Sinner [Monster Kid fanfic]

11

El castaño vagaba por una ciudad humana para no ser encontrado por Undyne, no quería tener que pelear si el botón de Reset ya no le pertenecía.

—¡Hey, ten cuidado idiota!—fue empujado por un niño menor que él. Este mantenía una sonrisa de superioridad hasta notar que era el embajador de los monstruos, Frisk le ignoró y siguió.

La sonrisa del chico disminuyó drásticamente, ¿qué hacía él en una ciudad donde los monstruos no eran bienvenidos?

—Discúlpeme Frisk—habló desviando la mirada, el mayor sólo le volvió a ignorar. El niño insistió—. No pensé encontrarle aquí, ¿qué hace en una ciudad así? Vivimos con nuestra ley antimonstruos. ¿Viene por eso? Le juro que yo no he hecho nada—intentó salvarse ante un peligro inexistente. Continuó halagando e informando de lo que sucedía en ese lugar. El exembajador le empujó para salir corriendo, no tenía ganas de lidiar con gente así.

Conforme pasaba corriendo las demás personas le miraban aterradas, la alarma no fue emitida en ese lugar al decidir alejarse de la nueva forma de gobierno pero ellos conocían hasta dónde se era capaz de llegar por aburrimiento. Después de todo, son humanos.

—¡Frisk! ¡espérame!—el mismo de antes le volvió a seguir. Se estaba hartando pero no quería pelear corriendo el riesgo de perder su vida.

Al final su determinación no dió para más y terminó dejándose caer, el chico le alcanzó y tendió una mano para ayudarle.

—¡Cierto! No me he presentado, soy Raynard—el castaño se dejó ayudar, tuvo que apoyarse en el chico—. ¿Qué hace usted aquí? Se supone que debería estar con su familia.

—¡ELLOS NO SON MI FAMILIA!—le empujó y por​ consecuencia volvió a caer, ya no podía tomar desiciones que fueran correctas. Ya no tenía el menú que siempre le ayudó. Esa era su forma de pensar. Eso era lo único que tenía ahora.

Raynard no insistió más con el tema y solo le llevó a su casa. El chico no sabe lo que ha pasado y tampoco quiere saber.

•••

—Y eso es lo único que sabemos—Undyne dió por terminado su explicación del tema—. Se supone que no deberías saber de esto, mocoso—suspiró, ya no importaba de todas formas.

MK no sabía ni cómo reaccionar. Hacer enojar a ese humano era peligroso y parece ser que Papyrus había estado jugando con fuego, logró ponerlo furioso y esto provocó su muerte.

—Monster Kid, hay que irnos—demandó—. Debes ayudarme a hacer algo, debemos encontrar a Frisk rápido. Acabo de recordar algo que nos puede ayudar. Creo saber dónde está.

El monstruo asintió, Undyne sólo le miró seriamente antes de retirarse. Debía mantener vigilado al chico pero era demasiado difícil llevando a cabo una investigación, ya dejaría que Alphys le siguiese con la cámara. Sacó su teléfono, siendo sincera le sorprendía que los humanos no tuviesen tecnología así. Ya ni ellos, que estuvieron atrapados en el inframundo por generaciones.

—¿Alphys?

* Pero nadie vino.

—¡¿Alphys?!

Un ruido seco se escuchó de fondo.

•••

—¿Estás segura Chara?—un “sí” fue la única respuesta que recibió—. ¿Cómo sabes a dónde pudo haber ido? Ni yo sé a dónde le gusta ir.

—Porque fui su compañera por diez años, Monster Kid. Él no es ningún niño.

—¡Pero si apenas está en secundaria!—se detuvo de golpe, confuso. Chara dió un suspiro, no quería tener que explicarle de nuevo.

—Cuando cuentes su número de reseteos me hablas—bufó—, antes de mí ya había hecho cientos de pacifismos. Yo sólo le he seguido por diez años, pues su alma me pertenecía.

—Sigo sin entender bien lo de los reseteos…—dió un suspiro para seguir caminando. Sabía que ya no recibiría otra respuesta.

El camino a esa ciudad era difícil, en su trayecto unos P-Royal, nombre que les pusieron a los monstruos que se dedicaron a la justicia polícial humana, le advirtieron que una vez llegara a ese lugar ya no contaría con sus derechos como otro miembro de la sociedad.

—No te preocupes, te ayudaré a defenderte en caso de que alguien ataque.

—Chara… pero si nadie te ve, ni siquiera puedes tocar a los demás. Y yo no tengo brazos así que estamos en las mismas—ajustó la bufanda en su cuello con dificultad, tuvo que apoyarse con una rama para lograrlo totalmente.

—Tengo mis trucos, ¿aún traes lo que tomé de la cocina?—el chico asintió—. Bien, necesito que te lo equipes. Estamos por entrar, ve con cuidado y no llames la atención.

Si bien apenas entró se topó con ambiente ostil, un parque que no constaba con resbaladillas y sus columpios maltratados. Nada de niños alrededor por lo que se veía terrorífico, siguió caminando, era bastante notorio entre tanto polvo.

—E-espera, ¿polvo? Chara, ¿los humanos se vuelven polvo al morir?—preguntó aterrado y evitando un mote de lo antes mencionado.

—Si te soy sincera, no lo sé. Toriel nunca se dignó a responderme esa pregunta, pero creo que no es instantáneamente. No como en los monstruos.