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El mayor aprovechó que la señora de correos estaba en la puerta de su edificio para entrar detrás de ella. Cuando subió hasta su planta llamó a la puerta con un toque ligero, eran las ocho de la mañana, y dentro del departamento no se escuchaba el más mínimo ruido, se dio la vuelta sintiéndose estúpido ya que posiblemente despertaría al castaño, pero no quería entrar con su llave, quería verlo a la cara y pedirle perdón aunque el menor no le creyera. Se sentía horriblemente mal, sus ojos estaban hinchados, salpicados de tristeza e incluso ahora eran más pequeños que casi nunca.

Segundos después la puerta se abre dejando ver a un adormilado Tyler, este estaba notoriamente pálido y su pelo estaba completamente hecho un nido de pájaros. El castaño talló varias veces seguidas su cara tratanto de parecer más despierto, no dijo nada.

-Uh, l-lo siento - dijo Josh señalando hacía detrás - No pretendía des... Ya me marcho - añadió en voz baja.

Tyler no le hizo caso y se apartó de la puerta, dejándole claro que podía pasar. Seguido, se alejó en dirección a la habitación al final del pasillo.
Josh, al ver que no se dirigía a la de ambos se sintió sucio, y asqueado consigo mismo.

Tyler ya no estaba en el pasillo, y el tintado lo supo al escuchar el portazo en el agobiante silencio. Él tampoco quería ir a aquella habitación y recordar lo que había pasado esa misma madrugada, así que se dispuso a sacar la cajetilla de cigarros de su pesado brigo para luego quitarselo, dejándolo sobre el sofá, se dirijo a la ventana, encendió un cigarro y corrió el cristal de esta para poder fumar con tranquilidad. El silencio que había en cierto modo lo reconfortaba, pero no dejaba de pensar en el triste castaño en el cuarto al fondo del pasillo.
A su cabeza llego un recuerdo fugaz: no tenía drogas. La última vez que usó esa mierda fue anoché y la ansiedad volvió a él. Se repetía a sí mismo que no iría a por más. Hoy no. Debía estar sobrio, por Tyler. Para que pudieran hablar. Debía de calmarse y lo único que tenía era tabaco, así que empezó a fumar como loco, sin saciarse hasta ver que en la pequeña caja, solo quedaba uno.
Entró al baño, dándose un lento y placentero baño, apartando todas esas sensaciones. Se sumergió en la bañera, abrazándose a sí mismo, dejando que el agua limpiara su cuerpo, tanto de su ansiedad como de lo sucedido hace unas horas.

Cuando terminó, aún sin vestirse, fue hasta el final del pasillo, se adentró en la habitación, se sentó en el suelo, y esperó a que el menor despertara.
Rato después, se había quedado dormido en su misma posición de antes; recargado en la pared, cruzado de brazos, semidesnudo.

-¿Qué mierda? - murmura Tyler al ver al tintado - ¡Josh! - susurra - Josh, son las doce, despierta. Vamos a comer. - el propio castaño al escuchar la última frase se sintió extraño.

Cierta parte de él no quería tener ningún tipo de relación con Josh, aún estaba enfadado, pero por otra parte no quería estar mal con él. No quería ignorarlo, aunque el enfado hacía que se olvidara de eso.

-¡Josh! - llamó ahora más fuerte, sacudiendo el torso desnudo del mencionado - Vale, si no te quieres despertar ahí te quedas, en el suelo - añadió, esperando a que al menos así el tintado reaccionara si es que le hacía creer que estaba dormido.

Se levantó del suelo dispuesto a salir de la habitación cuando Josh se queja, y tira de su pierna provocando que se sentara en su regazo.

-¡Joder, Josh! Me haz hecho daño. Haste una manicura - se queja Tyler mirando su tobillo.

-Quejica - sonríe ladino el tintado mientras sujeta las caderas del menor.

Este trata de apartarse mientras habla -Ni creas que se me ha pasado el enfado Joshua. Lo que hiciste no está bien. Nada de lo que haces está bien.

Josh bajó sus manos de las caderas del castaño, abrió los ojos sorprendido, y parecía ofendido por lo que había dicho aunque sabía que tenía razón.  El menor aprovechó para levantarse.

-Luego hablamos - dijo y salió de allí.

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Las manos del tintado temblaban frenéticamente, su respiración era rápida y necesitaba salir del departamento.

-¡Josh, no! - le gritaba Tyler - Mirame - le ordenó - ¡Josh no te vayas! ¡Mierda! - se apresuró en llegar al salón pero el mayor se había ido.




-Bryon - dijo Josh tratando de recuperar el aire.

Este solo se limita a hacer un gesto con su cabeza al mismo tiempo que lo saluda y lo deja pasar.

-Jason - dice, ahora un poco más calmado.

-¡Josh! - exclama el antes mencionado - ¿Ya vienes por más? Te di una buena cantidad hace menos de una semana - sonríe fingiendo estar sorprendido.

-Y-ya bueno... Tú solo dame lo de siempre - le dice mientras saca su cartera del bolsillo trasero de sus pantalones.

Jason sale de un pequeño almacén detrás suyo y le entrega una bolsita de tamaño mediano.

-Cuidado - el chico aprieta sus labios en una fina línea mientras ve a Josh salir casi corriendo de allí.

Addicted to a cocaineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora