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Meses Después

La adicción de Josh ahora era mucho peor, faltaba casi todos los días al trabajo, no salía más que en busca de sus drogas, a veces no dormía en el departamento y más cosas las cuales, otra persona no podría soportar.

A excepción de Tyler.

Aunque el castaño sentía que se estaba volviendo loco, que perdía el control de las cosas, todo por ayudarlo en lo le fuera posible. Tyler daba todo de él y Josh no parecía valorar su esfuerzo. Las discusiones eran más y más hasta el punto en que uno de los dos se iba del departamento.

Josh a estas alturas consumía el doble y Tyler se desmoronaba al verlo.

.  .  .

Día gris y no solo por los sentimientos entre ambos chicos. Llovía a cántaros y los granizos golpeaban la ventana del departamento de Tyler y Josh.

El tintado no fue al trabajo, nada nuevo en las últimas tres semanas. El menor seguía trabajando con su hermana.

Con una taza de chocolate caliente y en el pequeño estudio del departamento, el castaño leía uno de sus tantos libros.
Resultaba bastante relajante leer mientras escuchabas la lluvia caer, sobre todo para Tyler. Los días lluviosos le encantaban.

Josh estaba en el salón, veía la tele mientras tomaba cervezas, e inhalaba aquel polvo conocido que tanto odiaba su novio.

Las drogas ya no le hacían el mismo efecto que hace unos meses, cada vez consumía más y más tratando de llegar al éxtasis que le brindaba desde el principio.

Logró llegar al punto que quería, los efectos empezaban y Josh estaba intranquilo, necesitaba depositar su éxtasis sino, sentiría que el techo le caería encima.

—¡Tyler! - exclamó tocando la puerta del estudio sin cesar.

—¿Qué pasa? - dice aún sin abrir.

—Sal un momento.

—¿Para qué?.

—¡Tú sólo sal de ahí!.

Josh pudo oír un bufido por parte del castaño que, segundos después abría un poco la puerta dejando ver su cuerpo cubierto por un grueso abrigo y calcetines de lana.

Inmediatamente el castaño se asomó a la puerta el mayor se abalanzó sobre él, haciendo que la puerta se abriese por completo y a Tyler retroceder.

—Josh - apenas dijo Tyler entre el beso al que aún no correspondía.

El mayor no paró sus movimientos e insistencia, Tyler por fin correspondía e hizo del beso algo más apasionado y no brusco y salvaje.

Josh lo deseaba pero, Tyler no quería hacer nada. Últimamente sus pensamientos lo consumían y se preguntaba si ya estaría mal, si tendría que ir a algún psicólogo porque sentía que ya no podía más. La situación lo estaba tomando por completo y el enfado lo cubría.

—¡No Josh! - casi grita.

El tintado se separa del contrario intentando regularizar su respiración.

—¡¿Crees que me apetece hacer estas cosas?, ¿que me dan ganas de estar contigo cuando nuestra relación se va a la mierda?! - su voz se quebrada con cada frase - ¿Que estoy para calmar tu maldita calentura cada vez que se te antoja?. ¡No Josh, no! - agregó en un hilo de voz.

—Tyler...

El castaño hizo oídos sordos y salió casi corriendo del estudio.

—¡Tyler! - Josh salió detrás de éste pero, ya no estaba - ¡Maldita sea, Tyler! - tocaba con insistencia una vez más la puerta - Por favor, hablemos, abre la puerta - silencio - ¡Joder Tyler, te comportas como un puto niño!.

Segundos después, el mencionado salió de la habitación de ambos totalmente cambiado, llevaba una sudadera negra, pantalones negros y tenis del mismo color y, una gorra.

Evadió a Josh que estaba justo frente a la puerta y salió por el pasillo en dirección a la puerta.

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—¡Calmate!.

—No puedo Mark, no entiendes. No sé dónde está, no me coge las llamadas y - hizo una pausa - Tengo miedo...

—Entiende lo Josh, necesita despejarse. Sabes que soy tu amigo y que cuentas conmigo pero yo, en su situación ya te hubiese mandado a paseo. Él no lo ha hecho así que tienes que tenerlo en cuenta y dejar que se relaje. De seguro está en casa de alguno de sus hermanos, o de algún amigo, dale tiempo.

—Sí, supongo que tienes razón - dice Josh apretando sus labios dejándolos en una fina línea - Gracias Mark, espero verte pronto - agrega.

—Claro hermano, ya tengo que colgar, suerte y, soluciona esto ¿sí?.

—No prometo nada.

—Idiota - ríe y cuelga.

El tintado se levanta del sofá y desaparece entre el pasillo.

.  .  .

—Ty, tienes que calmarte - dice Zack acercándose a él.

—No puedo, n-no sabes lo que es vivir así, no sabes lo que es ver como hace esas cosas y que se comporte como si no le importara - el castaño ahora estaba llorando y su labio inferior le temblaba al igual que las manos.

—Sabes lo que te voy a decir y creeme que no quiero hacerte sentir peor pero, tú has elegido vivir así. Sabes que puedes venir aquí cuando quieras, eres mi hermano, te quiero y quiero lo mejor para ti.

—Ya sé - respondió sorbiendo su nariz - ¿Puedo dormir hoy aquí?, solo te pido que no le cuentes nada a mamá, ya sabes como se pone.

—Claro, no te preocupes, no diré nada, solo espero que solucionen esto- le sonrió palmeando su espalda.

—Gracias - añadió el castaño sonriendo vagamente.






Addicted to a cocaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora