Corazón de Hielo (COMPLETA)

Ámbar

Cuando abrí los ojos, me sentí completamente desorientada, sentía la boca seca, y la nariz mucosa. Horrible.

No había nadie a mi alrededor, me incorpore, como pude, solo recordaba una cosa, fue cuando Drew...

Un dolor atravesó mi cerebro, haciendo que apretara un poco el puño. El simple recuerdo me causaba dolor, pero, por encima de eso, me había quedado... cual erala palabra... estupefacta.

¿Por qué me había besado? Se había sentido... Hermoso.

Sonreí para mí misma, aunque el dolor seguía presente por el recuerdo. La sensación que había sentido en aquel momento, fue... indescriptible. Era por eso que me causaba dolor, y era algo que no podía dejar de recordar.

— Ya estas despierta —la señorita Elly, era la enfermera más conocida, porque, era muy amable—. ¿Cómo te sientes?

— Fatal —respondí—.

— Bueno, no es de extrañar, llegaste muy exhausta, y con tus niveles de hemoglobina muy bajos, y varios agentes infecciosos entraron en tu organismo, pero parece que ya vas mejorando. Con algunas pastillas, podrás salir en unas horas —me mira sonriente—. Has tenido a un espectador todo el tiempo.

Fruncí el ceño.

— ¿Qué?

Pregunte, al no entender del todo la oración d ella.

— Me refiero, a que te ha estado vigilando desde que llegaste, no se ha movido, ni siquiera para comer.

Un nombre surgió en mi mente.

— Él es...

— Drew. —El impacto de la respuesta fue leve, solo porque ya tenía una sospecha—. ¿Ya son novios?

Quede en blanco.

— ¿Qué es ser novios?

Ella soltó la carcajada, tanto, que tuvo que dejar lo que estaba haciendo, y sentarse, después de unos minutos, se limpió las lágrimas que se le asomaban en los ojos.

— No... —volvió a soltar otra risa—, es verdad, lo había olvidado, no recuerdas muchas cosas, y otras más no sabes que son.

Asentí.

— Bueno... para no alargarme tanto, porque tengo otros pacientes, los novios, son personas quienes se quieren, de corazón, de la manea más humilde. Sin nada físico o material por el medio. ¿Entiendes, aunque sea algo?

Asentí. Más o menos tenía una idea.

— Bueno, algo así, pero mucho más complicado. Tengo que irme, vuelvo dentro de una hora, si te sientes mejor... —negó con la cabeza—, ¿Cómo te sientes ahora?

De salud, estaba bien, ahora, con lo de la garganta y nariz, era otra cosa.

— Tengo sed.

Elly chasqueo los dedos. Y salió del cuarto, para volver con un vaso de agua.

— Toma.

Tome un sorbo de agua, y se me calmo un poco la sequedad.

— ¿Ahora?

— Mejor.

— Bien, levántate, vamos a dejarte en libertad.

Cuando ella me dejo en la puerta, sin previo aviso, Sascha me dio un abrazo, sin importarle cuanto me doliera. Aunque, solo era un leve pinchazo.

— Estas bien... ¡Qué bueno! —Su sonrisa era enorme, y daba una especie de ánimo—. ¿Por qué me mentiste? Me dijiste que irías con Bastian.