Nothing
La niña de cabellos ondulados jugaba con una muñeca mientras esperaba a que sus padres salieran del consultorio médico.
Ella había estado allí dentro hacia unos pocos minutos, escuchando y obedeciendo lo que el doctor pedía que hiciera.Joseline tenía una mirada neutra fija en un punto de la pared, los demás niños al verla pensaban que estaba triste y por esa razón corrían a su lado para jugar con ella; sin embargo la mayoría salía llorando.
—¡Hola!— musitó con un tono alegre una infante mientras se sentaba a su lado —Me llamo Lucy— Joseline hizo caso omiso a sus palabras y continuó observando la pared blanca que yacía frente a ella.
—¿Cómo te llamas?— preguntó sin perder su entusiasmo aquella niña.—Joseline— la pequeña a su lado la miró con más alegría aún.
—¿Quieres jugar? Quizás eso te saque esa cara larga, mi mamá dice que jugar es divertido y más si lo haces con tus amigos— Joseline giró su cabeza observando directamente a la pequeña que yacía a su izquierda, torció su cabeza con una expresión neutral, tan neutral que podía asustar a cualquier niño.Luego de eso Joseline dijo en un tono calmado —¿Jugar? ¿Eso se supone que me hará sentir feliz?— La infante asintió con entusiasmo sin embargo eso cambió cuando su mirada quedó fija en la de Joseline, su expresión de felicidad fue cambiada por un par de lágrimas cristalinas y aquella niña salió corriendo, al igual que todos.
Sus padres al fin habían salido y la pequeña de seis años caminó con tranquilidad hacia su ubicación.
—Oye preciosa ¿Que te parece si vamos por un helado mientras tu padre hace unos trámites?— dijo su madre mientras se agachaba.
Joseline notó en su mirada tristeza, ya que sus ojos tenían un suave color rojo y rastros de lágrimas habían quedado marcados en su blanca piel.
La pequeña asintió aún con su expresión neutral y ambas salieron camino a una heladería cercana.(...)
Ya habían pasado cuatro años, ahora Joseline tenía diez.
Sus padres se habían acostumbrado a su falta de sentimientos, a su mirada congelante y a su voz calmada, pero ellos no querían que Joseline fuera de esa forma y por esa razón ahora se encontraba siendo abandonada en un laboratorio humano.La pequeña de diez años vio como su madre lloraba y su padre simplemente la arrastraba lejos de su hija, los científicos la guiaron por los pulcros pasillos blancos.
La pequeña miraba por todas las puertas que pasaban y pudo observar escenas horrorosas, personas mutadas con animales, sangre por todos lados e incluso aquellas herramientas usadas por los asesinos en las películas de terror.Nada de eso asombró a la niña, ninguna de esas cosas la hizo estremecerse o temer por su vida, ella simplemente siguió caminando junto a los hombres cubiertos por batas blancas hasta detenerse en una puerta con su interior vacío.
—Bienvenida a tu nuevo hogar paciente 178— dijo uno de los hombres mientras abría la puerta blanca de metal.
Joseline sabía que una vez cruzada esa puerta no habría vuelta atrás, la pequeña se preguntaba si correr lejos o entrar aceptando su destino, de todas maneras no habría lugar a donde correr, sus padres la habían abandonado y quizás, sólo quizás, si alguno de los experimentos funcionaba sus padres volverían por ella, siendo por fin una familia normal.
Joseline entró decidida a pasar varios años de su vida allí adentro con el propósito de sentir algo
Aunque ese algo fuera dolor.
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Nothing
Mystery / ThrillerNada. Joseline no sentía nada. Dolor, amor, felicidad, vergüenza o incluso tristeza eran unos de los tantos sentimientos que Joseline no tenía. Fue sometida a varias pruebas científicas para averiguar si se trataba de un mal funcionamiento neurológi...