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Se despertó por el grito proveniente de una chica. Somnoliento usó su boca para destaparse y mirar qué sucedía, se sorprendió al ver algo cotidiano en el subsuelo, una araña traía unos Donnuts en caja por el pedido que su madre hizo en la madrugada.

—¿Chara? ¿qué sucede? —con la cabeza le señaló al arácnido que dejara la caja en el suelo y le pagó. La empleada se retiró— … ¿acaso las arañas te dan miedo?

Recibió bastantes quejas de la chica, ésta alegaba que algo así no era de su estándar y que esos bichos tan inmundos no le causaban tal terror. MK siguió riendo, miraba la hora de vez en cuando hasta darse cuenta de que ya era bastante tarde. Debió reunirse con Frisk hace media hora y el chico se enfadaría.

Oh no… ¡ahora Frisky te matará, huye MK, cámbiate el nombre! ¡Ahora serás Mike! No, espera, ese nombre es bastante genial, mmh…

Por unos minutos se sintió observado, al mismo tiempo que escuchaba una risa burlona.
Se dio un chapuzón rápido en la tina y se vistió como si nada.

Bueno, el nombre te pega. Después arreglamos lo de la genialidad.

Sonrió divertido y salió corriendo de la casa, traía un bulto colgando de su cuello y ahí traía unas bebidas para él y su amigo. Hoy le tocaba invitar por el retraso.

Con una enorme sonrisa llegó gritando el nombre de su mejor amigo, Frisk. Este mantenía la mirada baja y parecía tenso.

Al llegar escuchó perfectamente como su amigo murmuraba algo. Saludó extrañado a lo que el humano le volteó a ver asustado.

—H-hey MK, ¿c-cuándo llegaste? —sonrió entre tantos nervios—, eh, ¿qué traes ahí? —cambió el tema y se acercó a él.

Monster Kid decidió guardarse su pregunta y responder como si no hubiera escuchado nada, dejando que le guiaran al parque más famoso en la superficie. Todo era un escándalo en el lugar, coches contaminando, gente vendiendo juguetes y bebés llorando. Nada era tranquilo.

—Waterfall es más tranquilo —comentó intentando quitarse su bulto. El humano le miró mal por un momento.

—Sí, lo es. Para eso era mejor quedarse en el subsuelo —murmuró con cierto desprecio, provocando en MK una sensación de incomodidad—. Oh, disculpa. No quería que lo tomaras a mal, puesto que eso es verdad.

El monstruo negó, pensando en que era tonto críticar la superficie cuando deseaban estar ahí; suspiró llamando la atención de un niño más chico que ambos.

—¡Hola señor monstruo! —el pequeño le extendió su mano esperando que el contrario la apretara. MK sonrió nervioso—, ¿sucede algo señor?

—No es un señor, pequeño. Somos mayores que tú por dos años, más o menos —el humano le acarició la cabeza con ternura—. Mi amigo no cuenta con esa facilidad, lo siento —el niño negó al entender y abrazó al monstruo. Este se sorprendió ante su acto.

—¡Nos vemos señor monstruo, hasta luego embajador Frisk! —el humano le sonrió y se despidió con la mano. El monstruo sonrió levemente.

Ah, qué linda infancia debe tener el chico, ¿no Mike?

Monster Kid amplió su sonrisa en respuesta pero otra duda le azotó, no se iba a contener esta vez. Información que anteriormente desconocía venía como si nada—Frisk —llamó. El humano volteó a verle—, ¿qué ocultas?

—¿Q-qué?

—Ese día en Waterfall, tú estabas tenso al mencionar a la voz. Sabes quién es, ¿cierto? —sonreía apesar de la mirada asustada del humano—, apuesto a que por eso Undyne y Sans querían hablar contigo. Los conozco de lejos pero seguro están molestos, ¿no? —iba a continuar pero fue interrumpido por el chico, este lo había empujado provocando que cayera al pasto.

—¡Tú no sabes nada, monstruo! —gritó, se le notaba bastante asustado y ya había llamado la atención de los humanos y algunos monstruos que estaban ahí. La madre del niño de antes se le acercó en un intento de tranquilizarle pero fue apartada bruscamente, otros se dedicaban a grabar.

—No tienes idea de cuánto tiempo la soporté, ¡siete rutas, siete malditas rutas! Siempre era lo mismo, ¡quería un genocidio, siempre! —mintió, intentando pasar todos sus pecados a la espalda de la chica—. Yo sólo me deshice de ella, recuperé mi alma tras el contrato, solo sé algo, estúpido monstruo. Ahora estás atado a ella eternamente, apesar de que alguna vez haga un reset, yo ya me libré —tomó sus cosas y se marchó, no sin antes arrebatar los celulares de los demás y estrellarlos contra el pavimento.

… ¿Qué te dije antes, eh? sólo finge cada una de las cosas que hace.

—… —suspiró y antes de siquiera intentar equilibrarse los humanos le veían mal. No sabían qué sucedía pero por la reacción de embajador de los monstruos suponían era malo.

Sin importar las miradas el pequeño humano de antes, sin el permiso de su madre, acudió a ayudarle. Monster Kid le agradeció y caminó hasta la entrada al subsuelo, renovada para la seguridad de los turistas humanos. Solo tres personas entraban por dos horas, así lo declaró su rey.

—Chara, ahora eres tú quién debe ayudarme —murmuró y escuchó el suspiro de la chica.

Bien, pero primero descansa.

“Chara, no me gusta estar tan solo, regresa”.

Editado: 13 de noviembre, 2018.

Sinner [Monster Kid fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora