No al plagio
Septiembre, primer mes...
—Estoy paranoica, lo sé. Simplemente me hizo daño la carne de pato que trajo Katniss en su caza de esta mañana. Es obvio que no estoy embarazada, porque no he tenido sexo con nadie en los últimos años...
El tic tac del reloj era un desesperante en medio de la habitación, hacía eco como si estuviera burlando de la rubia que encontraba sentada en la cama y con la mirada perdida mientras una revelación se asentaba en su mente.
Pobre mujer que nunca esperó que la vida fuera tan bromista y que ella sería víctima de sus tretas.
—Oh por Dios... No es posible, ¡claro que no es posible! ¡ME NIEGO A ACEPTARLO!
Hubiera sido preferible que siguiera silenciosa, pero era mucho pedir cuando se trataba de Effie Tinket. La histérica mujer empezó a dar vueltas por la recámara negando lo posible; tan alterada estaba que no se daba cuenta que estaba rompiendo todas las reglas de etiqueta que una dama debe seguir: palabras malsonantes salían como rugidos furiosos de su boca. Hasta que al fin pasó lo que tenía que pasar. Se detuvo enfrente de su cama, mirando a la ventana que se encontraba a la derecha de esta.
—Estoy realmente jodida.
La aceptación es la etapa más difícil de la vida. Es cruel aceptar lo que siempre se había creído que no era lo correcto como correcto; lo imposible, posible; y lo impensable, pensable.
—Y jodida por Haymitch —habló una voz burlona desde el resquicio de la puerta.
Era la chica en llamas, quien no podía contener la felicidad y burla que reflejaban sus facciones. La joven era muy consciente de lo que estaba pasando en esos momentos. Hay que aclarar que nada tenía que ver con que ella había convencido a Peeta de hacer una fiesta hace un mes por motivo del primer año que Effie cumplía de estar viviendo con ellos en el doce. Tampoco que había hecho todo lo posible para que los implicados se emborracharan hasta que no pudieran negar la tensión sexual que existía entre ellos y que siempre querían disfrazar bajo el manto de desprecio mutuo.
¡Por supuesto que ella no amenazó a Peeta con no dormir con él por dos si no la ayudaba a que esos dos terminaran follando como conejos esa noche! Porque Katniss Everdeen era la criatura más despistada e inocente en esos temas para muchos, pero eso era el peor error que podían cometer. Y Peeta daba fe y legalidad a eso.
—¿Qué voy a hacer, Katniss? No quiero estar embarazada y mucho menos de un hombre que se la pasa veinticinco horas de veinticuatro borracho. Ni él ni yo estamos capacitados para ello —susurró con voz quebrada, Effie.
Se dejó caer en la cama y llevó sus manos a su vientre. Ese acto hizo que todo fuera tan real y rompió en el llanto que llevaba queriendo salir desde hacía varios minutos. Pensaba que a ese bebé le habían tocado los peores padres: un ebrio y una superficial capitolina. Un bufido irónico salió de sus labios; alzó la cabeza al sentir la mano de su acompañante en su cabeza. Se miraron en silencio y la menor quitó con sus pulgares los restos de las lágrimas en sus mejillas.
—Sé lo que estás pensando, Effie. Pero tú me dijiste una vez que los juegos del hambre ya habían quedado atrás y que ahora podíamos vivir como siempre quisimos: libres. Estoy consciente de que no lo esperabas ni lo deseabas, sin embargo, ya está hecho y sería algo bastante cruel que te dieras la oportunidad de cumplir tus sueños. ¿O acaso me equivoco al decir que siempre deseaste ser madre y que por temor al viejo gobierno no te atreviste a realizarlo? —preguntó con una sonrisa pícara que trataba de subirle el ánimo a la bella mujer que tenía en frente.
Effie volvió a bajar la mirada y medito en su pasado junto con su presente: todas las palabras de Katniss eran ciertas. No obstante, no estaba en sus planes que el ex-mentor fuera el padre de sus hijos.
«Ese hombre inculto no me gusta para nada».
Pobre mujer que había sido jodida por el hombre que «no le gustaba para nada»... Ni repitiéndose toda la vida esas palabras logrará que su cuerpo tiemple cada vez que ese hombre le habla con lucidez y sensualidad al oído cuando la encuentra en la cocina o en alguna otra parte de la casa. Aunque ella decía que se burlaba de su persona.
Pobre mujer que llamarían La Jodida. Porque ella sola se jodía en sus pensamientos y acciones.
—¿Tendrás al bebé?
—¿Tengo otra opción? —La miró inquisitiva-. La única condición que tengo es que los gastos serán a nombre de Haymitch. Si ese borracho me dejó así tendrá que complacerme en todos mis gustos, que no son nada baratos. ¡Dejo de llamarme Effie Tinket si no lo logro que se arrepienta de haberse aprovechado de mi inocente ebriedad!
—Pero si los dos...
—Dije que se aprovechó de mi inocente ebriedad y punto.
—Muy bien —dijo Katniss con las manos levantadas en rendición. Un suspiro salió de sus labios mientras ponía los ojos en blanco con fastidio.
«Mujer necia».
Se dirigió a la puerta y, antes de salir, se detuvo girando un poco su cuerpo. Effie supo que nada bueno saldría de su boca si esa sonrisilla llena de malicia la gobernaba.
—¿Qué...?
—Pero bien que disfrutaste ese aprovechamiento —dijo ensanchando su sonrisa—. ¿O no: ¡ESO MONTAME ASÍ DE DURO, HAYMITCH!?
Y salió corriendo justo antes de que un libro, que estaba en la cama, chocara contra la pared frente a la habitación de la rubia. Las carcajadas dejaron de escucharse después del azote de una puerta, la principal.
Mientras tanto, Effie estaba planeando cómo vengarse de esa chiquilla irrespetuosa. Las hormonas le ayudarían mucho en su cometido, sonrió con su actitud renovada.
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¡Lo prometido es deuda! Ya puedo trabajar los fics que tengo pendientes y este es el que tengo a la puerta. Los SasuSaku los iré subiendo poco a poco.Sé que Katniss está un poco, demasiado, Ooc en este capítulo. Pero la necesito así, solo en el primero. No quería meter a Joa porque quiero que sea algo muy familiar: solo Effie, Haymitch, Peeta y Katniss. Nadie más en esa ecuación.
Son capítulos cortos con momentos cómicos en el embarazo de Effie xD El prólogo de wattpad es más largo que el de fanfiction.
¡Bienvenidos a Embarazo a la Capitolina!
¡Gracias!
InesUchiha
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Embarazo a la Capitolina
HumorCuando me tope de frente a ese desgraciado que me dijo que era fácil vivir junto a una mujer embarazada le arrancaré la lengua por mentiroso. Lo haría mi avox personal, de eso no hay duda. ¡No se vive, se sobrevive a lado de una bella mujer en esta...