Tyler lo notó por la ventana detrás suya, el cristal de ésta ya se empañaba gracias al frío viento de otoño.
Se dirijo hasta la habitación de ambos y escuchó la ducha abierta en la puerta de al lado.

Se puso su pijama y se recostó en su cama mirando por el amplio ventanal de la habitación, ésta estaba menos empañada que la anterior, por lo tanto tenía mejores vistas, la luna era totalmente redonda y podía notar los cráteres de esta.

Josh entró en la habitación secándose su pelo color azul casi verde, totalmente rizado y pegado a su frente.

Tyler lo miró fijamente, el tintado parecía no darse cuenta, o quizá lo ignoraba.
Sabía que Tyler le reclamaría como lo hace algunas veces, así que tomó una camiseta y unos boxers y salió de allí.

Josh hace un sonido con su nariz, hecha la cabeza hacia atrás y cierra sus ojos.
Repite la acción otras cuatro veces y se deja caer en el sofá.

Tyler lo observa desde el arco que conecta el pasillo con el salón, sus ojos se cristalizan, pero no dice nada. Sabe que no debe, ahora no.
Tapa su boca evitando que un sollozo se escape y camina de vuelta a la habitación, vuelve a la cama enterrando se bajo las sábanas, haciéndose pequeño y abrazándose a sí mismo quedando dormido después de un rato.

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A la mañana siguiente, Tyler despierta gracias al brazo de su novio sobre su abdomen.
El castaño se gira cuidadosamente y lo mira, tiene la boca entre abierta dejando ver un poco sus dientes, el brazo del tintado vuelve a moverse ahora apretando la espalda de Tyler.

El menor acerca su mano al cuello de su novio y acaricia su mejilla con el pulgar, otra lágrima se desliza por su mejilla sin previo aviso.

El chico sale del cuarto y ahora se dirige al salón, recoge todas las latas de cerveza encima de la mesa enfrente del sofá, en una esquina de la misma ve una cuchilla de afeitar y su mandíbula se tensa. La recoge y camina hasta la cocina lanzando todo a la basura con disgusto.

—Hola - dice Josh entrando a la cocina.

Tyler no lo mira — Hola - su voz es baja, casi un susurro.

—¿Cómo dormiste? - el tintado se acerca más a él dejando un beso en su hombro.

—Muy bien.

Josh oprime sus labios, y baja la mirada alejándose de Tyler.

—¿Y tú? - pregunta el castaño aún sin mirarlo.

—¿Por qué me evitas? - Josh ignora su pregunta.

—No lo sé, dímelo tú.

Él se queda callado. Mira fijamente a Tyler esperando que se gire a mirarlo, pero no lo hace, permanece de espalda.

Toma la taza de café que se había preparado y sale de allí.

—Tyler...

—No me digas nada Josh, ya sé lo bastante. No quiero hablar del tema - su voz se quiebra.

El castaño camina otra vez por el pasillo. Josh lo sigue, y él lo sabe pero, no quiere mirarlo. Da un sorbo a la taza en su mano y se da cuenta de que las lágrimas se mezclan con el líquido oscuro.
El castaño entra a otra de las habitaciones del departamento, ésta es un pequeño estudio improvisado. En él hay una pequeña mesa de caoba junto a la ventana, al otro extremo un estante con libros y enciclopedias, fotos de los chicos y una que otra de sus familiares, un pequeño sillón de piel y un portátil.

Tyler entra y cierra la puerta tras suyo, casi le pega al mayor en la cara y éste da un paso atrás gracias  a su reflejo.

El castaño toma asiento en la mesa, abre la ventana respirando la brisa de la mañana y enciende el portátil.