CAPÍTULO 7.2

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Lux

Después de una tarde y noche intensa en la que Lara no paraba de perseguir a su hermano por lo que ha hecho no pude evitar sonreír de alivio. No soportaba estar tan lejos de ella, no sé por qué pero cuando pensaba en la distancia que se iba formando entre nosotras me recordaba aquellas tardes en las que éramos unas crías y yo observaba desde lejos como ella era víctima de sus padres...

Cuando tenía 10 años, logré convencer a Nadiah para escaparnos del hospital por la noche e ir a la casa de Lara. Procurábamos mantenernos en las sombras y ocultar nuestro pelo con una capucha mientras mirábamos por todas partes para asegurarnos de que nadie nos seguía. Habíamos puesto unas almohadas debajo de nuestras camas para que los médicos no sospechasen y Nerea se encargaba de distraerlos si hacía falta.

Llegamos a la parte trasera de la destartalada casa y nos pegamos al muro mientras avanzábamos lentamente hasta la puerta principal.

Una botella estalló contra la ventana más cercana a nosotras y nos agachamos por puro instinto con el corazón en un puño. Los gritos reinaban el lugar, y podíamos escuchar una voz de un niño llorar y suplicar. Con mucho cuidado nos asomamos por la ventana, y lo que vimos aún sigue grabado con nitidez en mi memoria.

Había una mujer en el suelo, cerca de un montón de polvos blancos, a la que le daban espasmos incontrolados. Toda la casa estaba llena de caos y con licor en las paredes, cerca de lo que parecían botellas rotas.

Un hombre estaba soltando varios insultos a dos niños mientras jugaba con una botella de whiskey. En uno de sus arrebatos tiró la botella contra la espalda de una chica pelirroja, quien protegía a un niño en sus brazos. Ella se contrajo del dolor y las lágrimas salían solas, sin embargo ella no era la que gritaba, era el niño de pelo negro, de unos 5 años.

Ella se mantenía firme a pesar del dolor. Otra botella llegó a parar en su espalda y pude sentir su rabia e impotencia cubiertas por el miedo. Olas de sangre manaban de la chica e iba perdiendo el color de la piel poco a poco.

Me giré para hablar con Nadiah pero ella está paralizada de terror.

-Esto es lo que papá nunca quiso enseñarme - Susurró mas para ella que para mí y se cubrió la cara con las manos

-Tenemos que hacer algo –Le puse una mano en el hombro- Tienes que entrar ahí, eres la única a la que no le pueden hacer daño

Nadiah me miró aterrorizada y comenzó a temblar

-Todavía no se controlar mi poder, no puedo Lux

-Sí, sí que puedes- Mi frente tocó la suya y le obligué a mirarme- Si no nos ayudamos entre nosotros, ¿Quién nos va a ayudar?

La alarma suena y me despierta de aquel recuerdo. Miro el reloj, las 7:15 am, y me estiro perezosa en la cama.

Miro a mi lado con los ojos aun medio cerrados y contemplo una dulce Lara. Su expresión tranquila se aleja mucho de la que vi hace años. Mi vista entonces va más allá de ella y veo a Leo sentado en la otra cama frotándose un ojo, después me devuelve la mirada y me sonríe para saludar.

Ahora son felices, o al menos más de lo que eran antes, no me arrepiento de haber hecho lo que hice. Quiero que sigan así por siempre; que nunca teman lo que vaya a pasar en el futuro, que se vayan a dormir tranquilos, sin el miedo de escuchar a sus padres ebrios acercarse a ellos.

Por eso me asustaba perder a Lara. Porque quiero seguir cuidando de ella. Porque la necesito. Y porque la quiero demasiado

Nerea

Corazón de Espinas (FanFic CDM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora