Capítulo 16

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Capítulo 16.

"Ese idiota, ¿quién rayos se creía para traer a la mocosa de nuevo al palacio?" Maldijo internamente y maldijo de nuevo al recordar su tonto estatus. Esperó a que anocheciera y se dirigió rápidamente a su encuentro, esto no se quedaría así. No, por cuenta de ella iba que no lo haría.

Caminó, caminó, caminó y caminó y el palacio parecía más grande con cada paso que daba y conforme eso pasaba la sangre le hervía cada segundo más.

Finalmente llegó, estaba parada usando una bata de seda roja y el cabello lo tenía perfectamente atado en una coleta alta y extrañamente tenia la boca pintada de carmín haciendo juego con sus uñas. Todo esto hecho con un propósito, con el mismo por el cual se vistió de esa forma un mes atrás, y el anterior, y el anterior y el anterior sucesivamente desde hace cinco meses, cuando creyó que lo tenía en la palma de su mano; no sabía aún si estaba equivocada o si estaba en lo correcto cuando creyó aquello.

Tocó la puerta tres veces y la respuesta llego segundos después. Tras de ésta se encontraba el Señor del Fuego Zuko, acostado en medio de las, recientemente deshechas, sábanas rojas de su cama. Hace poco había estado pensando en las palabras que su, ya no tan pequeña, amiga le había dedicado en el barco. ¿Debería de darle otro sentido a esas palabras? ¿Alguno qué fuera más allá de la amistad? ¿Deberia seguir quemándose el cerebro y con éste sus neuronas al pensar en ello con tanto ahínco? ¿Debería?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos en el momento en el que escuchó la puerta de su recámara ser tocada.

—Pase— fue la respuesta que salió de entre sus labios, mientras su vista lucía perdida al igual que sus pensamientos.

—Zuko.

Dirigió su vista para verla, no le sorprendió encontrarla vestida y maquillada de esa manera, venía haciéndolo hace meses, lo que no entendía es el por qué de esa decisión. Siempre creyó que Mai sería de aquellas que esperaría al matrimonio para perder su virginidad pero sin embargo en cuanto Toph se fue, Mai se mostró cada vez más afectuosa y con el tiempo, intencionada.

Hace unos meses ella logró lo que quería, sin embargo cada vez se veía más y más interesada y Zuko sabía que lo que la movía a esto no era exactamente el amor, si de algo estaba seguro es que no era así.

—Hoy no, Mai.

El rostro de la chica se contorsionó en una mueca de incredulidad, él no había rechazado tener relaciones con ella desde que hubieron comenzando a tenerlas.

—Es porque la pequeña topo esta aquí— afirmó.

—No, Mai. Es solo que hoy fue un día pesado y no tengo ganas para esto. ¿No podrías acostarte solo a mi lado hoy y dormir juntos?

—¿Qué insinuas con eso, Zuko?

—Rayos, no insinúo nada. Solo que últimamente no pareces tú. No digo que sea malo que seas así como ahora últimamente, solo que extraño a la Mai centrada, algo frívola y relajada de siempre.

—Estoy relajada.

—No lo estas, deja de mentirme y mentirte, Mai. No puedo continuar con esto. Ve a dormir, por favor.

—¿Me seguirás negando que me estás rechazando solo por que tu amiga está en el palacio?

—No es así.

—¿O te lo estás negando a ti mismo?

—Mai, es suficiente. Ve a dormir.

—Es ella o yo, Zuko.

Desconcertado, él estaba desconcertado. ¿Enserio lo estaba haciendo elegir entre su amiga y ella? No podía ser cierto.

—Debes estar bromeando, Mai.

It Will Rain .Toko.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora