Capitulo 5

25 2 1
                                    

Una de las cosas que admiraba de Mónica, era la capacidad que tenía para hacerle frente a los problemas que se le presentaban.

A mis 14 años, ella había superado a la prensa y los escandalos de infidelidad que le hacían a mi padre, asi como cuando sus padres prohibían su romance porque, en aquél entonces, mi papá no tenía una economía estable, pero eso no le importó, así que la dejaron de buscar, pero en cuanto mi padre se hizo de una gran fortuna por invertir en empresas medianas y pequeñas, la volvieron a buscar, pero ella los rechazó. Aunque después de la muerte de Aaron, ella fue quien los buscó a ellos, pues se sentía muy abandonada y sola. Mis abuelos comenzaron a visitarnos a menudo, pero el trato que mi madre me daba no cambiaba, era fría y distante conmigo, y yo era totalmente infeliz, me sentía solo en el mundo, y mi mamá no veía eso, así que opto por la solución mas fácil: Abandonarme con la hermana de mi padre e irse a vivir con sus padres.

- ¿Quieres que te sirva pollo, Alex? - Preguntó Mónica sacandome de mis pensamientos.

Negué, no tenía apetito, me sentía incómodo. Pero finalmente me senté a hacerles compañía en la mesa.

- Mami ¿El es mi otro hermano? - Preguntó de pronto la niña, que ya sabía que se llamaba Jacqueline.

¡Esperen!

- ¿Otro hermano? - Pregunté realmente sorprendido

- Em... S-si Alex, yo...-

- Tenemos un hijo mayor, Alex - Contestó Jeff.

Vaya, y yo que pensé que hasta apenas se había animado a tener otro hijo, porque pensé que sentía culpa por abandonarme.

¡Ja! Patético.

- El tiene 14, Alex, su nombre es Max y el tiene mucha ilusión de conocerte.

» Desde que le conté que tenía un hermano mayor, no a dejado de preguntar por ti, hace muchas preguntas, y me pregunta cuando podría conocerte. En serio te admira mucho.

- ¿Y donde está él ahora? - Cuestione por puro compromiso.

La verdad es que no me interesa saber nada de el, ni de Jacqueline, ni de la nueva vida que tiene mi mamá.

- Está con tus abuelos, no debe tardar en... - Es interrumpida por la puerta principal siendo abierta.

- ¡Ma!, ¡Pa!, ¡Ya estoy en casa! - Gritó un muchacho entrando a la casa de Mónica, acompañado por mis abuelos.

Tragame, tierra.

- Buenas noches hija, ¿Como es...- Mi abuela se queda con la pregunta en su boca al observarme.

No dice nada, pero veo que sus ojos se cristalizan al verme.

- Alex... - dice en un susurro. - ¿Alex? - dice un poco mas alto. - ¡Alex! ¡Alex! ¡Mi niño! - Grita corriendo para envolverme entre sus brazos.

- ¡Roger! ¡Mira! ¡Es Alex! - Le dice llorando a su esposo, que igual se encuentra con lágrimas en sus ojos.

El susodicho nos abraza a mi abuela y a mí, pero yo no correspondo a ningún abrazo. Ellos no me buscaron.

Ya no me siento parte de su familia.

Me separo, empujando un poco brusco a mis abuelos, quienes me miran sorprendidos.

- Alex, ¿Qué te pasa? - pregunta Mónica y ocurrió lo que temía en toda la tarde.

Exploté.

- ¿Qué me pasa? ¿QUÉ ME PASA? - Ya no tengo el control de mí mismo. - ¡Pasa que todos ustedes me abandonaron cuando mas los necesite! ¡Que tuve que acostumbrarme a estar solo y a callar mis emociones por miedo a que la gente se burlara de mí! ¡Qué tú, mamá, te olvidaste de que tenías un hijo que debías proteger del exterior! ¡Protegerme de mi mismo! ¡Llegué a intentar suicidarme dos veces! ¿Pero eso lo sabías? ¡CLARO QUE NO! Porque eres tan egoísta que pensaste en ti antes que en mí ¡ ANTES QUE EN MÍ! ¡Que tan solo era un niño de 14 años!

The Murder ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora