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El sofá era la menor de nuestras preocupaciones. Estaba sobre Hellaine, besándonos en demasía exagerada como siempre acostumbrábamos hacer cuando estábamos planeando ir al "acto".

Después de la enorme cantidad de argumentos y la semidiscusión que tuvimos ese momento antes, realmente necesitábamos el uno del otro con esa urgencia... ¡Mierda! Hacía meses que no teníamos la oportunidad de siquiera sentarnos uno al lado del otro; el hecho de habernos reconciliado y aclarar lo sucedido eran motivos suficientes... Aunque, siendo sinceros, nunca necesitamos ningún motivo específico.

No conté los minutos que intercambiamos besuqueos, -diciéndonos con los labios y la lengua lo mucho que nos habíamos extrañado-, pero quizás habían pasado ya unos veinte minutos... Sentía que ya no podía aguantarlo más, por lo que procedí a bajar por su cuello y comenzar a quitarle ese hermoso vestido azul que llevaba puesto.

Apenas si había conseguido desabrochar el principio de la larga y ajustada línea de botones que tenía enfrente, -y todo eso sin mirar, porque tenía la cabeza en medio del suave cabello de Hellaine y su cuello-, cuando la oigo decir algo.

Para ser sincero, con el grado de excitación que llevaba encima a esas alturas, mi cerebro parecía haber bloqueado las demás funciones que no estaba utilizando, porque recuerdo que la escuché decirme algo un par de veces, pero no interpreté nada; lo que fuera que estuviera diciéndome sonaba para mí como un eco lejano en el ambiente.

Repitió lo que me había dicho, pero el resultado fue el mismo, por lo que tuvo que alejarme un poco y luego me cacheteó con ambas manos la cara. Inmediatamente, -y algo molesto-, tuve que obligarme a salir del trance placentero en el que me encontraba para ponerle la atención debida.

- ¿Qué?- Mi voz sonó ronca y algo adormilada, producto de la torpeza que ganaban los aspectos de mi cuerpo que no "planeaba utilizar" en ese instante.

- ¿Tienes condones?-

- Eeeh...- Tuve que hacer un gran esfuerzo en hacer que mi mente se enfocara para poder responder. Lo cierto era que no estaba pensando en absoluto. – No, ¿por qué?-

Hellaine me miró con algo de preocupación y soltó un sonido a modo de queja. Me detuve a razonar en eso menos de un segundo, y luego retomé mi besuqueo en su cuello... Cualquier cosa que estuviera fuera de lo que quería hacer con tanta desesperación en ese momento quedaba automáticamente descartada de mi interés... Suena realmente egoísta, pero era la verdad.

- Es que... me tomé un pequeño descanso de las pastillas...- Empezó a decir. – Hace más o menos dos meses que dejé de tomarlas-

El que soltaba un sonido de queja era yo ahora... Maldición, me sentía como un niño al que le habían permitido darle un chupón a una paleta, solo para quitársela inmediatamente después.

- ¿Por qué demonios hiciste eso, amor?- Dije, sonando realmente quejoso.

- Bueno, hubiera podido "prepararme" para esto si cierta personita no hubiese tenido la inteligentísima idea de no avisarme que regresaba...-

Me callé al respecto. Tenía razón, no había argumento que valiera contra eso... ¡Mierda, qué estúpido!

En señal de mi repentino arrepentimiento, solté todo el peso de mi cuerpo sobre el de ella, y el solo contacto de su excitante calidez me dio pie para animarme a continuar de todas formas, por lo que retomé las caricias sobre sus hermosas curvas y el besuqueo se hizo presente otra vez.

- No. Basta, Jo...- La oír decir, pero la verdad era que no estaba haciendo mucho para detenerme...

- No te preocupes, me detendré antes de venirme dentro- Intenté negociar, sin parar con lo que hacía.

Todo aquello que pasó [#FFA2018]Where stories live. Discover now