33

10 2 0
                                    

Eran todo lo que tenía, mis propias manos. La situación con Hellaine se había vuelto insoportable: Nos dábamos la espalda al dormir, no nos hablábamos en todo el día, y rara vez podía percibir que me observaba.

Yo intentaba mantener la misma rigurosidad que ella, porque creía que tenía una postura válida. Se había quejado de que éramos una pareja y debíamos tomar las decisiones como tal, pero tampoco la había visto intentando comprenderme al respecto... Solo se limitaba a juzgarme y enojarse luego.

Intentaba entonces, -como decía-, mantener mi postura rígida... Sin embargo, algunas veces el cuerpo saboteaba a la mente, y apenas si podía disimularlo... Era patéticamente ridículo, como casi siempre había sido.

Esa misma noche del día en que tuvimos la discusión, me había despertado un par de horas antes de que el sol comenzara a salir, y tenía una puta erección... Exhibiéndose ahí como si no se hubiese enterado de nada...

Maldiciendo para mis adentros, tuve que levantarme a escondidas, y en silencio como un ninja, tratar de hacer la menor cantidad de sonidos posibles en el baño, lugar que había designado para "poner manos en el asunto".

Era casi asqueroso de pensar, que mi cuerpo me obligara a desarrollar el apetito sexual aún cuando mi mente se encontraba en medio de una discusión de días con mi esposa... Era algo serio, ¿a quién se le ocurría estar "duro" cuando está enojado? Solo a mi puto cuerpo...

Y lo peor: Se repitió algunas otras veces... La poca fortuna que tenía era cuando me ocurría al despertar y contaba con la suerte de que Hellaine aún dormía, por lo que no podía darse cuenta. Pero no fui tan afortunado aquella vez en que, en plena tarde, me llegué hasta la cocina para prepararme una de esas asquerosas meriendas que me solía hacer por la falta de experiencia y atención, y de repente, al apoyarme sobre la mesada, mi mente tuvo la fantástica idea de recordar la indecorosa acción que habíamos tenido el placer de gozar cuando regresé...

Fue instantáneo: Miré hacia abajo y mi pantalón estaba abultado. Es más: como tenía la mala costumbre de vestir pantalones ajustados incluso dentro de casa, sentía que el pito se me iba a partir en pedazos si no lo dejaba salir siquiera a respirar un poco...

Estaba en proceso de encaminarme al baño cuando Hellaine se me cruzó en el medio... Al verme a la cara, lo supo de inmediato. No tenía remedio, era como el niño al que lo descubren sus padres en plena travesura...

Llevó su atención hacia mi pantalón, y en cuanto lo vio, me observó con desapruebo absoluto. Supe lo que se le cruzó por la cabeza: "Este tipo es un completo idiota". No debió habérselo callado, de todas formas yo sabía que lo era...

Después de dos días viviendo en esa zona árida y escasa de afecto, decidí reunirme con los muchachos de la banda e intentar contactar al malparido de nuestro anterior representante.

El tipo prácticamente había desaparecido luego de entregarnos a los asiáticos como paquete de delivery. Teníamos asuntos pendientes, esto no se quedaría así.


Todo aquello que pasó [#FFA2018]Where stories live. Discover now