Capítulo 12

12 3 0
                                    

2 semanas después del incidente en la feria, cité a Freddie y a Lily en mi casa para poder buscar algo que nos ayude a aunque sea a avanzar un poco.

La verdad he pensado mucho en lo de la ayuda de Stephen, pero lo que me dijo Harper me deja inquieto, porque por mucho que me cague ese sujeto, lo que dice tiene coherencia.

El timbre sonó, sacando de mis pensamientos, así que me acerqué, esperando ver a mi amigo y a mi novia del otro lado, pero me sorprendió una grata visita.

— ¡Mi niño!

— ¡Tía Jane!

La tía Jane es hermana de mi papá, ella me cuidó cuando mi mamá... ya saben.

Es como mi segunda madre, realmente la amo mucho por todo lo que hizo por mí en épocas difíciles.

— ¿Cómo estás? — Pregunto con una alegría que seme contagió al instante.

— Pues estoy, tía. Eso es lo bueno — Respondí y comencé a reír.

— Esa es la actitud, hijo — Contestó, riendo igual.

No tenía mucho de haberme ido de casa de la tía Jane, por lo que me visitaba cada que podía, y eso me hacía muy feliz.

— ¿Qué te trae por estos rumbos de la ciudad, Tía?

— ¿Que? ¿No puedo visitar al chico más guapo del mundo? — Reí ante su comentario. — La verdad pasaba por aquí y decidí darte una visita sorpresa.

— Lo cual me halaga mucho, tía, pero justo ahora esperaba visitas. — Dije avergonzado.

— Entonces no te quito más tu tiempo, señor Mason — Dijo en tono de broma.

Increíble como esta mujer puede alegrarme el día en tan sólo unos minutos.

— Te quiero mucho, tía. Vete con cuidado.

— Sí, patrón.

Nuevamente se despidió con un movimiento de mano y salió hacia su auto.

Unos minutos después, llegaron los chicos y comenzamos a platicar.

— ¿Creen que deberíamos aceptar la ayuda de Stephen? — Pregunté.

— Yo digo que sí, nos servirá tener un aliado con contactos. — Dijo Freddie.

— Yo digo que no, Alex, ese sujeto no me da buena espina, además lo que dijo Harper tiene sentido.

Es una decisión bastante complicada de resolver, puesto que ambas opciones tienen sus pros y contras.

— Chicos, creo que debo meditar un poco esto. ¿Podrían esperarme unos minutos?

— ¿No quieres que te acompañe? — Cuestionó Lily.

— Descuida, guapa, me servirá estar sólo.

— Como gustes, Alex. Con cuidado. — Así que sin más, me marché del lugar.

***

Creo que es hora de volver, pensé.

Inicié mi camino de vuelta a casa, pero una inesperada presencia detuvo mi camino.

— Qué tal, Alexander.

— Hola, Jeff.

Su semblante era de alguien que parecía seguro, pero en realidad sabía que estaba nervioso.

— Te suplico que perdones a tu mamá, Alexander.

Su petición hace que dé un paso atrás de la impresión.

— ¿Como dices?

— Monica a estado muy mal estos días, no come mucho, no juega con Jackie, y Max se comienza a dar cuenta de eso.

No supe como reaccionar.

— Incluso, a veces, la escucho llorar por las noches.

—… Yo…

— No te pido que lo hagas justo ahora, pero sí espero que lo hagas lo más pronto que puedas, piénsalo, Alex. Y cuidate.

Se marchó caminando y yo hice lo mismo.

La platica con Jeff me dejó pensando, quizá pueda darme la oportunidad de perdonar a Monica, no solo por ella, sino por mí igual.

Estoy hecho bolas.

— ¡PERO QUÉ CARAJOS...?

Dios, llevame sin dolor, por favor.

The Murder ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora