La Cuenta, por favor: Mi familia

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No al plagio

Mayo, noveno mes. Horas antes de las contracciones…

Estaba alimentado a mis gansos cuando la sentí arrodillarse con dificultad a mi lado. Volteé a verla con el ceño fruncido y le dije:

—Estás loca, mujer. ¿Se puede saber qué planeas ahora? —Tenía la barriga a punto de reventar y se dedicaba a hacer lo que no tenía que hacer.

—Te la pasas quejándote de todo, querido. Te saldrán arrugas si sigues frunciendo el ceño y los labios de esa forma.

Puse los ojos en blanco ante su respuesta tonta. No debería sorprenderme tanto, pero la realidad era que siempre tenía algo nuevo que mostrar.

—Como tú digas. Ahora, dime qué cojones quieres. Llevo mucho tiempo a tu lado como para saber que no estás aquí sin esperar algo a cambio.

Se quedó callada y la sonrisa traviesa me lo confirmó.

—Lo que pasa es que quiero ir al pueblo a comprar algunas cosas… Los chicos me acompañarán, además de que quiero ir a ver a la doctora...

—¿Te sientes mal? —pregunté con preocupación.

—No. —Me tranquilizó dedicándome una sonrisa—. Lo que pasa es que ella me citó, porque quería comprobar algunas cosas que salieron en el chequeo que me hizo ayer.

Bueno. Eso último no me había dejado tan tranquilo, pero de ser algo malo ya lo hubiera dicho. La observé un poco más y asentí dándole vía libre.

—Cualquier cosa me avisas. Los muchachos tienen mi número… —No pude seguir, ya que había tomado mis labios con los suyos. Antes de terminarlo, se agarró de mis hombros y se impulsó hacia arriba para poder levantarse.

—Wow… Qué difícil es manejar esta barriga —dijo en una carcajada—. Nos vemos después, Mitch.

Ya habían pasado cuatro horas desde que Effie se había ido al pueblo con los mocosos y ni luces de ellos. Estaba en la sala sentado junto a la chimenea con un vaso de whisky en la mano; me estaba controlando para no empinarme la botella. Pero si no se aparecían en menos de una hora, iba a acabar con la reserva de emergencia que tenía.

Los nervios me estaban matando y no era para menos: Effie estaba cursando su último mes de embarazo y en cualquier hora podría estar dando a luz, según las palabras de la doctora que se encargaba de ella... Estuve a nada de aventar el vaso cuando el teléfono de la casa y mi celular empezaron a sonar al mismo tiempo.

Me vi tan estúpido contestando los dos.

—¿Effie? —pregunté con urgencia.

—¡En el hospital!

—¡Ya va a nacer tu hijo!

Tanto Peeta como Katniss me gritaron casi dejándome sordo, pero no me importó al razonar lo que dijeron.

—Voy para allá.

….

Tiempo actual:

—Puja un poco más, Effie. Ya veo su cabeza asomarse, ¡vamos! —Oigo la voz de la doctora darle indicaciones a mi esposa mientras se posiciona entre sus piernas.

Miro mi mano que es sostenida con fuerza por la de Effie y todos los sonidos que no son emitidos por mi mujer desaparecen de mi entorno. El tiempo ralentiza y sé que este momento se quedará grabado en mi memoria para siempre.

—Vamos, cariño. Ya estamos cerca de conocer al causante de todas las torturas que me hiciste pasar en estos meses —susurro en su sien mientras tomo su mejilla con mi mano libre.

—Estoy agotada… —dice mirándome a los ojos—. Siento que ya no tengo fuerzas…

—Escúchame bien, preciosa —tengo que actuar con rapidez, el tiempo se agota—: Si te atreves a rendirte ahora, te prometo que te iré a buscar… Eso quiere decir que nuestro pequeño se quedará solo y no podemos permitirlo, ¿verdad?

—Haymitch… no…

—Nada, mujer. Te pones a pujar o… ya sé. Como no te importa que me vaya contigo, entonces buscaré a una mujer, que en pueblo hay muchas que desean estar con un vencedor tan guapo como yo, y haré que sea una madre para nuestro hijo.

Todo se queda en silencio y no fue por el letargo que tuve hace unos minutos, si no porque enfermeros y doctores prefirieren abstenerse de intervenir cuando ven la mirada de furia que me dedica mi adorable esposa.

—¡NO ME ESTÉS CHINGANDO CON ESO, HAYMITCH! ¡PRIMERO TE ARRANCO LOS TESTÍCULOS ANTES QUE DEJAR QUE UNA MUJER DE POCA CLASE SEA LA MADRE DE MI BEBÉ!

—Entonces, querida, ponte a pujar con esa fuerza que sé que tienes.

—A la cuenta de tres, Effie —ordena la doctora—: una, dos, tres, ¡puja!

El proceso se repite unas tres veces más hasta que escucho el grito más bello de mi existencia: el de mi hijo… o hija.

—¡Felicidades, es una niña! —La enfermera encargada de limpiarla pone a la bebé en los brazos de su madre y sonreímos al verla.

—Dios mío… Es preciosa, tiene… tiene tus ojos —vacila un poco, ya que todavía no abre bien sus ojitos, pero en cuanto escucha la voz de Effie los abre por completo; es tan hermosa como su madre—. Tiene mi nariz y tu boca. Sacó lo mejor de nosotros. ¡Ya la veo cuando sea grande! Muchos muchachos querrán llamar su atención.

Casi me ahogo con mi propia saliva. ¿Qué le pasa? Acaba de nacer ¿y ya le anda buscando novio? ¡Ya veremos si permito que se acerquen a mi princesa!

—Tendrán que pasar sobre mi cadáver, mujer —digo en un tono amenazante; la risilla de Effie me deja mudo—. Lo hiciste bien, Effie. Pensé que te rendirías…

—Pasó por mi mente, pero recapacité —comenta. Le da un beso en la frente a la niña y deja que se la lleven—. Y no creas que se me han olvidado tus palabras, Abernathy. Cuando salga de aquí dejaremos claro ciertos puntos.

Trago saliva sabiendo que las consecuencias serían terribles… Y así, señores, es como termina este manual de supervivencia. Aclaro que Effie nunca dejó de ser hormonal, que no dejo que ni los niños de cunero se le acerquen a mi princesa… pero, sobre todo, les digo que no me arrepiento de vivir lo que viví y vivo junto a mi familia. Vale la pena tener un embarazo a la Capitolina y más si esa capitolina te roba el aliento.

Por cierto, sigo buscando al imbécil que dijo que todo sería fácil.

🐼
Bueno ^^ Quiere agradecerles a todos lo que han leído esta pequeña historia que se me ocurrió. Llegamos al final *se limpia las lágrimas* Me da gusto saber que esta historia rebasa las mil leídas, que tiene follows y favoritos. ¡Pensé que no gustaría! Pero me han sorprendido gratamente.

Pueden pasar a las conversaciones que subo y verán las historias que te programadas para este año. Espero poder tener su atención para la siguiente historia Hayffie que escriba o si les gusta el SasuSaku, Hayniss, Dramione y el SuiKarin tengo algunas historias de ellos.

¡Gracias por todo!

Embarazo a la CapitolinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora